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En antros de Roma-Condesa, droga exprés

Bajo la fachada de la venta de dulces en los baños se venden bolsitas con “tachas”, “cristal”, “ajos” y cocaína sin molestia alguna

Escrito en METRÓPOLI el

Se diría que es una noche cualquiera en la Condesa.

La misma ola de jóvenes que, cada fin de semana, entra y sale de sus cientos de restaurantes, tiendas y bares. Están los fumadores a las afueras de los establecimientos. Están los carritos de hot dogs y los que recorren sus calles ofreciendo chicles y dulces.

Es viernes y se multiplican los vestidos cortos, los sacos y chamarras de cuero y las ropas que hagan honor a este barrio chic capitalino que apunta a la clase media y alta.

Unas 30 personas se arremolinan en torno a una pequeña puerta protegida por un guardia de seguridad. Se trata de uno de los antros más socorridos de la zona Condesa-Roma visitado por LA SILLA ROTA y CULTURA COLECTIVA NEWS.

Desde afuera se atisba un poco del ambiente que predomina dentro, gracias a un gran ventanal. Al entrar se nota un esmero por aparentar elegancia y una decoración entre setentera y ochentera.

Algunos dicen que sus clientes están enterados de que es un antro “riesgoso”. Pero dentro la gente baila ajena a esa percepción.

A lo largo de la noche se antoja difícil de creer que aquí departía, como si de una segunda casa se tratara, Luis Felipe Cabrera Jiménez “El Pavo” o “El Damián”, líder de lo que fue el grupo delictivo Unión Insurgentes.

No nada más armaba con sus cómplices jolgorios atiborrados de cocaína y “tachas”, sino también controlaba el cobro de derecho de piso y la venta de droga en el antro.

Imágenes en poder de La Silla Rota, provenientes de cámaras de seguridad del lugar así lo demuestran. Se observa a “El Pavo” entrar sin ser revisado, flanqueado por mujeres voluptuosas y seguido de hombres con gorras.

Eso fue entre 2014 y 2015, y un año antes una decena de centros nocturnos fueron clausurados por la investigación del bar Heaven, de donde fueron sacados 13 jóvenes que a la postre fueron asesinados.

“El Damián” y su primo, Edwin Agustín Cabrera Jiménez “El Antuán” ordenaron ese multihomicidio.

Pero ahora hay otros nombres y otras caras criminales detrás de los antros de la zona. En realidad, sólo los nombres han cambiado desde la intervención policiaca en la Condesa. Entre las luces centelleantes y el constante flujo de tragos, la venta de droga persiste.

Los empleados de seguridad vigilan la pista, el escenario, los baños, la barra, pero lo único que parece incapaces de observar es a un ‘dealer’ apostado permanentemente en el baño de hombres.

Bajo la facha de un simple vendedor de dulces, el joven esquelético y con gorra negra se mantiene atento. Luce impávido ante los encargados de seguridad.

Frente a él hay una puerta que abre paso a dos mingitorios y un excusado. Su actividad se delata porque no hay suficientes baños para tantos muchachos que entran a ese espacio y salen en cuestión de segundos.

Basta mirarlo fijamente a los ojos para que suelte: “¿Qué buscas, amigo?”

Ofrece sobrecitos con zip-lock que contienen cocaína; “tachas”, “cristal” y “ajos”, que no son otra cosa que un diminuto cartón bañado con LSD.

Por 300 pesos entrega una dosis de cocaína e inmediatamente voltea a ver a otro chico ya visiblemente alcoholizado. Al salir del lugar se oye cómo repite la misma operación: “¿Qué buscas, amigo?”.

Dicen los asiduos que, por una propina, el dealer permite la entrada a los baños a consumir la cocaína que te vendió. El resto de la droga se ingiere de una y es más sencillo y discreto hacerlo afuera.

Quien ahora tiene el rol que ostentaba “El Pavo” es Mauricio “El Ahuátl”. El primero tenía una prolongada carrera delictiva, el segundo tiene apenas 21 años de edad y proviene de la clase media, acorde con las investigaciones de la Procuraduría y Policía locales.

Ha protagonizado golpizas a clientes y personas que consumían droga que no era de su grupo: la Unión de la B.

Aun así, la clientela del sitio no se ha mermado.

Expedientes y testimonios a los que tuvieron acceso reporteros de LA SILLA ROTA- CULTURA COLECTIVA NEWS describen un modus operandi similar: los narcomenudistas se mimetizan con empleados del bar para la venta.

“No se desarticula la estructura”: alcalde

El alcalde de Cuauhtémoc, Néstor Núñez, asegura que las estructuras de los que venden drogas no han logrado ser desarticuladas.

“El tema del narcomenudeo ha crecido… se dejó de intervenir, se han conformado con detener a chavos con un kilo de marihuana, pero no se han atacado los puntos de narcomenudeo que existen en la alcaldía”.

El fenómeno del narcomenudeo creció  de manera exponencial en CDMX durante la administración de Miguel Ángel Mancera.

Aunque las indagatorias iniciadas se contabilizaron como tal hasta 2015, cuando este ilícito pasó a ser competencia local, el crecimiento en el sexenio pasado fue de 206%, pues en 2012 hubo mil 522 denuncias, por 4 mil 660 hasta octubre de este año.

El Observatorio Nacional Ciudadano indica, en su Reporte de Incidencia Delictiva 2018, que CDMX se encuentra en el lugar 10 de 32 entidades con más denuncias por venta de droga al menudeo.

Mientras, en la zona concurrida de la Condesa y Roma cada fin de semana parece una olla exprés a punto de reventar. El calor dentro de los antros asciende a los techos y la fiesta prosigue después de los horarios permitidos por el gobierno capitalino, así como la venta de sustancias.


JGM