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Gimnasios sobreviven a pandemia y oscuro panorama

Con distintas medidas, sobreviven gimnasios para mantener los gastos, cumplir con la nómina mensual y parte de la renta

Escrito en METRÓPOLI el

El gimnasio Perfect Body Sciences (PBS) es la vida de Sofía Rojas Ruiz. Ubicado en División del Norte 3222, en Ciudad Jardín, lo reabrió la semana pasada luego de seis meses cerrado. Para mantener los gastos, cumplir con la nómina mensual y parte de la renta, pese a estar cerrado, adquirió 4 créditos bancarios.

Además, debió poner plexiglás en la caja, comprar pistolas desinfectantes, permitir sólo un aforo de 30 por ciento, colocar señalamientos sobre el uso obligatorio de cubrebocas, de gel antibacterial, mantener cerrada el área de cardio y poner carteles para impedir el uso de los aparatos y además sólo permitir el acceso con citas. Eso, sin mencionar los cursos a los que debió acudir para un retorno seguro.

Aun así no se rinde y su mayor deseo es sacar su negocio adelante. No es la primera vez que intenta mantener a flote el gimnasio. El local que rentaba en 2017 resulto dañado por el sismo y, pese a ello, la dueña intentó cobrarle renta. Luego se fue a otro que estaba cerca de un bar, por lo que había plagas. En enero llegó al actual y en marzo comenzó la pandemia.

Pese a esos antecedentes y las restricciones actuales, ella es optimista.

“Dejar el optimismo implica abandonar nuestro proyecto de vida. Esto es lo que somos. Entonces no podríamos hacer otra cosa que ser optimistas pero el panorama, objetivamente, es muy negro para los negocios pequeños que no somos de cadena, no contamos con capital, no tenemos otro tipo de ingresos más que éste”, explica a La Silla Rota.

CLASES GRUPALES EN EL TECHO

Otro gimnasio, este de cadena y grandes instalaciones, Sport City, en su sucursal de Insurgentes Sur, aprovecha espacios como la cancha de tenis al aire libre, para dar clases grupales de yoga, prohibidas en espacios cerrados. Sin embargo, en días como este 29 de septiembre, eso se frustra, debido a la lluvia otoñal que llegó acompañada de frío.

Ahí también debieron someterse a las restricciones impuestas por las autoridades para evitar el contagio. Además del gel, los termómetros para tomar la temperatura y la señalética en el piso, en algunos aparatos de pesas hay códigos QR para que con un teléfono celular los socios descarguen un video que les muestra rutinas sugeridas y así evitan el contacto cercano con instructores, que están con cubrebocas y caretas.

Cada aparato tiene a la mano un dispersor desinfectante, para que los socios con una toalla desechable lo humedezcan y con él limpien el aparato, antes y después de hacer sus ejercicios.

 

La alberca, ubicada en otro piso, está abierta, pero al mediodía no hay ningún socio dando brazadas. Usualmente llegaba a tener hasta a 30 personas, pero ahora lo máximo que tiene son seis dice el guardavida, David Iván López Rojas.

Ni qué decir de los vestidores, donde para mantener la sana distancia hay zonas restringidas, y el vapor se encuentra cerrado.

Pese a ello, hay personas que ya volvieron para ejercitarse con pesas.

Otra cadena que también regresó a las actividades es Energy Fitness de Reforma 222 y ahí no hay clases grupales, ni acceso a aparatos de cardio, ni regaderas ni toallas. Solo hay servicio para pesas.

EL REGRESO DE LOS CLIENTES

Héctor López, uno de los usuarios del PBS, dice a La Silla Rota que es la segunda vez que acude al gimnasio, ya que antes de la pandemia iba a otro, pero ya cerró. De hecho, se enteró por internet que American Fitness ofrecía disculpas a sus clientela pero ya no reabriría, debido a su situación económica.

A él no le afectó tanto porque su última mensualidad pagada estaba a punto de concluir, pero otros sí se quejaron, pues acababan de pagar su anualidad.

López dice que ya extrañaba el gimnasio y considera que PBS lo hace sentir seguro porque hay sana distancia y tiene aparatos suficientes.

Alonso, un socio de Sport City, ya lleva una semana de haber regresado. Dice que aunque no extrañaba tanto el gimnasio, estar ahí lo motiva más y hay aparatos que permiten hacer ejercicios que no puede hacer en casa. Con cubrebocas, que él mismo debe llevar, dice que también le piden que él limpie el aparato que usa, lo que a él lo hace sentir más seguro.

AFECTACIONES

Iván López, de la Asociación de Gimnasios, Entrenadores y Usuarios de Actividades Deportivas que agrupa a gimnasios de colonias de la Ciudad de México, dijo a La Silla Rota que la reapertura que inició el 21 de septiembre, con aforo de 30 por ciento y el impedimento del uso de la zona cardio en los gimnasios, impide que lleguen más clientes.

“Fue un engaño, hay muchas restricciones”.

En entrevista, calculó que un 30 por ciento de los gimnasios que había antes de la pandemia de la covid-19 podrían cerrar. Pero eso impacta a otros sectores.

“No solo son los empleados, son insumos, es el que vende el agua. También el que ayuda en aseo, el del equipo de pesas. Ahora, por los cierres, una máquina de pesas que costó 18 mil pesos, la vendes en 6 mil pesos. La rematas y aun así no hay quien te la compre. Veo difícil que pueda renacer el deporte fitness”.

Añadió que ni siquiera las grandes cadenas están exentas de cerrar, lo cual es cierto ya que Sports City ya cerró varias de sus sucursales. 

Criticó las medidas, ya que los gimnasios que más sufren son los de las zonas conurbadas, pues al estar cerca del Estado de México, donde el aforo está al 100 por ciento y se permite el ingreso al área de cardio, los clientes prefieren desplazarse a la entidad vecina.

López también cuestionó que las autoridades del Instituto de Verificación Administrativa y de Protección Civil pidan documentos que antes no pedían, y abran la puerta a la corrupción. 

(Sharira Abundez)