Una familia de ocho lobos mexicanos tuvo su examen clínico anual en el Zoológico de Chapultepec.
De acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema), esto forma parte de las acciones de medicina preventiva que se realizan en estos centros para la conservación de las especies a través de la Dirección General de Zoológicos y Conservación de la Fauna Silvestre en la Ciudad de México.
Esta familia de lobos está integrada por Aruma, Kilay, Seti, Hansen, Soona y Akbal, que nacieron el 11 de mayo de 2019, y sus padres, Seje y Rhi.
Al finalizar las pruebas, Sedema confirmó que todos se encuentra sanos.
A la manada se le realizó un examen físico, fueron vacunados y desparasitados, también se obtuvieron muestras para hacer pruebas de laboratorio clínico.
Posteriormente, fueron pesados: las hembras Aruma, Kilay, Seti, Hansen y Soona pesaron alrededor de 25 kilogramos, mientras que su hermano, el macho Akbal, pesó 36 kilogramos.
Especie en peligro de extinción
Desde los años 50 el lobo mexicano fue perseguido y envenenado por cazadores furtivos y esto casi provoca su extinción en los años 70.
Actualmente, la pérdida y fragmentación de hábitat, así como el conflicto con actividades humanas aún amenazan a esta especie.
Es por ello que esta familia de lobos mexicanos, que forma parte del Programa Binacional México/Estados Unidos para la Recuperación del Lobo Mexicano, representa una esperanza para la conservación de su especie y un logro para los Zoológicos de la ciudad, que todos los días trabajan por la conservación y cuidado de las especies que en ellos habitan.
Por ello, los zoológicos de la capital han aportado al programa binacional para la conservación de lobo mexicano más de 180 crías, en más de 40 camadas.
Al igual el Zoológico de San Juan de Aragón que aportó al programa una línea genética pura de esta especie que ha sido elemento clave para su recuperación, conocida como "El linaje San Juan de Aragón".
Ante esto, el gobierno de la CDMX recuerda que los zoológicos de la ciudad son instituciones destinadas a la reproducción de esta especie y también funcionan como residencia temporal en tanto se realizan los movimientos necesarios, de acuerdo con las recomendaciones de los expertos derivadas de las reuniones binacionales anuales que se llevan a cabo en favor de la recuperación del lobo mexicano.
(Ameyaltzin Salazar)