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Hospital La Villa: sin insumos ni personal y una posible reconversión

El personal médico aseguró que no se niega a trabajar, pero señalan que no es posible internar a pacientes covid sin lo "mínimo indispensable"

Escrito en METRÓPOLI el

Aunque el Hospital General de La Villa, ubicado en la alcaldía Gustavo A. Madero de la Ciudad de México, se mantuvo como un nosocomio híbrido durante el primer pico de la pandemia, esta tarde se definirá si es reconvertido totalmente como un Hospital Covid, ante el aumento exponencial de contagios que se registra desde hace un mes en el Valle de México, lo que mantiene a la expectativa a los trabajadores de la salud, pues aseguran que no cuentan con los insumos médicos para atender a este tipo de enfermos.

Y es que, de acuerdo con el personal médico que labora en este hospital, a pesar de que actualmente ya atienden a pacientes contagiados por el SARS-Cov2, faltan aditamentos para sedar a las personas que requieren ser intubadas, además de que no existen los ventiladores óptimos para su atención, aun cuando haya camas disponibles para la recepción de enfermos graves.

Médicos entrevistados por La Silla Rota señalaron que el hospital cuenta con alrededor de cien camas, de las cuales, hasta hace un mes, solo se utilizaban 30 para la atención de pacientes con covid-19; sin embargo, actualmente, cerca del 50 por ciento ya están ocupadas con enfermos de este virus, aunque siguen careciendo del equipo necesario y no se cuenta con un protocolo establecido para la recepción de este tipo de pacientes.

"Que quede claro, el personal no se niega a trabajar, pero no es posible internar a pacientes sin lo mínimo indispensable. Ayer trajeron unos ventiladores y se los tuvieron que llevar porque no funcionaron. El problema de esta enfermedad es que no existe un tratamiento definido para los enfermos, por lo que les tienes que estar dando paliativos para controlar los síntomas y no hay medicamentos, además de que no se cuenta con lo necesario para intubarlos, una intubación sin que se le sede a una persona, es espantosa. Esa es la demanda", acusó un doctor de este hospital.

EXISTE DÉFICIT DE HASTA 50% DEL PERSONAL MÉDICO

De acuerdo con los testimonios recabados, este nosocomio de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México también presentaría un déficit del personal médico dedicado a la atención, pues, antes de la llegada de la pandemia, se estimaba la carencia de al menos cien enfermeras; cifra que se agravó durante la contingencia sanitaria por las bajas causadas por la enfermedad y las incapacidades que también ha generado.

"Este hospital tiene más de 50 años, la mayoría del personal ya eran mayor de 60 años. Cuando se toma la decisión de que los médicos o enfermeras en situación de vulnerabilidad podrían irse de incapacidad, la población médica de aquí se vio disminuida hasta en un 50 por ciento. Ahorita que lo quieren reconvertir, han estado contratando personal, pero sigue siendo insuficiente para el universo que se contempla atender", explicó un jefe de médicos del Hospital General La Villa.

Por otro lado, los trabajadores señalaron que, hasta ahora, no existe un plan de reconversión de este nosocomio, pues los modelos presentados no contemplan un área de aislamiento para la atención de la covid-19, como existe en la mayoría de los hospitales covid, a fin de evitar que todos los médicos, enfermeros y hasta enfermos estén permanentemente conviviendo con el virus.

"Las camas de este hospital están separadas por área, unas están en terapia intensiva, otras en ''columna'', otras en urgencias y en el triage respiratorio, todas están separadas porque somos un hospital de traumatología por excelencia, pero si usamos ese modelo para atender a los pacientes, estaremos moviendo el virus de un lugar a otro y aquí ocurrirá un contagiadero", advirtió una doctora.

Aunque el personal de este hospital asegura que, el 30 de diciembre pasado, la mayoría recibió la primera dosis de la vacuna anticovid y se les ha anunciado que, durante la siguiente semana, se les administrará la segunda, afirman que cualquier esfuerzo será insuficiente, si no existen condiciones para atender a quienes llegan con síntomas graves.

SE MANTIENE LA ESPERANZA

Afuera de este nosocomio, el movimiento luce con calma. Franeleros que se han apropiado de las calles aledañas dicen que hoy ha sido un día tranquilo, en comparación con este jueves, cuando observaron la llegada de tres pacientes muy graves que fueron ingresados al área de Urgencias, aunque uno de ellos, falleció una hora después.

En el acceso principal, se observa una fila de 30 familiares que esperan para recibir noticias sobre la salud de su paciente internado por covid-19, las cuales se les brindan en el Módulo de Atención desde las 11:30 horas y a las 19:30 horas de lunes a domingo.

Ahí, se encuentra Antonia Vázquez, quien ha permanecido tres días consecutivos y sin descanso en la Sala de Espera que fue habilitada para los familiares de estos pacientes, pues, en su caso, los médicos le pidieron que no separara del nosocomio. 

Su esposo, de 60 años y quien padecía hipertensión, ingresó el pasado 12 de enero a este nosocomio, luego de ocho días de presentar los primeros síntomas de la covid-19 y tras un mal diagnóstico hecho por un médico particular.

"Él inició con síntomas el 4 de enero, fuimos con un doctor particular y le diagnosticó faringitis, le dio tratamiento y empecé a ver que unos días estaba mejor y otros mal; con el paracetamol le bajaba la temperatura de hasta 39.6 (grados Celsius) que a veces presentaba y estábamos hasta cierto punto tranquilos porque no tenía tos, pero al no notar mejoría, fuimos otra vez con el doctor y ahí nos dijo que podía ser covid, pero que no nos preocupáramos porque ya había pasado lo peor y solo teníamos que aislarnos.

"Al siguiente día, mi esposo tuvo un cuadro de tos que ya no se le controlaba y ya no podía ni caminar. Le dije que lo iba a llevar a un hospital y me contestó que sí, porque ya no tenía fuerzas. Llegamos aquí directamente, me dijeron que iban a ver si lo podían estabilizar porque no tenían oxígeno, pero, por fortuna se desocupó una cama y aquí se quedó. Ayer, ya lo intubaron y lo reportan grave", relata Antonia, con lágrimas en los ojos.

NO SABEN CONTRA QUÉ LUCHAN

La mujer, como la gran mayoría, desconoce cómo su esposo pudo adquirir el virus, pues, aunque es chofer, habían decidido respetar el confinamiento en su casa de la colonia Sauces de Ecatepec y hacer uso de los pocos ahorros con los que contaban, para evitar enfermarse.

"No sabe uno contra qué lucha, no sabemos qué va a pasar, ni hay un modelo a seguir. Solamente, queda la esperanza, porque aunque, en todos los casos, haya sido diferente, todos los familiares de estos pacientes estamos igual, aunque es reconfortante saber que ya lo están atendiendo", apunta.

De acuerdo con las mediciones del gobierno capitalino, el esposo de Antonia es uno de las siete mil 112 personas que permanecen hospitalizadas en algún nosocomio de la Ciudad de México, por complicaciones de la covid-19, de los cuales 25 por ciento provienen de otras entidades, así como de los mil 788 pacientes que se mantiene intubados. 

Se estima que, esta semana, los ingresos a estos hospitales aumentaron en 21 por ciento y se prevé que las siguientes dos semanas sea las más complicadas después de los festejos del 24 y 31 de diciembre.



(Sharira Abundez)