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Las mesas donde antes había comensales, hoy tienen sillas encima

El inicio de la “nueva normalidad” representó una bocanada de aire para muchos establecimientos de comida que habían decidido cerrar durante la cuarentena

Escrito en METRÓPOLI el

El inicio de la “nueva normalidad” representó una bocanada de aire para muchos establecimientos de comida que habían decidido cerrar durante la cuarentena, los cuales se encontraban asfixiados por la falta de ingresos y la acumulación de cuentas que no paran de llegar.

A inicios de marzo fui a un pequeño restaurante que está cerca del kiosco morisco de Santa María la Ribera, al cual  voy con frecuencia porque la comida es deliciosa y a buen precio. En esa ocasión, era visible la preocupación en el rostro de la señora que atiende, quien me contó que la clientela había disminuido mucho y no sabían si iban a poder mantenerse a flote, porque tenían que pagar la renta del local, las facturas y los productos que utilizan.

Una semana después fui de nuevo a comprar algo para comer, pero ya no pude porque el local estaba cerrado. La misma situación sufrieron otros restaurantes que se encuentran en la zona, como uno en el que venden comida típica de Oaxaca y las conocidas “jirafas”, unas quesadillas gigantes que pueden ir rellenas de múltiples guisados.

La pregunta que permanecía en el aire era si volverían a abrir. Esta semana la gente comenzó a salir con más frecuencia a pesar de que la pandemia de coronavirus está lejos de llegar a su fin. Con el aumento de gente en la calle, estos establecimientos pudieron dar servicio otra vez, pero con los cambios de la “nueva normalidad”.

Las mesas que alguna vez estuvieron llenas, ahora tienen las sillas encima. Nadie puede entrar, todo el servicio es desde la entrada y quienes lo prefieran pueden llamar por teléfono para hacer su pedido y sólo ir a recogerlo, todo con el fin de que no tengan que estar juntos esperando.

Me alegró ver de nuevo abierto el pequeño restaurante y que quienes laboran ahí se encuentran bien. La diferencia es que ahora todos esperamos afuera y nos regresamos a casa con los alimentos en empaques desechables.

Sin embargo, reiniciar no ha sido sencillo, algunos de los establecimientos de esta céntrica zona de la alcaldía Cuauhtémoc lucen vacíos aunque hay personas transitando. En algunos comercios hay empleados sentados afuera esperando a ver si alguien se acerca a pedir algo o si entra una llamada.

La misma escena se replica en diversas partes del país. En Hermosillo, Sonora, Sarahí Lara enfrenta el reto de mantener en pie su cafetería ubicada en el centro de esa ciudad. A 10 días de que volvió a abrir, sólo ha recibido cinco llamadas de clientes, pero destaca que quebrar tampoco es una opción para ella.

La situación económica es compleja, igual que la pandemia de covid-19. De regreso en Santa María la Ribera, es fácil ver que a los comercios no les está yendo bien, incluso aquellos que no cerraron durante la cuarentena sufren porque la gente no les compra.

“Hay un buen de gente en la calle, pero está muy baja la venta. Hoy abrí a las 9:00 de la mañana y me estuve durmiendo un buen rato porque no había nada”, cuenta un tendero de esta colonia.

Como un huracán o un tornado, el covid-19 ha arrasado con todo a su paso, lo único claro en este momento es que en México todavía nos queda un arduo camino por recorrer para sobrevivir al virus y para recuperarnos de la embestida que le dio a la economía.