Main logo

"En Topilejo surtimos con pipas; el agua llega sucia, hasta con caras de niño"

En el pueblo ubicado en Tlalpan hay zonas donde no hay red hidráulica; deben comprar pipas privadas o a la alcaldía que pueden tardar hasta un mes

Escrito en METRÓPOLI el

En el pueblo de San Miguel Topilejo, en Tlalpan, hay zonas donde no hay red hidráulica y para tener agua, deben comprarle por 90 pesos pipas a la alcaldía, que a veces llegan a tardar hasta un mes en ser enviadas.

Ante ello, los vecinos a quienes se les acaba el agua que tienen almacenadas en sus cisternas, deben recurrir a piperos privados, que les venden la pipa por mil 200 pesos. Pero además comprarla a ese precio no les garantiza que lo que reciben esté limpio.

Así le pasó a José Luis García Villarreal, quien vive en Prolongación Teximulco, una zona que está afuera del centro del pueblo San Miguel Topilejo. Ahí no hay red hídrica, por lo que él tiene su cisterna. Recuerda que una vez recurrió a un pipero que no conocía, y se llevó una sorpresa.

“Hay que hacerlo con el adecuado, porque a veces llevan agua sucia. Una vez me tocó con animales y debí lavar la cisterna. Venía con Caras de Niño. No sé de dónde sacaron el agua”.

A su vecina Ludín Quiñones le pasó algo similar. En el predio donde vive, conviven cinco familias que en total suman 24 personas. Requieren 4 pipas para llenar su cisterna, y aunque las compran en la alcaldía, este año sólo les han vendido de a una por una. Entonces compraron una privada y el agua llegó jabonosa y apestaba. Cree que era tratada.

Pero recurrir a los piperos privados es la única opción que tienen cuando han pasado muchos días sin recibir la que compraron en la alcaldía por 90 pesos, o cuando se les acaba de manera anticipada el agua.

RACIONAR Y RECICLAR EL AGUA

Idamis Rosado, otra vecina, explica a La Silla Rota, un poco asombrada, cómo después de cinco años de vivir en San Miguel Topilejo, se ha acostumbrado a racionar el agua y a vivir sin drenaje, añade de paso.

“Te acostumbras a lo que tienes de agua, aprendes a administrarte, a reciclarla, a lavar los trastes, cuidándola demasiado. Abres la llave y enjuagas y vuelves a cerrar, acomodas el plato y tallas y sigues con el cuidado. En ocasiones lo que hacemos es ir a casa de familiares a lavar ropa porque ya no tenemos agua o debemos cuidarla porque es lo justo para el baño y los trastes”.

Algo similar ocurre con Ludín Quiñones. Para sobrellevar la falta de agua compran garrafones de agua potable, y pipas particulares cuando ya se les acabó la de la cisterna, que está debajo de su recámara. A su depósito le caben 4 pipas, pero ahora tiene menos de una.

Dice que en el centro del pueblo, que está a unos 100 metros y cuya frontera es un viejo puente, sí llega agua y entonces a veces van a acarrearla y la usan para lavar los trastes y las verduras; para bañarse usan solo medio bote. También la reciclan. Los trastes los lavan en una tina y los enjuagan en otra y luego esa agua la mezclan y la cuelan para poder usarla en el sanitario. El agua que sale de lavar la ropa la guardan en tinas, y se usa para regar plantas y también para el baño. Cuando es época de lluvias recolectan el agua en tinas.

“Ahora con la covid usamos más agua, hay que lavar las jergas y los mechudos para trapear. Y comprar una pipa está en mil 200 pesos y no nos dura. Le pedimos a las autoridades que nos apoyen”, dice, y agrega que para pagar la pipa deben bajar al centro de Tlalpan, a 40 minutos.

PROBLEMA AÑEJO

El problema del abasto de agua en Topilejo es de décadas, dice Alma García, otra vecina que es oriunda de ahí.

“Desde que tengo uso de razón Topilejo siempre ha sufrido de agua. Yo vivía en el centro del pueblo y antes las tomas eran en las calles y se tenían que turnar los vecinos para obtenerla. Mis padres son campesinos dicen que del lado del cerro del Oyameyo hay muchos pozos de agua, o sea agua sí hay, si el gobierno se dedicara a buscar sí hay. Y las barrancas son para captar agua, pero mire el basurero. Solitos nos estamos matando”, agrega mientras señala el viejo puente con una especie de canal, donde antes circulaba el agua pero ahora está lleno de basura orgánica e inorgánica.

Los vecinos temen que pueda ser peor, pues debido a la inauguración hace unos meses del hospital de Topilejo, retiraron a unas personas en situación de calle que ahora están en esa zona y que de noche prenden fogatas sin precaución, se drogan y se pelean.

García continúa con sus recuerdos. Dice que hace 40 años pusieron a trabajar el pozo de Las Bombas, del otro lado del pueblo, para surtir al centro, que entonces era pequeño y no la serie de caseríos desordenados que hay tanto ahí como en sus alrededores.

“Habían dicho que iba a suministrar agua durante 20 años, pasaron más y aun lo siguen explotando”, critica.

Otros vecinos mencionan que más arriba, hay unas fosas que podrían usarse para captar agua. Sobre ese proyecto, García se pregunta de dónde si no hay agua ahí. “Hay un ojo de agua en Oxcayuca, pero ya está casi seco, por las podas, porque la gente se va subiendo más y más y el agua se va acabando”, describe.

HACE 4 AÑOS FUE PEOR

Sobre la tardanza de las pipas en surtir a las orillas de Topilejo, recuerda que hace como 4 años era peor, porque se tardaban hasta 3 meses.

Hasta este año se han vuelto a demorar más, lo que José Luis García Villarreal atribuye en parte al desnivel de las presas del Sistema Cutzamala. Idamis Rosado lo atribuyó además al proceso electoral de este año y a los cambios en el sistema de pagos, que incluso causó una protesta vecinal la semana pasada en Viaducto Tlalpan, con todo y cierre vial.

“Más que el estiaje, la afectación más grande es por cuestiones políticas, influyen las elecciones y la alcaldía tiene varios contratos con empresas privadas, que suministran el agua, los hacen anuales y desde enero han tenido problemas. Los piperos dicen que agua hay, pero que no los han querido contratar, incluso que trabajan menos de la mitad de ellos porque no les querían pagar. Y los perjudicados somos nosotros”.

 PIPAS Y PIPAS

El problema es tan cotidiano, que hay en la calle algunos anuncios de venta de agua por pipa, que los vecinos ignoran de dónde toman el líquido.  En un lapso de 20 minutos se ve pasar a 5 pipas privadas y a una del gobierno capitalino. Desde que inicia el ascenso a Topilejo, se les ven pasar. En el camino se nota que el problema de la falta de agua no es exclusivo de Topilejo. En San Andrés Totoltepec, la asociación de vecinos de Tijuamaloapan pusieron mantas para pedir el cumplimiento de poner una red hídrica.

“Exigimos a la delegación Tlalpan nos abra la red sistema de agua potable que nosotros les pagamos hace 12 años”.

En Topilejo, la avenida principal es la antigua carretera a Cuernavaca. Las calles son desordenadas, con desniveles. Además del paso de las pipas, se ve a otras dos estacionadas.

La sorpresa para los vecinos que dieron sus testimonios, es que luego de consultar a otros, supieron que algunos vecinos de fuera del centro sí tienen agua dos horas al día. Pero no de manera regular, sino adueñándose de una toma que está debajo del puente al lado de Prolongación Teximulco. Otros se han conectado, con largas mangueras, de otra toma que pasa al lado de la autopista.

Eso lo afirma una fuente, que prefiere no ser identificada. Para probarlo, se dirige a una especie de callejón sin pavimentar, y detrás de una barda hay mangueras desordenadas, de diversos grosores y colores, que, de manera clandestina, sirven para surtir a algunas casas. La fuente cree que es probable que incluso esa agua sea utilizada para llenar algunas pipas y vendérsela a quienes no tienen, del mismo pueblo.

“Es una especie de huachicoleo de agua”, concluye una vecina.

fmma