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Expertos internacionales reprueban a "El Sarape"

Criticaron el discurso gubernamental sobre que usará tecnología no contaminante, dijeron que la Planta será una incineradora de basura y generará sustancias tóxicas

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Escrito en METRÓPOLI el

Especialistas internacionales reprobaron a la Planta de Termovalorización ‘El Sarape’. Argumentaron que la propuesta del gobierno de la Ciudad de México para tratar los residuos sólidos urbanos es contaminante, costosa y causa daños a la salud y medio ambiente.

Criticaron el discurso gubernamental sobre que usará tecnología no contaminante, dijeron que la Planta de Termovalorización será una incineradora de basura y que generará, como ya se ha visto en otros países, sustancias tóxicas.

La Planta de Termovalorización “El Sarape” será construida y operada en las 13 hectáreas donde estuvo el tiradero de basura Bordo Poniente por Proactiva Medio Ambiente SA de CV /Veolia, la empresa a la cual el gobierno de la ciudad otorgó una licitación de prestación de servicio integral a 30 años. 

Para que funcione se destinarán 4 mil 500 toneladas de residuos urbanos a la termovalorizadora, que generará energía eléctrica para las 12 Líneas del Metro.  

Magdalena Donoso, coordinadora de América Latina de Gaya, la Alianza Global para Alternativas a la Incineración, advirtió que si ‘El Sarape’ se construye, no se van a reducir los residuos sólidos ni se van a dejar de producir materiales tóxicos, ya que una incineradora necesita una gran cantidad de residuos para funcionar y no puede bajar de ahí. 

“No es eficiente si no tiene esa cantidad de residuos y no va a generar la energía que está prometiendo generar sino recibe esa cantidad de material. Creemos que esta ciudad, en el punto de inflexión, en el que se encuentra va a perder la oportunidad en la que está hoy día. Esta incineradora se van a tardar tres años en que la construyan. ¿Qué va a pasar en ese intervalo?”. 

La ambientalista dijo que si existiera la voluntad política de ir en otra dirección. En esos tres años ya pudiera haber avances sustanciales respecto de la recuperación de los residuos y políticas de basura cero.  

“Esta idea de que el Metro se va alimentar con energía eléctrica de la incineradora. Nos parece cuestionable en el sentido de que hay todo un boom y una política impulsando las energías renovables y en tan solo 10 años puede haber cambios. Se va a continuar con el plan cerca de 30 años para alimentar a una incineradora de la manera menos sustentable”. 

Ricardo Navarro, coordinador de CESTA, Amigos de la Tierra, de El Salvador, reprobó la propuesta de incinerar la basura en la Ciudad de México, porque de acuerdo con el especialista, el 90 por ciento de los desechos que llegan a la planta se pueden destinar a la composta o al reciclaje.

Navarro sostuvo que además de ser contaminante, costosa y peligrosa, esta propuesta impide que se generen recursos mediante el reciclaje, ejemplificó que en 2010, en Estados Unidos de América se perdieron 11 mil 400 millones de dólares en materias que pudieron reutilizarse.

“Es un proceso carísimo. De las formas de tratar los residuos, la incineración es la que más cuesta.  Es como estar quemando el dinero. En cambio, reciclar y rehusar, hasta da fuentes de trabajo. La materia no se destruye, sino que se distribuye en el aire y suelo. Por cada 100 toneladas, hay 30 toneladas de tóxicos. Produce riesgos a la salud. Varias asociaciones de médicos en Estados Unidos se han opuesto públicamente a la incineración”. 

José Luis Conejero, miembro de la Plataforma Anti-incineración, de Montcada, España, destacó los efectos negativos que la planta de incineración puede generar en la población.

Afirmó que no existen filtros para las partículas contaminantes que emite una planta de ese tipo, por lo que los daños en la salud son mayores. 

“Las cenizas cargadas de materiales pesados provocan cáncer, tumores malignos, leucemia y malformaciones genéticas. Incluso, dijo, el 20 por ciento de las partículas producto de la incineración son gotas de ácidos que causan, entre otros males, bronquitis y muerte prematura”. 

La tendencia mundial “Basura Cero”

Los especialistas coincidieron en que la tendencia a nivel mundial más sustentable para el tratamiento de los residuos sólidos es la política de “basura cero” que es imitar el ciclo de la naturaleza mediante técnicas de reciclaje, y es la mejor opción para la Ciudad de México. 

El coordinador de CESTA dijo que Basura Cero consiste en imitar a la naturaleza, todo lo orgánico debe convertirse en abono, lo procesado debe destinarse al proceso del reciclaje y lo que no se pueda reutilizar, simplemente no debe producirse, concluyó.

Para Magdalena Donoso, “Basura Cero” es la manera de no hipotecar el futuro, sino todo lo contrario. Pensar en un mundo donde se reduzcan los niveles de contaminación y afectación a la naturaleza a través de estas políticas.

“Creemos en los principios de la “Basura Cero”, que propone regresar a los ciclos naturales, imitar a los ciclos de la naturaleza devolviendo los materiales orgánicos al ciclo natural a través del compostijae o biodegestión”.

Señaló que ya hay ciudades que voltean hacia esta política de reducción en la generación de residuos. “Eso está pasando. Los que están haciendo el trabajo en campo son personas que han desarrollado la idea de la Basura Cero”. 

Comentó que Estados Unidos tenía el doble de incineradoras que tiene hoy. Eso tiene que ver con la posición ciudadana.

“Estados Unidos es un gran generador de residuos. Hay ciudades como San Francisco que en 20 años lograron reducir el 80 por ciento con un programa de basura cero. “Compostan, reciclan, hacen revisiones de materiales que no pueden manejar, hay participación de la comunidad”. 

En el caso de Europa hicieron una apuesta con respecto a los residuos en modificar este plan que habían desarrollado durante años con rellenos sanitarios para que los residuos tendieran más al reciclaje y la recuperación a través del compostaje. Sin embargo no se concretó y se tendió más hacia la incineración, entre otras cosas porque resultó ser un súper negocio.

“En Europa hay una pelea muy fuerte, las organizaciones les piden que retrocedan y empiecen a pensar en los residuos de una manera distinta, cómo minimizarlos o como reducirlos. De qué manera se puede hacer reciclaje. De esa manera conducir a las ciudades a basura cero”.