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En CDMX siempre caen dealers, mas no líderes de la droga

Casos como el Bar Bar o el Heaven muestran que las detenciones ocurren en su mayoría contra narcomenudistas, pero no para las cabezas

Escrito en METRÓPOLI el

En los últimos años, las autoridades policiacas locales han atacado con operativos a las organizaciones criminales domésticas, pero no han podido, en la mayoría de los casos, dar con los líderes.

Inclusive, pese a que la Procuraduría capitalina (PGJ-CDMX) encabezaba las investigaciones por homicidios relacionados a dichas bandas, fueron corporaciones federales las que terminaron por arrestar a los cabecillas.

El ejemplo más reciente es el de Roberto Maldonado López o Roberto Mollado Esparza “El Betito”, jefe de la Unión de la B, que desde 2015 era señalado por diversos asesinatos y extorsiones y terminó siendo capturado por la Policía Federal.

La PGJ argumentaba que no había orden de arresto en su contra, pese a que tenían corroborado que era el cabecilla de una banda delictiva que se adjudicaba homicidios.

A raíz de quejas anónimas de comerciantes del Centro, la dependencia montó numerosos operativos para combatir a los extorsionadores de “El Betito”, que mantenían asolado Santo Domingo, Tepito y Meave.

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Pero fue en agosto pasado cuando por fin pudo ser detenido en el Pedregal; había bajado casi 30 kilos y se había hecho numerosas operaciones estéticas para modificar su rostro.

Hasta el momento, “El Betito” está encarcelado por delitos contra la salud y cohecho, puesto que la PGJ no ha logrado acreditarle ningún asesinato, lo cual significaría una mayor condena en caso de ser sentenciado.

DE “EL JJ” AL GRUPO DE “LA MANO CON OJOS”

En 2009, el delantero del Club América, Salvador Cabañas, fue herido por un balazo en la cabeza, cuando se encontraba en el baño del Bar Bar.

El hecho se volvió noticia internacional debido a que Cabañas era el atacante estrella del América y la selección paraguaya de futbol, además de que el Bar Bar era el centro nocturno de moda para personajes de la farándula.

El responsable del ataque fue José Jorge Balderas Garza “El JJ”, un sinaloense ligado a la venta de droga y a Édgar Valdez Villarreal “La Barbie”.

Por él sí pesaba una orden de aprehensión, pero por más que la PGJ lo rastreó no pudo dar con él. Un año después de la agresión a Cabañas, la Policía Federal lo detuvo y pudo ser juzgado por homicidio en grado de tentativa.

Un enemigo suyo que por casi dos años ordenó decapitaciones y que se dio el lujo de amenazar al entonces procurador mexiquense, Alfredo Castillo, burló también a las autoridades capitalinas.

Se trata de Óscar Oswaldo García Montoya, “La Mano con Ojos”, vinculado a una decena de asesinatos en CDMX que él mismo confesó tras su arresto.

En este caso, la mayor parte de su grupo delincuencial sí fue puesto tras las rejas debido al trabajo de la PGJ y su homóloga mexiquense, pero al final fue ésta última la que lo atrapó en propio territorio capitalino.

Esto ocurrió en agosto de 2011, en la zona alta de Tlalpan, donde “La Mano con Ojos” se escondía.

Otra agrupación criminal, La Unión Tepito, ha estado en la mira de las policías locales desde su creación, en 2009, y unos 30 de sus integrantes fueron llevados a prisión, pero sus cabecillas, otra vez, fueron capturados por corporaciones diferentes a las de CDMX.

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Ricardo Castillo “El Moco”, un exagente de la Procuraduría General de la República (PGR) y fundador de esta organización, era buscado por el homicidio de Horacio Vite Ángel, perpetrado el 24 de mayo de 2013 en la Condesa.

Dicho crimen desató el rapto y asesinato de 13 jóvenes sacados, dos días más tarde, del bar Heaven, así que había una orden de captura contra él.

Cinco años después de lo de Vite Ángel y el Heaven, “El Moco” fue atrapado por la Fiscalía del Estado de México, la cual no lo requería por ningún ilícito y tuvo que entregarlo a la PGJ capitalina.

Lo mismo pasó con Abdiel Vega Lemus “El Grande”, otro de los sospechosos de matar a Vite y operador de La Unión Tepito.

Fue arrestado por agentes federales que, de igual modo, lo entregaron a la PGJ.

A estos ejemplos se suman los de Juan Maldonado Amador “El Balta”, líder de narcos en Iztacalco, detenido por la Policía Federal en Cancún y el de Felipe de Jesús Pérez Luna “El Ojos”.

A éste último se le denominaba sospechoso de alto riesgo desde 2012, e inclusive su banda criminal fue expandiéndose de Tláhuac a Milpa Alta e Iztapalapa.

La PGJ hizo unos 40 arrestos, pero ninguno de primera línea, hasta que en mayo de 2017, agentes de Investigación aprehendieron a Miguel Ángel Pérez Ramírez “El Micky”, hijo de “El Ojos”.

No obstante, dos meses después, la Marina abatió a “El Ojos” en plena CDMX, y aunque las autoridades locales indagaron a funcionarios de la SSP y PGJ por presuntamente protegerlo, hasta la fecha sólo 5 servidores públicos están bajo proceso por esos cargos.