El pasado martes 6 de junio fueron encontrados en un domicilio de la delegación Magdalena Contreras, los cuerpos de Mireya, sus tres hijos y el abuelo muertos; el caso conmocionó a la Ciudad de México pues como antecedente Mireya perdió la custodia de sus hijos pese a que en varias ocasiones denunció a su ex esposo, Leopoldo, de haber abusado de sus hijos aunque ninguna denuncia prosperó.
Respecto a Leopoldo, los estudios psicológicos lo clasifican como una persona sumamente preocupada por su imagen física e inteligente.
Según el expediente 1387/11, los múltiples estudios practicados al hombre de 40 años fueron basados en sesiones con psicólogos del DIF y de la Procuraduría capitalina (PGJ).
El periódico Reforma informó que cuenta con copias de los exámenes en los que se refieren a Leopoldo como una persona a la que le cuesta trabajo establecer relaciones profundas con los demás.
"Su perfil nos marca que es una persona que tiene la capacidad para analizar conflictos y situaciones en la vida cotidiana. (...) Suele deslindarse de las cosas que están fuera de su control y niega impulsos negativos", indica el examen.
En los documentos del DIF puede leerse que el borroneo reiterado en las zonas señaladas de los dibujos refiere conflictos de identidad genérica, remarcando una figura que indica impulsividad, agresividad e inmadurez sexual.
Sin embargo, la conclusión, de acuerdo a los dictámenes de la Procuraduría, a las tres denuncias donde se presumía que era un probable responsable en los dictámenes se especificó que no cumplía con los rasgos de un agresor sexual.
Hasta ahora, la PGJ descarta que haya tenido una relación directa con los suicidios y los homicidios de los menores, ocurridos el 8 de junio pasado.
En su momento, él también presentó una denuncia penal por violencia familiar en contra de Mireya, sin embargo, las autoridades capitalinas resolvieron que no había indicios suficientes.
Con información de Reforma
fmma