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La vida a través de una mica

Al uso de cubrebocas algunos hemos sumado el uso de caretas para ir al mercado, o a sitios concurridos y es un escudo muy eficiente en el transporte público

Escrito en METRÓPOLI el

El jueves me sentí como millonario. Subí a un taxi de aplicación y entre el chofer y yo había una barrera, como esas que ponen los hombres que viajan en limusinas, para tener algo de privacidad.

Pero no, no iba en una limusina sino en un servicio de Uber. La barrera en realidad apenas se veía, no era un vidrio, sino una mica larga, transparente que iba de lado a lado entre los asientos delanteros.

El dueño de la unidad, un hombre canoso, lucía tranquilo, indiferente, que apenas y volteó a verme. Claro, con esa barrera, no le preocupaba que hipotéticas gotículas de algún usuario pasaran hacia adelante. Pero también era un muro que evitaba que si él mismo tosía sus aerosoles malignos pudieran transportarse al asiento de atrás.

VIAJE TRANQUILO

La verdad, hasta viajé más tranquilo, y eso que yo llevaba además de mi cubreboca, mi careta, también con una mica.

El señor, muy propio, no cruzó ninguna palabra. Con su cubrebocas, sólo me dirigió la palabra cuando le pregunté cuánto era por el viaje, y luego cuando me devolvió el cambio. Quizá ese fue el único momento incómodo, ya que yo debía recibir unas monedas, que nunca se han caracterizado por ser uno de los objetos más higiénicos.

Al uso de cubrebocas algunos hemos sumado el uso de caretas para cuando vamos al mercado, o a sitios concurridos a reportear y es un escudo muy eficiente en el transporte público como el Metro.

VARIEDAD

Como ocurre con los cubrebocas que algunos se niegan a usar -quizá porque esperan que se los regalen, o quizá porque los demás no les importamos- las caretas también tienen una gran variedad de modelos.

Hay unas que son de un plástico muy delgado, y aunque resultan útiles, se doblan pronto y generalmente tienen un hueco arriba, donde pueden ingresar algunas gotículas, si pensamos en escenarios muy fatalistas. Pero son muy útiles como para ir a la tienda que está en la misma cuadra, o a la panadería que está cercana.

Luego hay otras también con plástico muy ligero y que son plegables, que la mica se sube y se baja. Estas nos regalan imágenes surreales: personas que las usan, pero como son plegables, descubren su rostro. Una inutilidad que las porten así.

EN GORRAS

Luego están las caretas que traen una gorra integrada, que personalmente no he usado, ya que creo son incómodas, pero se ofrecen lo mismo en casas que al lado de centros comerciales.

Hay otras que vienen certificadas y venden en tiendas departamentales. No son plegables, no tienen un hueco por arriba por donde pasen gotículas y su mica es menos flexible y más grande. Protegen más pero según evidencias empíricas (porque ahora resulta que medio mundo pide evidencias científicas de todo, con tal de no acatar las recomendaciones sanitarias) se empañan más y a veces son incómodas por eso. Pero si se colocan un poco más arriba de la frente, se evita eso.

La variedad de modelos no es tanta como los cubrebocas, pero hay algunas que tapan todo el rostro y hasta tienen filtros y según algunas notas periodísticas, son cómodas. No he visto dónde las vendan, pero puedo darme una idea.

BARA BARA

El domingo pasado en el mercado, donde la sana distancia se evapora entre los pasillos, ví a una joven mujer con una careta que cubría su rostro y que además mediante una especie de cinturoncitos, se fijaba a su cráneo.

La mujer se veía muy desenvuelta y la máscara se notaba ligera. No pude evitar acercarme a ella y preguntarle cuánto le costó. En una de esas no salía tan cara y me animaba a comprarla. Lo más que he pagado por una careta son 109 pesos, pero no me cierro a pagar más si me da más seguridad..

-¿Dónde la compraste?

-Se la compré a un amigo.

-¿Cuánto te costó?

-Mil 700 pesos.

Fin de la conversación. Muy cara. Sin embargo, algo podemos aprender de eso: para cuidar la salud, hay que invertir. Si tienes mil 700 pesos, adelante. Si no, hay de 30 pesos.

Al final es un complemento y se recomienda sobre todo en los lugares cerrados y con más gente. Lo que sí es imprescindible usar en la calle y en sitios cerrados es el cubrebocas. Y no esperes a que se acabe la corrupción o a que el Cruz Azul sea campeón. Hay cosas que no pueden esperar, como la salud.

fmma