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En la fuga del Reclusorio Sur, corrupción y violación de protocolos de seguridad

Para el juez de la causa, la evasión de tres internos fue facilitada mediante la colaboración de custodios y autoridades de mando

Escrito en METRÓPOLI el

Si algo han presumido las autoridades de la Ciudad de México en los últimos meses, es el equipo de cámaras de seguridad que se han instalado en diferentes puntos de la capital. Para el gobierno, el circuito ha permitido la captura de diferentes personas, así como resolver distintos casos.

Sin embargo, la madrugada del 29 de enero, el personal que se encarga del monitoreo pasó por alto un movimiento inusual en la alcaldía Miguel Hidalgo: la parada de una camioneta de trasladados de reos, de la que descendieron tres capos.

Nadie lo notó, por lo menos eso se dejó al descubierto horas después, al filtrarse en los medios de comunicación, la fuga de tres internos, uno de ellos, familiar de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”.

El escape muestra la cooptación y corrupción de custodios y autoridades de mando, tanto al interior del Reclusorio Sur, como a su exterior, una huida que inició el dormitorio 1 y culminó, en las inmediaciones del hospital Rubén Leñero.

UNA MADRUGADA SIN REGISTROS

La madrugada del 29 de enero, tres custodios o técnicos en seguridad encargados de la zona 1 del Reclusorio Sur, realizaron el último rondín de la noche para cerciorarse que los internos estuvieran en sus celdas.

Su rutina era sencilla: recorrer los pasillos, verificar que cada reo estuviera en su crujía y colocar candados en cada una de las estancias para evitar que salieran en la noche.

El rondín era algo habitual para los custodios: Raúl “N”, Arturo “N” y Enrique “N”, así como para su supervisor Adrián “N”.

Sin embargo, la noche del 29 de enero, el protocolo de seguridad que aplicaron los cuatro custodios en los últimos años, brilló por su ausencia.

Esa noche, “olvidaron” colocar cinco candados. Tres de ellos en las celdas (siete, ocho y nueve) donde se encontraban Luis Fernando “N”, Yael “N”, y Víctor “N”, “El Vic”, este último operador financiero de los hijos de “El Chapo”.

El “error” que, pudo ser resarcido por el supervisor Adrián “N”, fue aprovechado por los capos para salir de las celdas. Antes de salir, colocaron “bultos” que simulaban cuerpos para evitar que las autoridades notaran su ausencia.

De acuerdo con la carpeta de investigación que integró la Fiscalía de la Ciudad de México, una vez que abandonaron de las crujías, los tres reos se dirigieron a la celda seis, la cual estaba vacía y tampoco contaba con candado.

Una vez adentro, quitaron uno de los barrotes y brincaron al jardín de la zona sur que se ubica al interior de la prisión.

Amparados en la oscuridad y la impunidad, los tres reos recorrieron el pasillo hasta llegar a la barda perimetral. En ese punto, estaban unas pinzas “cortapernos” y una escalera de “colores”. Con paciencia escalaron, por lo menos 10 metros y utilizaron la misma escalera para descender.

En tierra firme caminaron hasta llegar a una malla ciclónica que fue cortada con las pinzas que “alguien” les dejo al momento antes de escalar el muro.

Durante ese trayecto, según la relatoría de la Fiscalía contaron con la complicidad del custodio Eduardo “N” y Emmanuel “N”, encargados de la vigilancia de la Torre 1. De acuerdo con el expediente, estas dos personas debieron notar la huida de los tres capos y activar la alerta.  El escape estaba a punto de consumarse.

LA ADUANA, UN PUNTO CIEGO

Mientras los tres reos comenzaban el escape de las celdas siete, ocho y nueve, en la aduana del Reclusorio Sur se fraguaba la otra parte del plan.

A las 2:28 de la madrugada del 29 de enero ingresó una camioneta de traslado de reos placas B162. El vehículo, según el reporte penitenciario sería utilizado para trasladar al interno Víctor “N” al hospital Rubén Leñero ubicado en la alcaldía Miguel Hidalgo.

De acuerdo con la relatoría de la Fiscalía, al momento de ingresar el vehículo, no se aplicaron los protocolos de inspección.

Horas después, a las 05:00, la misma camioneta se acerca a la zona de Aduanas. En ese momento viajaban a bordo Roberto “N” (chofer); Daniel Hiram “N” (copiloto) y Antonio Sebastián “N” (escolta), así como el reo Víctor “N”. En su reporte, las autoridades mencionan un movimiento inusual de personas en el lugar.

A esa hora los tres capos que estaban a punto de fugarse, ya se encontraban en los alrededores, a la espera de recibir la orden para abordar la camioneta en la cual sería trasladado Víctor “N”.

A las 05:07, se reporta que una persona (non identificada) con una “maleta” o “mochila”, la cual es entregada a uno de los tripulantes de la camioneta.

Durante dos minutos la camioneta permaneció estática. Segundos después, se abrieron las puerta de la Aduana. En ellas viajaban los tres custodios (Roberto “N”, Daniel Hiram “N” y Antonio Sebastián “N”), el reo Víctor “N” y tres personas más: Luis Fernando “N”, Yael “N”, y Víctor “N”, “El Vic”.

A bordo de la camioneta, el prisionero Víctor “N” que debía ser trasladado al hospital Rubén Leñero notó a una persona, quien portaba “lentes”, la cual le mencionó: “te gusta hacer negocios”. En seguida le mencionó que no le iban a hacer nada, que le iban a dar 100 mil por su silencio, de lo contrario, lo asesinarían si decía algo.

Víctor “N”, narró que la camioneta permaneció en movimiento durante 50 minutos hasta que la camioneta se detuvo poco antes de llegar al hospital. En seguida descendieron los tres capos. La fuga estaba consumada.

ATANDO CABOS

Durante la audiencia de vinculación a proceso de nueve custodios por evasión de reos agravada, el juez de control dejó claro que, en la fuga de los tres internos, no sólo participaron custodios, sino también, autoridades de primer nivel de la prisión.

El juez comentó que es raro que los tres capos estuvieran juntos, en celdas contiguas (siete, ocho y nueve) y que, además, en el mismo pasillo, estuviera una celda vacía.

“¿Por qué estaban juntos y a un lado de una celda vacía?”, comentó en la audiencia que se llevó a cabo en la sala 7 del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México.

En la audiencia dijo que hubo un “acuerdo previo, al entenderse, para el favorecimiento de la evasión”, tanto de los custodios, como de otras personas que facilitaron el escape, a través de la escalera y las pinzas y otros elementos que no se han investigado, por lo que pidió a la Fiscalía esclarecer la participación de más personas en la fuga.

(José Guaderrama)