Los eventos protocolarios terminaron y era hora que la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, conviviera con los capitalinos que la esperaron cerca de cuatro horas afuera del Congreso, ubicado en la calle de Donceles, en donde rindió protesta.
Y así como en su discurso destacó que la policía no está para reprimir al pueblo, eso fue lo primero que cumplió ya como jefa del Ejecutivo local. En su recorrido del Teatro de la Ciudad al Zócalo lo hizo sin uniformados que impidieran el paso de manera prepotente ni cercos de seguridad que incomodaran a la gente.
Cuando salió del Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris”, donde tomó protesta a su gabinete y detalló su plan de acción de los primeros meses, un enjambre de reporteros, camarógrafos y fotógrafos ya la esperaban para acompañarla a su nueva oficina, ubicada en el Palacio del Ayuntamiento.
Sobre Allende había unas vallas que fueron instaladas para que accedieran los diputados locales e invitados especiales. Cuando pasó la jefa de Gobierno todavía estaban. Sin embargo, a partir de Tacuba ya no había este dispositivo de seguridad, por lo que caminó libremente y rodeada de la gente que se acercaba a saludarla o desearle felicidades.
“Esperemos que todos su deseos e iniciativas de la jefa de Gobierno sean para un mejor futuro para la ciudad”, comentó una joven que llegó desde las 10:00 horas a la calle de Bolívar.
Al acercarse a 5 de mayo entre la multitud estaba la banda de música tradicional oaxaqueña Donají que vino exclusivamente a la Ciudad de México a acompañar a Sheinbaum Pardo.
“Nos hicieron la invitación para poder venir a la toma de protesta exclusivamente de la doctora. Fue una bonita experiencia y nos sentimos muy orgullosos de que nos hayan tomado en cuenta y muy halagados de que quieran mostrar Oaxaca en estos eventos”, dijo Manuel Solís, músico de la banda Donají.
Con la música de la banda oaxaqueña, el recorrido de la exdelegada de Tlalpan y su comitiva parecía un carnaval. Una fiesta que celebraba el cambio de gobierno muy esperado.
“Claudia, doctora, ya eres gobernadora”, le gritaban a la jefa de Gobierno durante su paso por la calle de Bolívar. Mientras ella saludaba y sonreía.
“Estamos muy contentos. Creo que esta entrada es más emotiva y apoteótica que la que hizo López Obrador en el año 2000 cuando tomó protesta como jefe de Gobierno porque es un ambiente diferente. Eran otros tiempo y el clima era frío”, señaló un señor que portaba un sombrero de charro.
Había quienes no sabían que entre la multitud y las cámaras caminaba Claudia Sheinbaum. “Por qué hay tanta gente” “Es la jefa de Gobierno”, alguien respondió y no dudaron en asomarse y sacar la foto.
Mientras caminaba, las personas se le acercaban como podían. Se escuchó una voz a lo lejos “estamos contigo, felicidades” y otra que decía “te estaremos observando”.
No faltaron los regalos. En su caminata, la jefa de Gobierno recibió varios presentes de los capitalinos que la acompañaron o se acercaban a saludarla. Le dieron una collar de flores, cartas, muñecos de peluche y artesanía.
En la calle de Madero, Claudia Sheinbaum vio a un señor de la tercera edad que no podía aproximarse, ella se acercó, lo tomó de la mano para que entrara al círculo de la comitiva y ahí lo abrazó, mientras el hombre entre llanto le decía algo que no se alcanzó a escuchar. La escena duró varios segundos.
Después del recorrido que duró más de 30 minutos, la primera jefa de Gobierno de la ciudad llegó al Zócalo capitalino. Ahí dio una vuelta por una instalación de nochebuenas que estaban en el centro de la plaza y luego se dirigió al Palacio del Ayuntamiento donde inauguró un museo.
AJ