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La inseguridad ha hecho menos humana a la CDMX: Alberto Barranco

El cronista y embajador mexicano lamenta que la inseguridad impida el desarrollo y el disfrute recreativo de la Ciudad

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Escrito en METRÓPOLI el

A 25 años del voto en la CDMX es una serie no periódica de La Silla Rota que busca reflejar la evolución o retrocesos de la capital del país en el ámbito político, social, económico, cultural y de derechos humanos y lo que falta por avanzar.


A 25 años de la llegada del primer gobierno electo por los capitalinos, la inseguridad continúa como el azote que más preocupa a los capitalinos, e incluso ha hecho menos humana a la Ciudad de México, considera el cronista Alberto Barranco Chavarría.

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A ello se suma el nerviosismo que ha regado la pandemia y las tensiones por la falta de empleo, dice en entrevista con La Silla Rota.

“Eso ha vuelto a la gente más irritable. Eso ha hecho muy difícil la convivencia”, plantea el actual embajador de México ante El Vaticano y autor del libro Ciudad desnuda.

El también columnista recuerda con nostalgia que antes las personas podían caminar por la Alameda hasta la medianoche sin atisbo de miedo, pero desde hace muchos años ya no lo hacen por el temor a ser víctimas de la delincuencia.

La solución de este problema pasa por generar más empleos, afirma.

Barranco Chavarría, quien ha escrito crónicas en La Jornada, Reforma y El Universal sobre construcciones históricas y emblemáticas de la Ciudad de México, observa que el desarrollo inmobiliario desordenado ha modificado el paisaje citadino, y pone como ejemplo San Ángel, donde hay obras nuevas que desarmonizan a ese pueblo histórico y antiguo.

Pide que el patrimonio histórico de la ciudad sea preservado, porque no sólo son piedras, sino construcciones que reúnen historias. Reconoce que lo que más extraña de la capital mexicana es el Centro Histórico, ir edificio por edificio, entrar a las iglesias y observar sus figuras religiosas, o visitar al Castillo de Chapultepec.

Al preguntarle sobre el sello de los distintos gobernantes que desde 1997, año en que los capitalinos por fin pudieron elegir a quien los gobernara, habla sobre cada uno de ellos.

Sobre Cuauhtémoc Cárdenas recuerda que se creó una Comisión de Arte en Espacios Públicos, formada para revisar que ninguna figura de ornato desarmonizara el espacio público.

Rosario Robles, quien sustituyó a Cárdenas cuando el primer jefe de Gobierno se fue a buscar la candidatura presidencial, inauguró el Metro de la Línea B. También disolvió la comisión, recuerda el periodista, ya que él formó parte de dicho órgano.

Con Andrés Manuel López Obrador se inauguró el Segundo Piso del Periférico, se construyó la primera línea del Metrobús, y se sustituyó el drenaje del Centro Histórico, lo que lo revitalizó.

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Ebrard se dedicó a la construcción de la Línea 12 del Metro para conectar por esta vía a Tláhuac y el resto de la ciudad, cuya construcción resultó tan polémica. También amplió el Metrobús.

Mancera también se dedicó a la Línea 12 y su obra más importante fue concluir el Circuito Interior que le daba vuelta a la ciudad, considera el cronista.

Sheinbaum ha fortalecido la ciudad al buscar reglas para impedir que haya construcciones que desarmonicen o afecten servicios alrededor, y ha tratado de organizar la vivienda, dice el ganador del Premio Nacional de Periodismo por Trayectoria, en 2019.

COMO HA CAMBIADO LA CIUDAD EN 25 AÑOS

Barranco pertenece a los cronistas fundamentales para entender la ciudad y en su caso lo ha plasmado en columnas donde describe lugares históricos, lo que se ha vivido ahí y cómo ha cambiado el tiempo y las costumbres alrededor.

Nacido en la San Rafael, recuerda que en la colonia hay una escuela -que se llamaba Cuauhtémoc y actualmente Margarita Maza- que en el siglo 19 fue la casa de Benito Juárez.

“Ahí murió Margarita Maza. Está en la esquina de Alfonso Herrera y Serapio Rendón. Ahí se llamaba Puente Levadizo 14 y ahí vivía Benito Juárez con la familia. En realidad, él despachaba en el Palacio Nacional, pero se iba ahí a pasar las tardes con su familia. Después de la muerte de su esposa se fue a vivir de lleno a Palacio, hasta su muerte”, describe sobre esa esquina por la que pasan cientos de capitalinos.

Al pasar a la historia de la Ciudad de México durante los últimos 25 años, en que los capitalinos por fin pueden escoger a sus gobernantes y que desde entonces son gobernados mandatarios emanados de izquierda, primero del PRD y desde 2018 de Morena, se le pregunta cómo ha sido este cuarto de siglo.

¿Qué permanece inamovible y que cambios hay, que obras nuevas, que leyes progresistas?

A pesar de que el común denominador han sido los gobiernos de izquierda, cada gobernante le pone su sello.

“En la época del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas hubo un impulso hacia la obra pública, una de las cosas buenas que hizo fue crear una comisión de Arte en Espacios Públicos. Ahí estaban arquitectos renombrados, el Instituto de investigaciones Estéticas de la UNAM y un cronista historiador, que era yo.

“El objetivo era que no se hiciera ninguna obra de ornato sin el visto bueno de esta comisión. Era una comisión honorífica, pero por ley tenía la facultad de veto cuando no se diera algo que armonizara con la ciudad. Esto fue un gran logro, se evitaron cuestiones como aquellas fuentes de las Culebras que les llaman, cuando se inicia la glorieta de Revolución y el Circuito Interior, que es una de las más grandes atrocidades”, critica.

Se refiere a las fuentes que están frente a Mixcoac, de ocho serpientes que tragan unos peces, y cuya obra parece hecha de cemento pintado de verde suave, aunque es de cantera. La fuente se pierde visualmente, ya que está al lado del Circuito Interior.

“Otra obra de ornato es la gran Cruz, pero desarmonizó totalmente, rompió la estructura entre la bifurcación de Calzada de Guadalupe y la de los Misterios. Cada una tiene su propia historia, pero es más grande la de los Misterios”, explica.

Se refiere al Monumento a los Peregrinos, que se puso en la Calzada de los Misterios con motivo de la visita del Papa Juan Pablo II, en 1999. Ambas obras fueron de carácter federal.

Recuerda que cuando llegó Rosario Robles la comisión se deshizo porque se ninguneaban o desoían las recomendaciones que se daban.

Pero Barranco también menciona que con Robles hubo un intento de mejorar el espacio urbano y darle más cauce a la posibilidad de flujo a la circulación, se ampliaron las obras del Metro, igual que con el ingeniero Cárdenas.

Se refiere a que Robles inauguró la Línea B, que va de Buenavista a Ciudad Azteca.

En cuanto al gobierno de López Obrador se privilegió la construcción del Segundo Piso y el Periférico, sobre todo este, asegura.

“Ahí se generó una polémica de si se debía privilegiar el transporte público, construir el Metro, darle más flujo al Metro y a las líneas de autobuses y no necesariamente la circulación a vehículos de tipo particular. Como quiera que sea eso le dio un cauce distinto a la ciudad porque permitió una carga mayor de esos vehículos que iban hacia el sur y el oriente de la ciudad. Se creó el Metrobús”, añade el periodista.

De ahí pasa al gobierno de Marcelo Ebrard, en cuya administración se creó la Línea 12 que ha sido tan polémica, dice.

“Pero en el primer tercio se privilegió la circulación de carácter vial y luego el transporte público subterráneo y no subterráneo, como sea masivo”.

LA GRAN OBRA DE LÓPEZ OBRADOR NO SE VE

¿Con Andrés Manuel López Obrador cuál sería su sello?

Darle mayor participación a la ciudadanía. Si con Ebrard se abrió la posibilidad de que la gente pudiera circular en bicicletas, con López Obrador se profundizó eso, pudo hacer caminatas donde se suspendía el tráfico.

“La gran obra de López Obrador no se ve. Estamos hablando de que renovó toda la estructura del drenaje del Centro Histórico. Hasta antes de eso, como era una estructura que estaba hecha a base de barro, las inundaciones y situaciones que se dan con la lluvia pertinaz estaban a la orden del día. Nadie se atrevía a hacer eso, porque es una obra que no luce, no es que la gente vea un edificio, una escuela o carretera, pero era mucho dinero para hacer eso.

“Para mí fue lo más importante. A partir de entonces se comenzó a revitalizar el Centro, aunque ya había empezado la idea desde la participación de Carlos Slim y la creación de Marcelo Ebrard en la comisión de Rescate del Centro Histórico, donde estaba Alejandra Moreno Toscano. Ahí se empezó a darle una revitalización al centro, porque se permitió que se reconstruyeran edificios, se repobló, con lo cual cada gente que habita es un defensor de la zona y eso fue una gran virtud en alianza con Slim que fue un factor muy importante.

Se le pregunta sobre el periodo de Ebrard, donde hubo el proyecto de hacer un tranvía por el centro, que ocasionó un vendaval de críticas y ya no avanzó.

“Sí, había una intención de hacer un tranvía en el Centro Histórico. Ahí había un malentendido porque se supuso que se trataba de uno de cable, y se decía que iban a afear la ciudad. Quiero decirle que aquí en Roma todavía hay tranvía de cables, con tanta belleza que tiene, circula acá. La intención de Ebrard que nunca logró explicar o no entendieron era hacer un transporte como en ciudades como Praga, donde el tranvía va flotando, está electrificado y avanza sin necesidad de cables, por abajo, no hacía arriba.

“Lamentablemente no se dio, no solamente hubiera sido un atractivo turístico, sino la posibilidad de sacar el transporte contaminante del Centro Histórico. Mancera, básicamente se dedicó a la cuestión de la línea 12 del Metro”.

Respecto a Claudia Sheinbaum, ¿ya podemos hablar de que haya un sello que distinga a su gobierno?

Dos cosas muy importantes, uno es el fortalecimiento de la imagen de la ciudad. Ha habido la intención de armonizar la ciudad impidiendo las construcciones que desarmonizan, rompen la estructura y ha tratado de organizar la vivienda. El tema de vivienda ha sido problemático. Una de dos: o se construye demasiada vivienda donde se destruye lo construido originalmente o bien se levantan edificios gigantescos. En ambos casos no es lo correcto.

“Entonces ella ha tratado de armonizar esta idea, sí construir edificios, que haya un mayor espacio para habitacionales, pero al mismo tiempo tener reglas para evitar desequilibrios. Por ejemplo, en cuestión de agua hay zonas donde si se construye un edificio más va a ser problema para abastecer de agua a esa zona. Por carecer de un plan urbano a largo plazo se ponían parches en todos los lugares; simplemente llegaba alguien, le daban permiso de construcción y comenzaba sin que hubiera ninguna armonía”.

CON MANCERA SE PUSIERON EN BOGA EDIFICIOS

¿Eso se puso en boga con Mancera?

Sí, ahí se abrieron mucho las posibilidades, porque además en el gobierno de Enrique Peña se creó la posibilidad de construir unidades habitacionales en lugares lejanos, pero al carecer de servicios, se privilegió que se crearan edificios de departamentos, pero esto se hizo de forma anárquica. El Infonavit llegó el momento en que tenía miles y miles de casas devueltas porque no era viable vivir ahí, esto era correcto. El problema es que eso trajo como consecuencia que se crearan grandes centros de habitación en la capital con una gran cantidad de pisos y se rompió la armonía en algunas zonas.

“Por ejemplo, se empezó a invadir San Ángel que era una zona vedada para construcciones que desarmonizaran la estructura, se comenzó a construir no en el Centro Histórico de Coyoacán, pero sí muy cerca, desarmonizando la estructura. Con Mancera sí hay que decirlo se terminaron las obras del Circuito interior, realmente se volvió un circuito interior que le daba la vuelta a la ciudad, porque incluso se conectó con la carretera norte que hizo Slim y por ahí se puede salir a diversos lugares de la república”.

CHAPULTEPEC SE LO HAN IDO COMIENDO

¿Este tema inmobiliario ha transformado la imagen de la ciudad?

Es un tema que siempre va a ser polémico porque la ciudad siempre va a tener un déficit de vivienda, entonces siempre hay un exceso de demanda y pobreza de oferta. Por eso se buscan muchas alternativas, pero en un momento se necesita un orden en cuanto al uso de la ciudad. Cuántos espacios le han ido restando a Chapultepec. Por ejemplo, si vemos las escrituras cuando el rey Carlos V regala Chapultepec al ayuntamiento de la ciudad era una cantidad de hectáreas que ahora ni la mitad existe, se lo han ido comiendo.

“El Paseo de la Reforma estaba lleno de un determinado tipo de casas campestre inglés o francés de la época de 1820 hacia mediados del siglo 20. Sin embargo, esa estructura se rompió con los edificios que lo volvieron ya no el gran paseo, sino la zona financiera de la ciudad de México”.

Incluso la San Rafael ha tenido cambios y se ve como caen casas de arquitectura interesante.

¡Como no, cómo no! Hay lugares donde por ejemplo La Santa María que tenía casas tan hermosas de finales del siglo 19 muchas de ellas han debido pasar por la picota para construir edificios modernos.

¿Qué sentimiento tiene cuando ve esto?

Yo acabo de ir en enero y vi la ciudad muy cambiada después de dos años.

LA GENTE HA APRENDIDO A HACER VALER SUS DERECHOS

¿Cómo ve la ciudad en términos sociales con la ley pionera que despenaliza el aborto, la del matrimonio igualitario o las pensiones para las personas mayores?

Efectivamente, en términos sociales la Ciudad de México no solo es una de las más politizadas, sino es la más de la república. La gente se entera más, se ha logrado que se informe e investigue, antes solamente era lo que oía en el radio y veía en TV. Ahora hay más información y la ayuda social ha servido de mucho. La gente ha aprendido a hacer valer sus derechos, ese es el cambio fundamental. Antes la gente decía ‘ni modo, ya me pasó que triste’. Ahora pelea, sabe que tiene derechos, que es su derecho defender su derecho. La gente no está para dejarse y está participando activamente y eso la politiza.

“La ciudad cambia en que se permite el tráfico de bicicletas de manera abierta, en la medida que ha dado ayuda social que se ha bifurcado y trifurcado en madres solteras, muchachos que tienen deseos de estudiar, eso le ha dado la oportunidad de ser más participativa y educada”.

LA INSEGURIDAD INHIBE A LA GENTE

Aunque no se han visto fenómenos tan complejos como en otras entidades, con Mancera se abatió al Ojos y se comenzó a hablar de cárteles, ¿eso es parte del desarrollo, la ciudad perdió la inocencia?

Lamentablemente uno de los grandes problemas de la Ciudad de México que se arrastra desde hace muchos años es la inseguridad. Eso impide que la gente tenga un mayor desarrollo, la libertad que se tenía durante mucho tiempo y no porque leyes lo impidan, sino porque la propia seguridad personal hace que la gente se inhiba de salir y disfrutar. Antes la gente podía estar en la Alameda a la medianoche sin pasar nada. Ahora estar ahí cuando oscurece es un peligro mayor y eso ha vuelto traumática a la población de la ciudad, le ha creado un síndrome de indefensión, un complejo de abandono.

“Creo que poco a poco se debe recuperar el prestigio de la policía, que sea visto como una autoridad que está al servicio de la gente, no en contra suya. Que se vea ese tipo de cuestiones, que los servicios públicos son para disfrute de la ciudadanía y no de unas cuantas. Hay muchas cosas que cambiar, pero fundamentalmente que la gente tenga confianza de salir a las calles y saber que está segura en la ciudad que vive”.

¿Los retos de hoy son los de hace 25 años?

El problema número uno de la ciudad es la inseguridad. Posteriormente podemos hablar de todo lo que se vive en materia de desempleo, la creciente población adueñada de la ciudad, el ambulantaje, la economía subterránea, como parte de la posibilidad de sobrevivencia de la gente. No es que tenga ganas de estar en la calle, no tiene otra opción que andar ahí porque sin la calle no sobrevive, ese es el gran problema. Ese tipo de cuestiones afecta la convivencia.

“En la medida que haya más empleos se va a ir disminuyendo la delincuencia. La posibilidad del embellecimiento urbano, caminar sin problemas en las aceras que están repletas de ambulantes. No se trata de sacarlos, es gente que sobrevive, no tiene ninguna otra opción, pero sí que en la medida se creen empleos, se disminuirá este tipo de situaciones.

“La otra es la vivienda y paradójicamente hacen falta más espacios verdes. Si se lograra combinar vivienda con espacio verde eso sería un gran triunfo para México. Yo veo una ciudad menos contaminada de hace 25 años a la fecha. La veo con menos desperdicio de agua, se logró crear mayor conciencia. Una ciudad con mayor respeto en cuestiones de basura, antes la tiraban. Ahora de alguna manera tratan de clasificarla, es menor la gente que la tira en las calles, eso hace que   se modifique y se dignifique sobre todo la ciudad”.

CIUDAD MENOS HUMANA

¿Cuáles serían las diferencias entre la ciudad de hace 25 años y la actual?

Es una ciudad menos humana por la inseguridad, menos humana por la situación de nerviosismo que vive la gente, la pandemia, las tensiones por falta de empleo consecuencia de la pandemia, eso ha vuelto a la gente más irritable. Eso ha hecho muy difícil la convivencia. Si regresamos a la época donde en los barrios la gente se conocía, se defendía, donde las vecindades eran un núcleo de una familia dentro de un marco de 40, 50 a 200 viviendas. Ese tipo habría que intentar recuperarlas, donde la gente se conoce unos a otros y, al conocerse eso implica que se defiendan y haya mayor integración incluso para defensa de sus derechos. Eso se debe pelear mucho.

¿Qué le gusta más y que hay que preservar?

Sus monumentos, sus palacios, más que las piedras, lo que enseñan las piedras. La historia de la ciudad es lo más abundante y preciado que tenemos porque de nada sirve ver una catedral con esa belleza si no conocemos lo que hay dentro de ella, cómo se logró hacer ese tipo de cosas. Es una cosa fundamental.

¿Qué extraña más?

Fundamentalmente, el Centro histórico, es lo más entrañable que tiene la ciudad, recorrer edificio por edificio, entrar a las iglesias y ver la belleza de sus esculturas figuras religiosas, sus campanas, cuadros, el castillo de Chapultepec, es una parte imprescindible y en ese marco la Basílica de Guadalupe, los cines que se fueron, lo que queda de ellos es parte de la memoria. Diría que lo más importante es la memoria, el poder contar la ciudad, que pueda uno disfrutarla, vivirla y sobre todo conocerla en esa profundidad.


(djh)