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Inseguridad en Centro Histórico cobra otra víctima: Hostería La Bota

No es la primera vez que La Bota es víctima de la delincuencia: “En anteriores ocasiones ponían demasiadas trabas para que nosotros levantáramos la demanda; esta vez sí pudimos hacerla", cuentan los dueños del lugar

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Escrito en METRÓPOLI el

En 2005, Hostería La Bota abrió sus puertas en el corredor Regina del Centro Histórico, cuando todavía no era peatonal, y como parte del proyecto Casa Vecina. En 2010 este peculiar espacio, que además de bar ofrece actividades culturales, se cambió al número 40 de San Jerónimo, una calle contigua a donde originalmente estaba. 

Cuando llegó La Bota a Regina, esta vialidad era consideraba muy conflictiva e insegura. Meses después, el entonces gobierno capitalino comenzó la recuperación de esta zona sur del Centro y convirtió peatonal a esa calle. La dinámica se transformó y la violencia se calmó, por lo menos un tiempo. 

Ya en San Jerónimo, La Bota continúo su trabajo como Centro Cultural y Gastronómico. También ha sido víctima en varias ocasiones de la delincuencia. La última fue el pasado 28 de enero. 

Eran cerca de las 11 de la noche, cuando dos tipos van directamente hacia dos clientes nuestros a pedirles dinero de una forma agresiva, amedrentándolos les dicen ‘saca la lana’. Estaban alterados, por lo que nos comenta el mesero en turno”, explicó Adrián Calera Grobet, uno de los dueños de la Hostería.

Agregó que La Bota tiene un protocolo de seguridad que señala: “es mejor desde un inicio no darles acceso a estas personas porque sino es mucho más difícil sacarlas y el problema se puede suscitar dentro del negocio”. Desde esa lógica, el mesero los invitó a permanecer afuera. 

“Inmediatamente, ellos le dicen al mesero que él ya tiene un problema con ellos. No los deja pasar y le habla a la persona que estaba en la barra. Al negarle la entrada para que sigan molestado a los clientes, le tiran un golpe al mesero, quien responde. En el video se ve que los dos individuos le están pegando”. 

Desde ese momento, personal de La Bota llamó a la policía, sin que los dos tipos se dieran cuenta. Al mismo tiempo, una tercera persona se acercó y les dijo a los dos hombres: “ya vámonos”.

Se ve que él es su jefe o los conoce de tal manera que impidió que siguiera esa primera madriza. Se fueron y el equipo de La Bota siguió llamando a la policía que no llegaba, tampoco sirve el botón de pánico de la esquina. Tampoco sirvió la llamada silenciosa que el gerente activó. El problema es que la policía pudo haber evitado la segunda madriza”.

Cuando se dio el primer incidente, los dos tipos amenazaron a los meseros. Les dijeron que los iban a matar y que iban a regresar con más personas. 

Pasaron seis minutos y cumplieron parte de su amenaza. Regresaron con más refuerzos. En total fueron seis hombres los que entraron e hicieron destrozos. Aventaron bancos y sillas. Golpearon a los empleados. Como saldo resultaron lesionados seis integrantes del equipo, tres con heridas graves. Media hora después llegó una patrulla ya cuando los agresores se habían retirado. 

“El problema que notó es que la policía, por lo menos en este cuadrante del Centro Histórico, no atendió las llamadas de este equipo por miedo, porque no hay la cantidad de elementos suficientes. Si un  chavo se está echando un porro en San Jerónimo, llegan dos policías en dos minutos y se lo llevan sin ningún problema. Este simulacro de la autoridad pasa porque no se tienen que enfrentar directamente con los delincuentes. Cuando uno habla por un problema mayor, la policía desaparece”. 

Calera Grobet refirió no es la primera vez que La Bota es víctima de la delincuencia. “En anteriores ocasiones ponían demasiadas trabas para que nosotros levantáramos la demanda. Esta vez si pudimos hacer la denuncia”. 

A mediados de 2018, en la madrugada unas personas entraron a robar. Forzaron la caja fuerte y se la llevaron con la nómina. Otro día, un empleado que iba a comprar insumos a La Merced fue asaltado. 

Hemos tenido golpizas afuera. Yo tuve un problema con unos clientes con los bares aledaños que estaban moneando enfrente del bar y al decirles que no podían hacer eso, me tiró un golpe que esquivé y luego fui informado por los dueños del local de a lado que me estaba metiendo con secuestradores”.

De acuerdo con Calera Grobet la delincuencia en el Centro Histórico va en aumento, aunque ha sido de manera intermitente. 

“Algunos días está tranquilo, otros no. Por ejemplo, mi hermano me contó que estando en La Bota vio pasar unos policías disparando en Isabela Católica. Eso es gravísimo. Nosotros necesitamos que estos actos ya no van a pasar”. 

La Bota no es solo bar

La familia Calera Grobet siempre se ha dedicado al arte. Desde antes que abriera en Regina ya existía la editorial mantarraya, que hasta la fecha ha publicado más de 60 libros. 

Nunca hemos entendido a La Bota como un lugar que da de comer, sino también que ofrece actividades culturales. Con la editorial apoyamos a jóvenes artistas para editarles su primera obra, así como coediciones con editoriales independientes. También tenemos el proyecto La Chula, que es una combi que va por las delegaciones con las voz viva de los poetas que publicamos”.

Además, realizan publicaciones de libros y festivales al aire libre. También son una red de comunicación con varias instituciones culturales. 

fmma