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Inicia vacunación en VC; es una bendición de Dios: María Guadalupe

Tres meses después de que su esposo se convirtiera en una más de las 195 mil personas que han fallecido en México a causa de la pandemia, ella acude a vacunarse

Escrito en METRÓPOLI el

“Mi esposo falleció de covid”, recuerda María Guadalupe Bravo Olmos, vecina de la colonia Jardín Balbuena y quien este 17 de marzo acudió a recibir la vacuna en las instalaciones del Internado 17 de la Secretaría de Educación Pública (SEP), en Venustiano Carranza.

Tres meses después de que su esposo se convirtiera en una más de las 195 mil personas que han fallecido en México a causa de la pandemia, ella acude a vacunarse y expresa qué se siente.

“Una felicidad porque ya vamos a poder estar un poquito mejor. Estoy feliz, muchas gracias”, expresó, luego de ser vacunada con la vacuna CoronaVac, de Sinovac, que requiere dos dosis.

Protegida con una mascarilla KN95 azul y una careta con armazón de lentes integrado, se le pide su opinión sobre aquellos que se niegan a recibir la vacuna.

“Es una tontería lo que piensan, porque la verdad es un regalo de Dios”, responde.  

María Guadalupe es una de las 9 mil personas que en este centro se esperaban para ser vacunadas. Una de las miles que en la antesala de la salida del plantel educativo, recibía aplausos de trabajadores del gobierno de la ciudad.

SE ALARGA LA FILA

La primera jornada en el Internado inició con algo de caos. A ratos la fila crecía y casi llegaba a la esquina, con personas formadas en la acera de las instalaciones de la Televisión Educativa.

Además, había sitios donde las personas se aglomeraban para preguntar a los trabajadores del gobierno capitalino sobre los requisitos para vacunarse. La entrada, custodiada por una integrante de la Secretaría de Marina, a veces también se veía copada de gente, tanto, que la tapaban.

Eso provocaba que personal con altavoces pidiera guardar la sana distancia. También avisaban que la entrada para personas con silla de ruedas era por la calle Ferrería y no por Circunvalación. Luego la fila volvía a fluir y la fila se recortaba y después volvía a crecer, hasta que alrededor de las 11am dejó de hacerlo.

Afuera se veía a algunos vendedores de caretas de policarbonato y plumas para llenar las formas, y a otros personajes que repartían tarjetas para ofrecer sus servicios de sanitización. Más temprano, hubo también un carrito de tamales.

Incluso pasó una mujer que vendía paraguas para el calor, y otro vendía sombrillas, que son las adecuadas para los rayos solares.

ORDEN Y RAPIDEZ

Adentro, la situación era diferente. Prevalecía el orden. En las mesas de vacunación en dos de los costados de las mesas se ponían cuatro personas sentadas en sillas, uno detrás de otro, para esperar su vacuna. En los costados no ocupados de las mesas unas enfermeras preparaban de manera cuidadosa la vacuna, la sacaban de un frasquito, la ponían en una jeringa, la tapaban y se la pasaban a una compañera que iba con cada uno de los mayores de 60 años y lo inyectaba y le ponía un algodoncito para que se lo pusiera en el lugar de la inoculación y se repetía el proceso.

En menos de dos minutos vacunaba a las 4 personas, les preguntaba si sangraban y si no, que era lo común, les avisaba que era todo ahí y que pasaran al área de observación.

“Terminamos”, les decía y se levantaban de su asiento con su algodoncito y se iban al área de observación. A diferencia de otros centros, en el Internado no había una zona especial para las personas con alguna enfermedad reportada en su registro. Algunos estaban debajo de una carpa montada para evitar el calor y ocupaban las sillas en el patio, otros estaban en unos salones, como estudiantes.

Pasada su media hora de observación, entonces salían y en la antesala era cuando los recibían con aplausos y afuera decenas de familiares recibía a los suyos.

MÁS CAOS ACÁ

Fue una jornada donde se vio a un par de funcionarios visitar el lugar. Ahí estaba la Secretaria de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, Miriam Urzúa Venegas, que en pláticas con otros trabajadores del gobierno capitalino, comparaba lo que ahí pasaba con la otra sede de vacunación instalada en la misma alcaldía, en la Primera Región Militar, por la terminal 2 del aeropuerto.

“Hay más caos acá”.

También acudió el titular de la Secretaría de Desarrollo Económico, Fadlala Akabani, quien explicó a La Silla Rota que acudió para visitar a un grupo de trabajadores de la dependencia que acudieron a apoyar en el registro de las personas.

Aseguró que la jornada estaba muy bien organizada. Dijo que participaban distintas dependencias del gobierno de la CDMX con el gobierno federal. En el caso de la sede de Internado, además del personal de Salud, había de la Sedeco, de la Secretaría de Cultura y del Instituto de la Juventud,

“El tiempo de estancia aquí no rebasa la hora y media y es algo positiv

o porque la gente no está mucho tiempo y sale contenta”.

La vacunación en Venustiano Carranza concluirá el próximo 23 de marzo y el objetivo es vacunar a 91 mil 241 adultos de 60 años y más.

Además, empezó la aplicación de la segunda dosis para 176 mil 110 personas en Iztacalco, Xochimilco y Tláhuac.

Hasta las 4 de la tarde, en Internado 17 se habían aplicado 4 mil 190 dosis, y en todas las alcaldías 25 mil 592. 


(Sharira Abundez)