El discurso de la Procuraduría capitalina alrededor del asesinato de la líder vecinal y activista, María Cristina Vázquez, cuyo cuerpo fue encontrado este lunes en su casa de la calle Cholula, colonia Hipódromo Condesa, ha sido contradictorio desde el inicio y en el proceso de la investigación.
Aún no hay detenidos, pero tampoco personas llamadas a declarar que pudieran ser presuntos responsables.
Vecinos y organizaciones han exigido que el caso se esclarezca pronto y se castigue a los responsables.
Estas son las principales contradicciones en las que han caído las autoridades en las últimas horas:
Móvil robo
Tras el hallazgo de los restos, que fueron encontrados por señalamientos de los vecinos que reportaron malos olores desde su departamento, la Procuraduría de la Ciudad de México informó en un comunicado que en el apartamento de Cristina había rastros de saqueo. Sin embargo, horas después la Procuradora Ernestina Godoy descartó que el móvil del feminicidio sea un robo.
“Hasta donde sé no hubo robo en el departamento. Ella vivía sola, estamos buscando familiares”, señaló tras salir de reunión de Gabinete.
Vecinos han señalado que el edificio contiguo, en el 370 de la calle Baja California que tenía orden de demolición, estaba invadido por delincuentes que traficaban mercancía robada y que también asaltaban a los habitantes de la zona. Cristina los habría denunciado con jefes de sector y en redes sociales.
Activismo como línea de investigación
La procuradora también externó que la primera línea de investigación que tienen es la actividad política de la víctima contra la inmobiliaria Guetto, a la cual se le acusa de frenar mediante amparos la demolición precisamente de ese edificio, el 370 de Baja California.
Desde 2017 ella y los vecinos se han movilizado para que ese inmueble sea demolido, ya que está en pésimas condiciones y solo es habitado por personas en situación de calle, adictos y supuestos ladrones, lo cual ha generado un ambiente de inseguridad.
"Ella tenía una actividad política contra algunos desarrolladores inmobiliarios, es de las primeritas líneas de investigación que abrimos”, indicó Godoy.
No obstante, en las actuaciones de la carpeta CI-FCH/CUH-7/UI-2S/D/2237/07-19, confirmaron en la Procuraduría, no se han girado citatorios contra el representante legal de la inmobiliaria ni contra posibles dueños.
En las indagatorias se ha analizado la actividad política de Cristina, de 50 años de edad, pero solamente a través de sus redes sociales, testimonios de otros vecinos inconformes y sus participaciones videograbadas en reuniones con autoridades, según constató LA SILLA ROTA. Además, ante el Ministerio Público no hay ninguna imputación directa contra nadie por amenazas a ella o a sus vecinos.
Lo que sí abunda en la indagatoria son testimonios de los habitantes del edificio donde Cristina vivía, los cuales recalcaron que ella ocupaba un departamento en el último piso, a unos pasos de la azotea, a donde los asaltantes acceden pasando por un boquete en el predio contiguo, el 370 de Baja California.
Inclusive, durante el resguardo de la escena del crimen, un hombre con antecedentes penales por robo irrumpió por ese boquete hacia la azotea y amagó con una barra metálica a una mujer policía, cuya compañera logró someterlo tras dispararle.
Resultados de necropsia
Por otro lado, Godoy adelantó desde la mañana del martes que en el transcurso de ese día tendrían los resultados de la necropsia, pero según el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Incifo) éste fue entregado a las 11:00 horas.
La causa de muerte, establecieron, fue congestión visceral generalizada, lo cual implica un déficit circulatorio que hace que la sangre se acumule en los órganos y no regrese al corazón. Al principio se manejó que no había rastros de violencia.
En casos de homicidios, este déficit circulatorio se puede deber a golpes, aplastamiento del tórax o estrangulamiento.
Sin embargo, a tres días de encontrar el cadáver, la PGJ no ha precisado de qué manera Cristina fue asesinada.
Fuentes de la Fiscalía de Homicidios revelaron que la mujer fue golpeada en el rostro y posiblemente ahorcada con un cordón.
Su cuerpo, según fotografías en poder de La Silla Rota, estaba totalmente desnudo, bocabajo en su cama, con las piernas extendidas y con una almohada colocada debajo de su vientre.
MJP