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“Las agresiones de mi hijo me tienen deprimida y desesperada”

La edad del adulto mayor víctima de maltrato se ubica entre los 65 a los 89 años; mientras los que son abandonados se encuentran entre los 70 a 94 años

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Escrito en METRÓPOLI el

Isela (nombre cambiado a petición de la afectada) es una de las tantas personas adultas mayores en la Ciudad de México que sufren maltrato por parte de uno de sus familiares, en este caso de su hijo.

“Tengo un hijo que es muy grosero conmigo, es prepotente. Lo he invitado a que salga de mi casa pero me insulta, además de que psicológica y moralmente me maltrata mucho”, dijo con la voz entrecortada.

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De 69 años, Isela compartió su testimonio con La Silla Rota, donde relató que su hijo la agrede con insultos y además abusa de ella económicamente. 

“Me dice perra, basura o para cualquier cosa me grita. No me ayuda para los gastos cotidianos y se acaba el gasto. Luego le reclamé para el gas y eso le enfureció mucho”, expresó, con la voz trémula.

“Ayer sentía que me moría, me siento acorralada, desesperada. Él tiene dos perros dobermán, estoy prácticamente todos los días con ellos y no salgo a ningún lado”, señala, entre lágrimas.

MALTRATO Y ABANDONO

El caso de Isela no es el único de abuso en contra de una persona adulta mayor. De hecho los familiares son quienes más los maltratan.

El Consejo Ciudadano de la Ciudad de México cuenta con una Línea Plateada para atender por teléfono a personas de ese sector poblacional con este tipo de problemas. De acuerdo con el director del organismo, Salvador Guerrero Chiprés, durante los primeros seis meses de este año se atendió a 883 personas, de las cuales 637, equivalente al 72 por ciento, reportaron casos relacionados con maltrato y abandono.

Destacó que dos terceras partes de las víctimas, 68%, son mujeres, y 31 por ciento son hombres. La edad del adulto mayor víctima de maltrato se ubica entre los 65 a los 89 años; mientras los que son abandonados se encuentran entre los 70 a 94 años.

Respecto al tipo de violencia, el 30 por ciento de las personas que se acercaron a la línea reportó que es física, combinada con emocional y en ocasiones económica.

Informó que en la Ciudad de México hay entre 850 mil a un millón de adultos mayores, y consideró que una enorme cantidad no reporta su situación e incluso quienes denuncian los maltratos son otras personas.

“Estamos hablando de los que reportan o de los que consiguen que una persona reporte, no solo llaman los adultos mayores sino llaman parientes, vecinos. Ellos señalan a sus propios familiares como responsables de la agresión”.

AGRESIONES QUE ESCALAN

Cuestionado sobre cuáles son las principales formas que adquiere el maltrato, explicó que más de la tercera parte reportan violencia física.

“Inicia con una secuencia de silencio, escala luego con groserías, ironías, empujones, jaloneos del cabello, les retiran la comida, les impiden salir, se sienten recluidas, les dejan de atender sus necesidades de limpieza o conversación, o las incomunican, les prohíben trato con otros o fuera de la casa. Puede ir creciendo, desde infringirles heridas o combinarse con otros delitos como el despojo, la afectación patrimonial, el control de la tarjeta, acciones que implican limitaciones a los derechos y libertad de las personas”.

-¿El distanciamiento social por la pandemia ha causado un aumento de quejas?

-En mujeres adultas mayores hubo un repunte en abril o mayo como de tres veces, pero luego disminuyó y en julio ya se está acercando al nivel previo de marzo.

Guerrero Chiprés señaló que según algunos estudios, hay una asociación negativa entre el contexto de confinamiento y la violencia doméstica, que hace victimas a todos los integrantes de la familia.

LOS AGRESORES

El director del Consejo Ciudadano explicó a La Silla Rota que quien ejerce la violencia o agresiones en la mayoría de los casos son los hijos o hijas, en 56 por ciento; luego otros familiares, con 17 por ciento, mientras que el esposo o la esposa lo hacen en 7 por ciento, los hermanos en 3 por ciento y nietos en un porcentaje similar.

Según el tipo de llamada que se reciba en la Línea Plateada, se canaliza o se hace un diagnóstico del tipo de ayuda que requiere la persona que los llamó.

“Hay un tamizaje de riesgo. Si la situación es de riesgo o crítica, llamamos al 911. Si se trata de un diálogo, porque a veces las personas reportan a sus familiares pero en conversación dicen lo siguiente: ‘no quiero que lo lleven a la cárcel, ni que lo castiguen, solo llamo para hablar con alguien’. En ese caso también damos contención emocional y acompañamiento jurídico que puede ser ir directamente a su casa, si nos autoriza para eso y hay condiciones, o acompañarlo al ministerio público”.

También se les orienta porque hay muchos adultos mayores que ignoran que pueden reclamar una pensión alimenticia de sus propios hijos.

“En el Consejo lo que hacemos es desmontar la vulnerabilidad psicológica y jurídica; se les dice que tienen derecho a la protección policial, a la impartición de justicia. No se sabe que el abandono o maltrato puede ocasionar pena de 1 a 6 años de prisión, eso les importa más a los hijos e hijas, que puedan perder derechos sucesorios”, concluyó.