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El sismo los separó, Gloria lleva 32 años buscando a sus hijos

Todos los han visto, pero nadie sabe dónde están. Sandy y Sergio salieron de los escombros cuando se cayó su casa, alguien se los llevó

Escrito en METRÓPOLI el

La mañana del 19 de septiembre de 1985, un sismo movió toda la Ciudad de México. Varios edificios cayeron, innumerables personas quedaron debajo de los escombros, muchos de ellos lograron salir.

Tal es el caso de Sandy y Sergio Parga Juárez, quienes habían quedado atrapados en el edificio Nuevo León, el cual formaba parte del Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco, en la Delegación Cuauhtémoc.

Su madre, Gloria Juárez, al enterarse del colapso del edificio y al enterarse que habían dado una entrevista en televisión, en la que decían que buscaban a sus padres, viajó a la capital proveniente de Zacatecas.

Al lugar llegó con volantes, los pegó por todas partes, en ellos les escribía un mensaje a Sandy y Sergio para que se comunicaran con su tía Lucy, dando un teléfono y asegurando que ella, su madre, estaba viva.

También proporcionaba la dirección Membrillo No. 309 Col. Nueva Santa María, Delegación Azcapotzalco.

En el edificio Nuevo León también se encontraban familiares del cantante Plácido Domingo, por lo que hizo una fundación para apoyar a los damnificados del sismo.

Con ayuda del cantante, Gloria pudo preguntar a las televisoras sobre la entrevista que le había hecho a sus hijos, pero nadie supo.

Aun así no dudó de la existencia de la entrevista, un hermano suyo que vivía en Los Ángeles, Estados Unidos, también la vio, pero no supo decir dónde.

Gloria comenzó a buscar en albergues a sus hijos. En uno ubicado en Aquiles Serdán, dos menores de nombre Claudia y Ricardo aseguraron que los habían visto.

Ambos identificaron a la niña y al bebé que ella les mostró en las fotos que llevaba.

“La Negra” y “Albert”, detallaron los niños. Así era como les decían. “Negra era el sobrenombre que Sandy recibía de sus hermanos. “Albert” era referente al segundo nombre de Sergio, Alberto.

En otro albergue también dijeron haberlos visto. Mencionaban a la hija, Cindy o Sandy, decían los testigos, lloraba mucho por su hermanito paralitico que no pudo salvar, un sujeto quiso sacarlo pero se fue con él por un hoyo que se abrió en el piso.

Quienes la vieron señalaban el vocabulario del bebé, quien decía “Amo puto”, como regularmente Sergio intentaba decir "Te amo mucho".

Gloria recurrió de nuevo a las amigas de Plácido Domingo, quienes hablaron con Paloma Cordero, esposa del entonces presidente Miguel de la Madrid.

Ella apoyó la búsqueda de los niños con un detective privado, pero todo se acabó con los preparativos del Mundial México 86.

La orden estaba hecha: no se debía hablar más de la tragedia, ni de los desaparecidos, menos de los muertos.

Gloria intentó recurrir de nuevo a los niños que le dieron pistas sobre sus hijos, pero quisieron decir nada, pues su mamá les advirtió que si hablaban el gobierno no les daría casa.

La madre siguió buscando a sus hijos por toda la Ciudad de México. En su andar, Gloria terminó en una iglesia de Tepito para pegar volantes de Sandy y Sergio, pero el sacerdote la corrió.

Ella entró a otra iglesia, donde sólo pudo entrar a sentarse a una banca y llorar.

El cura de lugar se acercó, le preguntó lo que sucedía y ella le contó todo. Él la acompañó a sacar más volantes para repartirlos en el obispado.

En dos años de búsqueda, 1987, Gloria contactó al actor Guillermo Orea, quien trabajaba con Silvia Pinal.

Él se comprometió a llevarle su caso a la actriz para que lo pasaran en el programa "Mujer: Casos de la vida real", lo que así sucedió.

Gloria y su esposo fueron caracterizados por Diana Bracho y Claudio Báez.

Tras la transmisión del programa, Gloria recibió una llamada, era un joven quien aseguraba que su tío en Monterrey, Nuevo León, había adoptado a dos niños del terremoto con las características de sus hijos.

El sujeto trabajaba como gerente en el Hotel Holiday Inn Norte.

Gloria viajó a Monterrey, llegó al hotel señalado, pero le dijeron que en el lugar no conocían a nadie con el nombre que el joven había detallado.

Más testimonios surgieron: testigos aseguraban que ambos habían salido de los escombros y que un hombre los subió a un coche rojo en Paseo de la Reforma.

Una persona que conocía a los niños dijo que llegó a verlos en un crucero vendiendo chicles, pero al percatarse de que él los veía, una mujer los alejó.

Otro testigo señaló que las personas que los tenían se habían ido a Puebla, Gloria fue a buscar allá sin éxito alguno.

El testimonio que más le llegó al corazón fue el de una persona que la reconoció como la mujer que aquel 19 de septiembre de 1985 estaba gritando entre los escombros de Nuevo León.

Sin embargo, no sabía que Gloria estaba buscando a los niños que ella vio, tres minutos antes de que Gloria llegara al lugar, saliendo de los escombros hacia Paseo de la Reforma, donde un hombre bajó de un auto rojo y se los llevó.

De la mano de Daniel Gallardo, autor del libro “Hotel Regis. 100 años de historia y leyenda”, Gloria sigue recabando testimonios.

También ha abierto una página en Facebook para buscar a Sandy y Sergio.

Gallardo está haciendo un libro sobre este complejo habitacional en Tlatelolco.

Ya son más de 32 años buscando a sus hijos sin éxito, pero sin perder la esperanza. Ella sólo quiere saber de sus hijos: dónde y cómo están, nada más.


Con información de Reforma

rgg