TOLUCA.-Desde que comenzó el mes patrio, don José llegó a Toluca, Estado de México, con la esperanza de poder vender sus artículos patrios. Desde el año pasado carga con mercancía y una inversión frenada por la pandemia de covid-19. Con él, diez familias más provenientes de Santa Ana Jilotzingo, comunidad del municipio del mismo nombre, esperan que este 15 y 16 lleguen las ventas que no cayeron en el último año.
Rehiletes, vestidos, peluches que él y su familia confeccionan, trenzas postizas, guitarritas, trompetas, pelucas tricolor y hasta aretes y anillos de fantasía, es lo que don José vende en un puesto improvisado sobre avenida Alfredo del Mazo, en donde se les concedió el permiso para colocarse.
Comerciantes provenientes de Santa Ana Jilotzingo
Originalmente iban a llegar 21 comerciantes de Jilotzingo, pero la falta de certeza sobre los permisos municipales, la cancelación de las fiestas patrias y las deudas arrastradas durante el año del confinamiento, sólo le permitieron llegar a la mitad.
“Llegamos el 2 de septiembre, empezamos a trabajar. Muchos de nosotros no estaban seguros si nos iban a dar el permiso y por eso llegamos la mitad. Nos ha ido más o menos, no está muy acreditado el lugar y están muy bajas las ventas”.
En años pasados llegaban a la Expo Feria de la Bandera, organizada por el ayuntamiento de Toluca, pero la pandemia cambió todo.
“Nos afectó mucho, antes podíamos vender sin problemas, para los festivales, para las fiestas, pero ahora ya no. Nos quedamos con la mercancía del año pasado y apenas estamos viendo la ganancia, ésta es nuestra fuente de trabajo. Le invertimos y hasta pedimos créditos, el año pasado yo le metí 50 mil pesos al negocio, ahorita pues estamos tratando de sacar toda la mercancía y recuperar, como quien dice, ‘de lo perdido, lo ganado’”.
Don José y su familia confeccionan, trenzas postizas, guitarritas y trompetas, entre otros artículos
En los puestos hay para todos los bolsillo, la intención, dicen los vendedores, es llevar los motivos tricolor, los símbolos patrios a casa, aunque sea para celebrar en familia.
Mientras algunos clientes se acercan y preguntan por los trajes típicos para niños, en especial, don José limpia lo que tiene de joyería de fantasía, busca que cada artículo que vende se vea en perfectas condiciones. “De la vista nace el amor”, recuerda mientras con una franela quita el polvo, los residuos que los autos y autobuses van dejando en el ambiente.
“No es mucho lo que uno le invierte, pero como se va vendiendo, se va comprando. Tener tanta mercancía es un gasto muy fuerte aunque ahorita se ve mucho porque tengo lo del año pasado. Para estas fiestas le invertí como 40 mil pesos, no ha salido todavía”.
Venta de artículos con símbolos patrios y colores tricolor
Para don José, la crisis que ahora enfrentan es la peor que han pasado en los últimos 15 años, por lo que, contrario a lo que su tradición marca, este año esperarán en los puestos hasta el jueves 16 de septiembre con la esperanza de poder vender un poco más y solventar los gastos, en especial los de traslado pues su comunidad está a hora y media de la capital mexiquense.
(SAB)