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Familia de Valle de Chalco es detenida y torturada por policía municipal

Policías acusaron a la familia de estar ingiriendo bebidas alcohólicas, sin embargo, en el lugar no había evidencia

Escrito en METRÓPOLI el

VALLE DE CHALCO, Estado de México.- La señora Maribel Mateos Rodríguez no tenía recursos económicos para festejar los quince años de su hijo Addi, pero aprovechó el puente vacacional para comprar algunos pollos rostizados e irse a comer a un parque que está frente a una plaza comercial en la colonia María Isabel.

A su esposo Domingo Guzmán Gómez y sus  otros hijos les pareció bien la idea, de pasar un momento de esparcimiento en un jardín de Valle de Chalco, además de jugar fútbol un rato.

La familia disfrutaba la tarde en ese parque y después de comer sus pollos, levantaron los desperdicios y colgaron la bolsa en un recipiente para que no fuera alcanzado por los perros.

Los chicos jugaban fútbol y el matrimonio se quedó observando cómo se divertían, pero su tranquilidad se rompió con la llegada de una patrulla municipal, de donde bajaron cuatro uniformados, mientras otro se quedó al volante de la unidad policíaca.

Los policías de Valle de Chalco se acercaron de manera agresiva: "Hijos de su puta madre... ¡Están tomando!"

La señora Maribel, sorprendida por la inesperada agresión verbal, protestó: "Espérate ¿por qué me hablas así?"

"¡Cállate, pinche mugrosa!", le respondió el uniformado.

Los cuatro uniformados acusaron a la familia de estar ingiriendo bebidas alcohólicas, aunque alrededor de los integrantes de la familia no había un solo envase de alguna cerveza o licor.

La mujer pidió que no los acusaran de algo que no era cierto y los policías insistieron en que estaban ebrios.

Maribel pidió que para probar lo contrario estaban dispuestos a pasar por la prueba del alcoholímetro y retó a los policías a encontrar un solo envase de bebida alcohólica.

"A mí me vale madre, ¡aquí ya se chingaron!", les dijeron a los integrantes de la familia Guzmán Mateos mientras la madre de la familia solo pedía que le justificaran si habían cometido alguna falta o delito para ser tratados de esa manera.

La respuesta fueron golpes y más agresiones verbales en contra de los hijos de Maribel y Domingo; les dieron golpes, codazos. Un policía aventó una patada y la bota lastimó el brazo de uno de los niños.

Para evitar que los otros integrantes de la familia protestaban por las agresiones físicas y verbales, otro uniformado sacó su arma y cortó cartucho.

A la resistencia de los menores a subirse a la patrulla, el oficial los apuntaba con su arma con el cartucho cortado.

Al ver la situación de peligro dijo a sus hijos que se suban a la unidad policíaca y confío que otra autoridad sabría que le estaban coartando sus derechos legales y humanos.

En el camino al señor Domingo Guzmán le colocaron las esposas y le seguían golpeando.

Al llegar a la comandancia de la policía municipal de Valle de Chalco, toda la familia fue metida a los separos y llegaron más policías para golpearlos.

"A mí me dieron una patada en mis partes íntimas", expresó Maribel.

Incluso, un paramédico que estaba con la oficialía conciliadora y calificadora municipal también participó en las agresiones a pesar que sólo estaba para revisar las lesiones de los detenidos y si realmente estaban en estado de ebriedad.

ANTE LA JUEZ CONCILIADORA MÁS AGRESIONES

La oficial conciliadora, Janeth Hernández Montoya, cuando llegó la familia detenida llamó a más policías y en vez de escuchar permitió más agresiones físicas, denunciaron.

"Cada uno de los integrantes de mi familia tenían encima a seis policías. Incluso, los hijos de la juez empezaron a golpear a mis hijos", expresó Maribel Mateos.

Agregó: "El paramédico le soltó un puñetazo en la cara a mi hija para que dejara de grabar con su celular".

La afectada le explicó a la oficial conciliadora que ellos era gente trabajadora y estudiantes, además de no haber cometido alguna falta administrativa o legal para haber sido detenidos.

Sin embargo, "la juez no fue digna de decir algo cuando nos golpeaban".

La mujer que veía como golpeaban a su esposo y a sus hijos adolescentes así como al novio de su hija, les pidió "ya cálmense, ya deje de golpear".

Sin embargo, otro policía le dio un puñetazo en la cara.

A don Domingo Guzmán lo estaba ahorcando uno de los policías y fue entonces cuando uno de sus hijos reaccionó y agredió a uno de los policías, para que lo soltara.

Esto provocó más violencia contra la familia integrada por la señora Maribel Mateos, su esposo Domingo Guzmán, a sus dos hijos adolescentes, a su hija con su novio y a su sobrina con su hijo menor que fue lastimado por uno de los oficiales.

La oficial conciliadora pidió la intervención de mujeres policías para que calmara la situación y fue cuando se dieron cuenta de que se trataba de un abuso de parte de sus compañeros.

"Los detenidos no tienen aliento alcohólico", dijeron y sólo así se logró que los adolescentes fueran liberados en la noche.

Luego por las condiciones de salud de doña Maribel Mateos, ya que tenía la presión alta por todo lo que había ocurrido, fue dejada libre por la noche junto con su hija.

Antes, para salir, fue obligada a firmar un documento que le dio la oficial conciliadora para que aceptara que había participado en una falta administrativa.

Su esposo también firmó el documento con tal de que su esposa saliera y pudiera acudir a un hospital público para recibir atención médica.

El señor Domingo Guzmán, de 42 años de edad y su yerno, Ernesto Mejía Mercado, de 18 años, quedaron encerrados en la comandancia municipal acusados de alterar el orden público, cuando no hicieron nada más que querer evitar la detención arbitraria.

La señora Maribel Mateos, aún con sus lesiones, acudió a levantar una denuncia al ministerio público de Valle de Chalco por los abusos de la policía municipal; sin embargo, no se la aceptaron y la enviaron a la Fiscalía de Amecameca, de donde la regresaron finalmente otra vez al centro de Justicia de Valle de Chalco.

Como única alternativa a todo lo que vivió con la agresión policíaca, fue a la oficina de derechos humanos del estado de México, en Chalco, donde si procedió su denuncia.

Mors.