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En largas filas de gasolineras de Naucalpan, compras de pánico, bidones y resignación

“Para mí es adecuado lo que está pasando, porque hay un problema”, asegura de las automovilistas afectadas

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Escrito en METRÓPOLI el

El joven Eduardo Zepeda dice que anoche tuvo que esperar más de una hora en la gasolinera para llenar los tanques de sus vehículos. No dice cuántos y ríe. Se encontró con una larga fila de unidades, cuyos conductores padecieron la misma espera, recuerda. Esta mañana regresó a la estación de servicio de la empresa G500, ubicada en el estacionamiento de la Mega Soriana, en avenida Adolfo López Mateos y Jardines de San Mateo, contigua a la FES Acatlán, en Naucalpan.

Llegó con dos bidones y cuenta que los despachadores le dijeron que ya no se formara, que en un descuido lo atendían, pero que aguantara un rato, para que los de la fila de autos, de más de cien metros, no protestaran.

“Yo vivo acá arriba”, dice, y mira en dirección a la zona de Vista del Valle. Juega con los dos bidones y comenta que va a estar llenando algunos, porque, según le han dicho varias personas, el problema va a durar.

Entre que es o no… de hecho, empezamos a pensar en usar unas motos que tenemos, porque gastan menos gasolina. No sabemos cuándo se va a restaurar esto, pero tenemos que ir a trabajar, a hacer cosas”.

No cesan largas filas en las gasolineras de CDMX

Valentina Mejía espera en su automóvil al despachador de la misma gasolinera. Le tocó turno después de 40 minutos en la fila. Se le ve de buen carácter y se muestra accesible. “No me quejo”, responde, cuando se le pregunta sobre el tiempo que tardó en llegar a la bomba de gasolina.

“Para mí es adecuado lo que está pasando, porque hay un problema”, asegura. Siempre sonriente y de buen humor habla de un “boicot”.

“Hicieron un boicot y Andrés Manuel López Obrador dijo esta mañana que hubo un accidente en el gasoducto que viene de Tuxpan a Azcapotzalco. Por eso se dificultó el abasto en la Ciudad de México, porque los huachicoleros siguen haciendo de las suyas”, sostiene con mucha seguridad.

Sin pregunta de por medio, la señora Mejía dice sin rubor tener 72 años, que es vecina de la colonia Vista del Valle, que es coordinadora de una preparatoria abierta y que hizo esta larga espera para cargar gasolina, porque no quiere dejar de ver a sus alumnos.

Voy hasta la Magdalena Contreras, porque allá trabajo. Y yo lo que digo es ¡Duro contra los huachicoleros! Yo me espero todo el tiempo que sea posible y no me quejo”, termina con una sonrisa al momento en que el despachador le pide las llaves del tapón del tanque de gasolina y le pregunta cuánto va a cargar.

El despachador Antonio Hernández musita que anoche empezaron las largas filas y que sólo tienen gasolina hasta mañana, sino es que hoy mismo se les termina.

En su página de internet, la empresa G500 salió a decir que lo más importante son sus clientes, por lo que lamenta los inconvenientes que esta´ provocando la situación de desajuste en el abasto de combustible que se ha presentado.

“Se trata de una situación temporal, que no afecta a todas nuestras estaciones de servicio y que se va modificando de un momento a otro conforme se recibe el producto. Estamos contribuyendo a que la situación se normalice en la brevedad, para así´ cumplir satisfactoriamente con la demanda de nuestros consumidores”, promete.

PREOCUPAN PROPINAS A DESPACHADORES

En avenida Lomas Verdes 62, esquina Colina de la Ximena, colonia Lomas Boulevares, la estación de la empresa BP México permanece cerrada. Los combustibles empezaron a escasear después de recibir el último abasto de una pipa a las 23:00 horas del martes. Las primeras horas de la mañana de este miércoles se agotaron sus inventarios de Premium, Magna (aunque aquí la bautizaron como “regular”) y Diésel.

El encargado de la estación ordenó colocar los postes amarillos que limitan el acceso a las bombas y los despachadores se quitaron sus uniformes y se juntaron a hacer guardia afuera de las oficinas del local, en espera de que les surtan los combustibles.

¿Qué significa la palabra "huachicol"?

Lamentaron, sin decir sus nombres, que esta crisis no sólo afecta a los automovilistas, sino directamente a ellos, porque su principal ingreso son las propinas. Tienen un sueldo base, pero la generosidad de los clientes es lo que sostiene sus precarias vidas.

¿Sabe cuándo les van a surtir de combustibles?

"No hay para cuando" -dice un hombre que se presenta anónimamente como encargado-. "Yo lo siento mucho por los muchachos, por sus propinas".

Antes de despedirse señala rumbo a las Torres de Satélite y da la noticia. “Allá también ya cerraron. Ya se les acabó la gasolina. Es la estación BP de Manuel Ávila Camacho 1822, justo enfrente de las Torres.

FILA DE 1 KM

Enfrente de la BP de Lomas Verdes, a 200 metros aproximadamente, se encuentra una de las estaciones de servicio de Pemex. Ahí sí había gasolina, pero también una larga fila de vehículos de poco más de un kilómetro, que congestionaba el tránsito en esa arteria vial, a las 13:30 horas.

Encargados y empleados se niegan a hacer comentarios. La señora Ángeles Reyes, vecina de la zona, relata que tardó 20 minutos en llegar a la bomba despachadora, cuando otros días lo normal son cinco. “Vivimos un cambio complicado. Yo espero que esto no crezca. Faltó estrategia y planeación”, opina.

Atrás de ella le tonca el turno a Luis Alfonso Alcántara. Señala que la estación de servicio de la empresa Shell estaba por cerrar y que había una fila muy larga, por lo que decidió recorrer la zona hasta que se formó en la fila de la gasolinera de Pemex.

“No pensé que esto estuviera tan mal”, dice, antes de que una de las despachadoras lo interrumpiera para decirle que si quería hablar lo hiciera en la calle, que ahí en las bombas no podía hacerlo. El hombre río y sólo movió la cabeza.

Sobre la avenida Lomas Verdes el caos vehicular continuaba.