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Leslye, alumna de la UACM, salió en bicicleta y ya no regresó

En lo que va del año, siete integrantes de la UACM han sido asesinados, informó el área de comunicación de la Universidad capitalina

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Escrito en METRÓPOLI el

CIUDAD DE MÉXICO (La Silla Rota).- Leslye Leticia Hernández Moreno, de 18 años, estudia el primer semestre de la carrera de Comunicación y Cultura en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM). El sábado 10 de noviembre desapareció en Xochimilco. Salió temprano de su casa en su bicicleta verde y ya no regresó. Sus familiares y amigos la buscan. 

Jazmín Hernández Moreno, madre de Lety, como así le dice, relata que el sábado le pidió permiso para ir con unos amigos de la escuela a la Alameda Sur, la cual queda cerca de su casa. Viven en el paraje Toltenco, alcaldía Xochimilco. 

Salieron juntas. La joven iba en bicicleta. Jazmín le preguntó si se iba a pedalear hasta la Alameda. Contestó que dejaría el vehículo en casa de su abuela, que vive en la colonia Cebada y de ahí tomaría el camión que se va por avenida Miramontes.

“Ella me dijo ‘mira mami en la noche llego a casa de mi abuelita por la bicicleta, pero si es más tarde te marco’. Le contesté que si ya es noche se quedara en casa de mi mamá y ya mañana llegara temprano”.

A las 23:30 horas del sábado se dio cuenta que no tenía ninguna llamada ni mensaje de Leslye. Jazmín creyó que había llegado tarde y para que no se percatara no se comunicó. Le marcó y de inmediato la mandó al buzón. 

“Eso me dejó un poco con pendiente y no le hablé a mi mamá para que no se angustiara y la dejé descansar, porque ella se duerme temprano. Al otro día, domingo, le hablo a mi mamá y le digo: ‘mándame a Lety para que me ayude a hacer unas cosas’, me dice que Lety no estaba en su casa”. 

Leslye nunca llegó a casa de su abuelita, que está cerca de donde viven, y se supone que ahí dejaría la bicicleta. 

Jazmín después de hablar con su mamá contactó de inmediato a los amigos de su hija de la preparatoria. Le comentaron que con ellos no se había quedado de ver y la ayudaron a realizar la primera búsqueda, ya sea para tratar de rastrear la bicicleta o a Leslye.

“Estuvimos todo el domingo en bicicleta recorriendo varias zonas de Xochimilco tratando de contactar a otros amigos que quizá yo no conocía o no sabía dónde vivían. Conforme fue cayendo la tarde no me quedó más que decirle a mi mamá, ya que no le había querido alertar antes cuando hablamos por teléfono. Se alteró mucho y mis hermanas también”. 

Expandieron la búsqueda con familiares hasta las 2:00 horas del lunes. Se fue a su casa y revisó entre las cosas de Leslye para ver si faltaba ropa, sus credenciales de la escuela, algún indicio de que ella había planeado ausentarse. No fue el caso. Además, Jazmín comenta que tienen una relación muy sana entre madre e hija.

“No habíamos discutido, no teníamos problemas. Incluso teníamos varios proyectos juntas. Ella había empezado a crear un albergue de perros de la calle. Se me hacía difícil que ella pudiera dejar a sus perros, porque los adora”. 

En la mañana del lunes, Jazmín fue a la UACM para ver si veía a su hija o si sus compañeros sabían algo. Buscó a las autoridades, la asesoraron y brindaron apoyo. 

“Me acompañaron en un proceso muy estrecho para iniciar la denuncia. Ya se integró la carpeta de investigación y se hicieron varias diligencias. Me parece un proceso muy agilizado y con mucho optimismo por parte de la Universidad, Capea, profesores y sus compañeros. Ya han venido a investigar la zona”. 


¿Quién es Leslye?

En su casa y familia le dicen Lety de cariño. Aunque ella prefiere el nombre de Leslye. Tiene 18 años, le gusta la literatura, dibujar y el rock. Es demasiado alegre y le encanta la “Bruja” Janis Joplin. Es su ídola musical. Los tiempos libres se los dedica a sus perros. 

“Hace como tres años vivíamos en una zona donde hay mucho descuido hacia las mascotas. Poco a poco fue adoptando hasta que ya eran bastantes. Decidió poner un albergue. Somos socias, yo pongo el alimento y las cosas necesarias económicas. Ella se dedica a bañarlos, a atenderlos”. 

Quiere tanto a las mascotas, que siempre está con ella. Incluso en la colonia donde ahora viven le dicen “la niña de los perros”, porque sale a pasear con ellos al parque. “Los tiene bien educados, se van en fila por la banqueta, mientras ella va en su bicicleta”. 

Leslye estudia comunicación, porque quería fundar junto con su mamá, quien cursó en la escuela de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem), una revista de periodismo literario.


Indignación entre la comunidad uacemita 

La desaparición de Leslye ha generado indignación entre la comunidad universitaria de la UACM. También solidaridad. Sus compañeros han emprendido una campaña de búsqueda que va más allá de las redes sociales. El miércoles organizaron dos brigadas: una que salió del campus Centro Histórico y el otro en Xochimilco, último lugar donde fue vista. 

 El caso no es ajeno entre los estudiantes. Geraldy Sánchez cursa el segundo semestre de la carrera Promoción de la Salud en el plantel Centro Histórico, se enteró en Facebook de la desaparición de la joven. Para ella es preocupante la situación de violencia que sufren las mujeres en la ciudad. 

“Ya no podemos salir ni venir a la escuela seguras. Si me preocupé, porque tengo familia y pienso en ellos. Vas a estudiar, formarte y que por eso corras el riesgo de no regresar a tu casa. Eso no se vale”. 

Veronica Ortiz, alumna de la UACM campus Centro Histórico, señala que para ella es muy indignante que “pasen estas cosas”, no solo dentro de la Universidad, sino por todos lados. 

“Las mujeres estamos muy susceptibles a que nos pasen situaciones violentas. Nos están metiendo miedo para que ya no salgamos. Es preocupante que por ser mujer el gobierno no haga nada y estos casos los dejen a la deriva. En cierto modo tiene que ver con esta cultura patriarcal”.


Estudiantes de la UACM, víctimas de la violencia 

El caso de Leslye Leticia no es aislado. Se suma a la ola de violencia que azota al país y a la Ciudad de México, del que las universidades y sus estudiantes no se salvan. En lo que va del año, siete integrantes de la UACM han sido asesinados, informó el área de comunicación de la Universidad. 

A penas el 8 de noviembre, César Ramírez Méndez, alumno de Ingeniería en el plantel San Lorenzo Tezonco fue asesinado el 7 de noviembre durante un asalto en transporte público. Había salido de la escuela y enfrente tomó el camión. De inmediato la noticia causó indignación. Al día siguiente en el plantel suspendieron clases, luego de que se decidiera en Asamblea y realizaron una marcha para exigir justicia. 

Las autoridades de la UACM condenaron el homicidio del joven e hicieron un urgente llamado a las autoridades del gobierno capitalino “para que resuelvan los gravísimos problemas de inseguridad y violencia que aquejan a nuestra comunidad universitaria”.

El 23 de julio, Nancy Lara Bandera, estudiante de la carrera de Ciencia Política y Administración Urbana del plantel Cuautepec fue encontrada sin vida en el municipio de Tlanepantla, Estado de México. Tres días antes desapareció, luego de abordar un taxi en la calzada Vallejo. 

El 22 de julio, un día antes de que encontraran el cuerpo de Nancy, Édgar Leonardo Arreola Cortés, quien también estudiaba en Cuautepec fue asesinado a balazos tras una riña en una cantina en la avenida Politécnico Nacional, Gustavo A. Madero. 

El 3 abril de 2018, Héctor Sarmiento, Jorge Gustavo Martínez Olivo y Miguel Omar Arteaga Cabrera, los tres estudiantes también de Cuautepec fueron asesinados en la GAM cuando estaban afuera de la casa de un amigo. 

El primer homicidio del año fue el de Isaac Luna García el 16 de febrero. Su cuerpo fue encontrado en calles de la colonia Moctezuma, alcaldía Venustiano Carranza. Era estudiante de Arte y Patrimonio Cultural. Fue visto por última vez en un bar de la Zona Rosa. En su momento familiares y amigos acusaron que fue víctima de crimen de odio.

Mujeres desaparecidas en la CDMX

Para especialistas en materia de género, en la Ciudad de México hay una cifra negra en el tema de desapariciones de mujeres, ya que la Procuraduría General de Justicia (PGJ) no presume desde el inicio el delito de desaparición forzada o por particulares, sino a muchos de estos estos casos los llama "ausentes" o "extraviados". 

En poco tiempo la Ciudad de México pasó a ocupar el cuarto lugar de desapariciones de mujeres a nivel nacional. 

De los pocos datos que se tienen, las autoridades capitalinas informaron que de enero de 2015 a diciembre de 2016, se reportaron 2,494 mujeres como ausentes o extraviadas, de las cuales se localizaron 1,836, y quedan 644 mujeres pendientes de localizar, el 60% entre 0 y 17 años de edad.




lrc