El río Lerma nace en el municipio mexiquense de Almoloya del Río, ahí comienza el problema ecológico que acarrea a lo largo de 738 kilómetros y que desemboca en el Lago de Chapala, ubicado en Jalisco. Las aguas negras provenientes de la industria textil de Almoloya, el pobre tratamiento que se les da a las mismas y la acumulación de desechos provenientes de distintas ciudades, lo que se documenta en la investigación “Distribución de metales pesados en sedimentos: estudio del curso alto del río Lerma. En: La medición de sedimentos en México”, se han convertido en un problema multimillonario que no sólo necesita del actuar de los tres órdenes de gobierno sino de todos los actores de la sociedad.
Para revertir la pérdida de este cuerpo de agua, así como de las especies endémicas como el axolote, aves e incluso las aves migratorias que llegan desde Canadá a reposar en sus ciénagas, los clubes Rotarios Del Valle de Toluca en esfuerzo conjunto con distintas sedes del Rotary club en el mundo, comenzaron el saneamiento del cauce.
El olor que emana el río Lerma es de muerte, su agua poco oxigenada, los residuos de las zonas industriales que desechan en su cauce casi sin alguna regulación, las plantas tratadoras que no operan en su totalidad, las llantas, cadáveres de animales, botellas, sillones y electrodomésticos que se hunden… sumados a la indiferencia de sus vecinos, lo han ido matando a lo largo de tres décadas, al menos en el Estado de México.
Aunque limpiar el río es una parte importante, sin la participación de la sociedad no es posible crear un proyecto a futuro por lo que se apuesta a la concientización de los habitantes del Valle de Toluca así como lograr que se construya un centro de valorización y reciclaje en cada municipio que recorre el Lerma pues en él flota dinero ya que todo lo que ahí se vierte, puede ser reutilizado generando así una economía circular.
Con ayuda de 15 empleados del Organismo Público Descentralizado de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Metepec así como de una retroexcavadora, comenzaron este jueves un proyecto de saneamiento, el primer paso fue comenzar a remover no sólo el lirio, sino la basura que flota y asfixia la vida del río, separarla y transportarla a los centros de valorización.
“Estamos trabajando nosotros con el gobierno del Estado de México, con el municipio de San Mateo Atenco, con los rotarios, los rotarios nos juntamos los siete clubes de aquí del Valle de Toluca, nos hermanamos a través de este hermanamiento pensamos hacer acciones, hacer este proyecto ecoturístico ahí en donde está la Unidad Deportiva de San Mateo Atenco para que se haga la planta de tratamiento y el agua sirva para regar las canchas de ahí y además se hagan unas trajineras, que haya un comercio ordenado”, comentó Maurilio Esquivel, integrante del Club Rotario Toluca Suroeste y líder del proyecto.
De acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente mexiquense, casi el 40 por ciento de la contaminación tiene este río es consecuencia de una mala deposición de la basura en las barrancas o veneros alrededor de la cuenca, mientras que la Comisión de Agua del Estado de México reconoció que, durante el periodo de la pandemia, los desechos recolectados en causes y drenajes de la entidad se incrementó hasta un 30 por ciento frente al mismo periodo del año anterior, el río más afectado fue el Lerma.
“Estamos haciendo una acción inmediata, una acción ciudadana porque rodando en bicicleta por estos lugares me encontré hace tres semanas con este paisaje desolador indignante y, por supuesto que, los rotarios -como decía Frank Devlin- tomamos consciencia, tomamos acción. Tuvimos la oportunidad de convocar al Fondo Unido Rotarios de México y, por la acción de las redes sociales, otros compañeros rotarios de California, Estados Unidos, llegaron a sumarse. La idea es que esta ignominia ambiental se convierta en una universidad en la cual convocaremos a otros grupos de la sociedad civil para venir cada 15 días a hacer labores de limpieza con la finalidad de que se genere una cultura de prevención”, añadió Ernesto Benítez, ex gobernador del distrito 4170 de Rotary inertnational.
Información de la mesa directiva de la Cuenca Lerma-Chapala, señala que, luego de las revisiones que hacen tanto la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente de México (PROFEPA) como la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de México (Propaem), se determinó que las industrias han disminuido su factor de daño; sin embargo, el tiempo que permanecen detenidas las plantas de tratamiento -que en ocasiones caen en manos de los municipios- es otro de los factores que contribuyen a la contaminación de las aguas del río.
Aguas negras domésticas, residuos pesados como metales y químicos, al entrar en contacto unos con otros se descomponen lo que genera el característico olor del Río que a todos molesta pero también, en el que todo contribuyen.
Actualmente la Cuenca Lerma-Chapala tiene un saneamiento del 56 por ciento del agua que usa, es decir, que de los mil 380 millones de metros cúbicos de agua que son usados en el sector públicos urbano e industrial, 607 millones de metros cúbicos no son saneados y son aguas que contaminadas se van a los afluentes.
“No va a ser fácil pero no es tan difícil, tenemos que comenzar en algún punto, cualquier viaje empieza con un par y si no ponemos unimos los pasos, si no unimos a la gente para que camine con nosotros estos pasos y este viaje, creo que esto se va a quedar para las generaciones futuras”, declaró Shab El Awar, miembro del Rotary Club de San Bernardino Sunset, California.
Para sanear el Lerma, no sólo se necesita sacar la basura sino evitar que lleguen a él aguas negras, lo que pareciera una labor titánica ya que sólo 75 de las más de 200 plantas tratadoras que hay cerca del cauce funcionan.
Las proyecciones de los clubes de Rotarios apuntan a que se necesitarían más de 400 mil millones de dólares, por lo que sumando esfuerzos esperan llegar a la meta en unos años, este jueves recibieron la primera donación de mil euros por parte de una asociación de Rotarios de Holanda.
Cabe destacar que ésta no es la única acción que se lleva para recuperar el afluente, toda vez que la asociación H2O Lerma realiza la colecta de cáscaras de huevo mezcladas con óxido de magnesio y óxido de calcio, se forme una mezcla que penetra en la tierra aledaña al cauce y contribuya a eliminar metales pesados y también restos de heces fecales.
fmma