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“La cuarentena le dio 'en toda la torre' a mi negocio”

El coronavirus le mató inversión de 30 mil pesos a Honorina, quien forma parte de los 15.3 millones de mexicanos ocupados en el sector informal

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Escrito en METRÓPOLI el

Honorina Franco, vendedora ambulante en Iztapalapa, perdió más de 30 mil pesos en mercancía debido a la emergencia sanitaria por el covid 19.

La jefa de familia vendía alimentos y bebidas afuera de una primaria, una secundaria y de las instalaciones de un DIF al oriente de la Ciudad de México. Ella había adquirido los insumos necesarios para laborar hasta el 3 de abril, antes de que las escuelas suspendieran clases por Semana Santa, pero ya no le fue posible.

“Mi negocio cayó… surtí a finales de febrero, programándome para irme de vacaciones como lo marcaba el ciclo escolar, pero cuál fue mi sorpresa que el 14 de marzo dan el anuncio de que todo estaba cancelado. Para mí fue pérdida total, perdí más de 30 mil pesos en mercancía”, relata con preocupación la mujer de 59 años de edad a La Silla Rota.

“Se me quedó todo: yogurt, salchicha, jamón, pan Bimbo, agua, jugos, coca, papas… a mí sí me dieron ‘en toda la torre’”, añade la originaria del Estado de México, quien tuvo que sumarse a las filas del comercio informal hace 25 años, cuando enviudó y quedó a cargo de sus dos hijos.

Así como Honorina, 15.3 millones de personas en el país están ocupadas en el sector informal, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), al cuarto trimestre de 2019. El Inegi define a este sector como las actividades económicas de mercado que operan a partir de los recursos de los hogares, pero sin constituirse como empresas.

De acuerdo con Carmen Ponce, economista especializada en temas de género, más de la mitad de la población que labora en la informalidad son mujeres, muchas de las cuales se encuentran en total desprotección porque viven al día. Para ellas, “esta crisis de salud se traduce en una crisis económica que agudiza su condición de pobreza. Si no salen a vender ¿De qué van a vivir?”, cuestiona en entrevista con La Silla Rota.

Durante las dos semanas posteriores al anuncio de la suspensión de clases por la contingencia sanitaria, Honorina siguió yendo al DIF “La Ford”, ubicado en Av. Ermita Iztapalapa, donde vende comida desde hace once años, pero tuvo que desistir porque no había venta, en esos días no recuperó ni la mitad de lo invertido.

“Intenté ir en las mañanas, pensé que tal vez podían estar mis clientes de Jarritos, de Marinela, porque esas empresas siguen trabajando, pero no, no hay gente. Ya ni gente pasa por ahí por la cuarentena. No tenía caso que fuera porque solo vendiendo una cosa, por ejemplo, chilaquiles, invierto entre 500 y 600 pesos porque hay que comprar bisteces, pechuga, aceite, tortillas, queso, crema, cebolla, y no vendía ni 200 pesos”.

Ante esta situación, la residente de Iztapalapa decidió quedarse en casa. “Mi hijo me dijo: ‘no tiene caso que vayas, no sacas la inversión, ni la gasolina y nada más te vienes a asolear, mejor opta por cuidarte’”, ya que por su edad y por padecer diabetes, Honorina forma parte de la población que está en mayor riesgo de enfermarse gravemente a causa del covid 19.

Cabe mencionar que, este viernes, Iztapalapa, cuya población es de 1.8 millones de personas, se ubicó como la alcaldía de la Ciudad de México con más casos confirmados acumulados de covid 19, con 255, y ocupó el segundo lugar con más decesos por esta causa, con 23 defunciones, en la demarcación se registraron 97 pacientes recuperados y 135 casos activos, de acuerdo con el Centro de Información Geográfica de la UNAM sobre covid-19.

En riesgo 123 mil empleos en Jalisco por COVID-19

Mapeo por municipio de casos de covid 19 en México, realizado por la UNAM:

El ingreso que la comerciante percibía, antes de la contingencia, era de 2 mil a 2 mil 500 pesos semanales, dependiendo de la venta. Honorina se levantaba a las 4 de la mañana para tener todo listo y a las 6, salir a vender desayunos escolares en la Escuela Primaria “Albino García” y en la Secundaria Técnica 53 “Adolfo López Mateos”, ubicadas en la Unidad Santa Cruz Meyehualco. Al terminar, la comerciante, apoyada por sus hijos, se trasladaba al DIF, donde despachaba chilaquiles, hot dogs, hamburguesas, tacos dorados y el guisado del día.

Fany, la hija menor de Honorina, quien es madre soltera de un niño de 13 años, además de ayudar a su mamá, por las tardes vendía frituras y golosinas, como “dorilocos”, “jicaletas” y “boing preparado”, afuera de una secundaria, por lo que también perdió su fuente de trabajo con la suspensión de clases. Actualmente, esta familia es sostenida únicamente con el salario del hijo mayor de la mexiquense.

En Iztapalapa, como en otras alcaldías de la capital, el comercio ambulante es muy común en las inmediaciones de las escuelas. Tan solo donde trabajan Honorina y Fany, hay entre 5 y 8 comerciantes en cada plantel.

Considerando que existen alrededor de cinco personas ocupadas en esta actividad por cada escuela pública de educación básica en la alcaldía (214 primarias y 80 secundarias), podemos calcular que la emergencia sanitaria ha dejado sin esta fuente de ingresos a mil 470 comerciantes.

Pese a la adversidad, Honorina, quien tiene más de cuatro décadas residiendo en la colonia Buenavista, refiere que es afortunada porque “hay muchos comerciantes mucho más afectados que yo, como sea no pago renta, mi hijo me dijo: ‘no te preocupes, aunque sea para la comida va a salir de lo que yo gane’, y estamos comiendo también de lo que me quedó, tengo arroz, frijol, pero hay personas que están peor que yo”.

“Ahorita sí estoy reduciendo el gasto, comprando cosas que nos rindan, trato de economizar porque no sabemos cómo se vaya a poner, cuánto más se puede prolongar esta situación”, menciona la jefa de familia, ante la incertidumbre económica que experimenta el país debido a la crisis de salud.

Al respecto, la economista Carmen Ponce subraya que brindar créditos o ayudas sociales a la población ocupada en la informalidad “es una medida indispensable”. “Se tiene que dar una pensión o una subvención o una forma de vida al taquero que hoy cerró la taquería, a la señora que hoy cerró el puesto de quesadillas, a la señora que vendía flores, porque es gente que no tiene ahorros o su capacidad de ahorro es muy limitada”.

A finales de marzo pasado, Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México, anunció que se otorgarían 50 mil créditos de 10 mil pesos a microempresas, a través del micrositio del Fondo para el Desarrollo Social. Honorina lo intentó, pero tuvo complicaciones para acceder al registro, “la página te sacaba”, señala, y eso la desalentó.

También ha perdido la esperanza de recibir algún apoyo de las autoridades porque en las conferencias de prensa y en redes sociales anuncian que van a ayudar a los pequeños empresarios, “pero hablan de las cafeterías, las fonditas o negocios más establecidos, no están haciendo nada por los comerciantes ambulantes, para ellos no contamos”.

“No he oído que la alcaldesa (Clara Brugada) ande por ahí, diciendo vamos a hacer esto para apoyarlos, a pesar de que la alcaldía tiene un control de quien es ambulante”.

Honorina concluye que “como comerciantes, no pedimos que nos regalen, pero si un préstamo para invertir y poder salir adelante, para recuperarnos de la crisis que está pasando. Hay gente que va al día, hoy saca su ganancia y lo poquito que tiene, lo invierte. Nadie nos esperábamos esto”.

(Ameyaltzin Salazar)