Main logo

"Ellos sabían que yo no era de problemas, necesitaba una segunda oportunidad"

En 15 meses, mil 74 niños y adolescentes cometieron algún delito en Edomex por lo que muchos buscan una verdadera reinserción social y alejarse de la violencia

Escrito en METRÓPOLI el

TOLUCA.-Estar en el lugar equivocado, con personas que nos pueden hacer daño, no medir las consecuencias, actuar impulsivamente y, sobre todo, un núcleo familiar problemático, son algunos de los motivos por los que un adolescente toma una decisión que puede llevarlo a enfrentar a la justicia e, incluso, ponerlo en riesgo de perder la libertad.

Así lo entiende hoy Hodalyz Irán Rivera Aguirre, graduada del programa de “Mexiquense Date un Chance” que representa una oportunidad para los menores de edad de, no sólo reparar el daño cuando se ha cometido un delito que no es de alto impacto, sino de recomponer sus vidas, retomar sus estudios, generar una relación familiar sana.

“Tuve un problema de robo con violencia moral y me detuvieron. Entrar al programa fue un requisito para que pudiera cerrar mi proceso. Estábamos en un coche y yo anteriormente tomaba muchas bebidas alcohólicas, estaba con personas equivocadas, yo no estuve en el problema como tal pero estuve como cómplice”.

Pero el origen de la conducta de Hodalyz no fue esa noche. En casa sentía que sus padres no la comprendían y encontró en su círculo de amistades una válvula de escape, jamás imaginó que eso la llevaría a enfrentar una realidad: las consecuencias legales existen.

Marcela Mora Córdoba, coordinadora General de Atención Inmediata y Justicia Restaurativa de la FGJEM, explicó que el programa nació en 2018, aunque se trabajó desde el año anterior, para poder ofrecer un mecanismo que no sólo resarciera el daño a las víctimas, sino que ofreciera una oportunidad de vida a quienes desde casa tienen las herramientas limitadas.

Pero no cualquiera puede acceder a “Mexiquense, ¡Date un Chance!”. Si se cometió un delito de alto impacto, la justicia restaurativa no es una opción.

“Por supuesto, son delitos de no alto impacto, delitos de querella, culposos que no ameritan, digamos, un tratamiento de investigación, etcétera, y donde, a través de la víctima, el consentimiento de la víctima, nos permiten llegar a un acuerdo reparatorio mediante la justicia restaurativa para adolescentes. Así es como entran estos chicos al programa “Mexiquense Date un Chance”, es una gran oportunidad que tienen los chavos para recomponer todo aquello que se ha quebrado en sus vidas”, señaló Mora Córdoba.

¿CÓMO FUNCIONA?

Cuando se detecta que un menor ha cometido un delito de bajo impacto, y el juez lo considera pertinente, se le presenta el programa; sólo si la parte ofendida acepta, el infractor puede acceder al mismo.

No sólo se trata de reparar el daño, sino de tomar terapia psicológica, muchas veces en familia pues no sólo el o la adolescente debe reconstruirse, también el núcleo familiar. Por ello, también toman arte terapia y se les hace un seguimiento académico, incluso con becas si es necesario. Asegurar una mejor calidad de vida es el objetivo, no solo para el menor, también para su entorno.

Con este programa también toman terapia contras las Adicciones y, una vez graduados, evitan los antecedentes penales, así tienen un historial limpio, una verdadera oportunidad de empezar de cero.

NO TODOS SE DAN O LES DAN UN CHANCE

Cifras del Poder Judicial del Estado de México (PJEM) que muestran que del 20 de marzo del 2020 al 30 de junio de este año, mil 74 niños y adolescentes cometieron algún delito, mientras que durante 2019 fueron mil 263.

La generación que se acaba de graduar de este programa, es decir, aquellos que cometieron un delito durante el año del confinamiento, apenas estuvo conformada por 101 jóvenes que, además de enfrentar el proceso, tuvieron que hacerlo de manera virtual.

A la fecha se han graduado 440 jóvenes a lo largo de cinco generaciones, ninguno de ellos ha reincidido y de los cuales, por la pandemia, 176 tuvieron que tomar 36 sesiones de terapia, arte terapia y hasta orientación vocacional virtualmente. En el 98 por ciento de los casos, los jóvenes tenían problemas familiares y hasta signos de abandono.

“El ocio puede ser muy peligroso para este tipo de población porque sabemos muy bien qué es lo que sucede en las calles; en las calles hay las banditas famosas, en las calles están los grupitos famosos de delincuencia organizada, común o delincuencia más organizada donde captan a este tipo de jóvenes y muchachas para cometer ciertos ilícitos”.

En el caso de “Aldo”, de 16 años, no había malas influencias de amigos. Él robó dinero a su tía en venganza por el maltrato emocional que ella ejercía sobre él, lo menospreciaba, le gritaba, se burlaba de él, así que se le hizo fácil tomar 4 mil pesos y consumar su venganza emocional. No contaba con que su tía lo iba a denunciar.

“Por cualquier cosa me apocaba, si sacaba una mala calificación, me decía ‘burro’, decía que no iba a llegar a nada en la vida, si tenía que limpiar mi casa, me decía ‘ceniciento’, me enojé y se me hizo fácil entrar a su casa y agarrar dinero. Cuando pasó la situación muchos de mis familiares me cuestionaban y pensaban que iba a hacerles lo mismo, pero ya comentando la situación entendieron por qué estaba enojado, ellos sabían que yo no era de problemas y nos apoyaron a mi mamá y a mí para atravesar la situación”.

Durante las audiencias se le ofreció el mecanismo de "Mexiquense, Date un Chance" , lo aceptó pero no es tan sencillo, la parte ofendida también debe otorgar el perdón y estar conforme con la reparación del daño.

Los delitos más comunes por los que llegan los jóvenes a este programa son lesiones, robo, robo con violencia moral, acoso sexual, homicidio culposo, usurpación de identidad y los delitos de carácter financiero. La finalidad primordial es evitar la estigmatización, la criminalización de los chavos que llegan a él.

El origen de una conducta no siempre es venganza o maldad; a veces no se cuenta con las herramientas para entender que todo tiene una consecuencia.

“Ahorita ya me siento cómodo, me siento más tranquilo, ya sé pensar más las cosas, sé que ante cualquier problema tengo que buscar alguna solución, alguna consecuencia que no pueda llevar a problemas porque puede ser que un problema busque una solución que agrave más ese problema”, confesó “Aldo”.

A la fecha, de los 440 graduados, 13 adolescentes y dos padres de familia ya están en la universidad, lo que para Marcela Mora, es el verdadero éxito del programa, ya que no sólo se trata de dar terapia psicológica, sino de que en realidad entiendan su vocación y misión de vida.

"Mexiquense, Date un Chance" es único en el país, incluso en otras naciones con escenarios criminales similares, no existe, por lo que el siguiente paso es adaptarlo a otros estados de la República Mexicana, aunque cada caso es único por el marco legal de los estados y sus Códigos Penales.



(SAB)