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El fin de una etapa: se va Daniel, el último inquilino del Trevi

Para la compra del edificio Trevi se creó un fideicomiso a través de banca Mifel que tiene 40 demandas por desalojos violentos

Escrito en METRÓPOLI el

Daniel Gutiérrez se escucha apurado. Es fin de quincena y de mes. También es el fin de una etapa en su vida. Después de vivir durante 15 años en el edificio Trevi, de estilo Art Decó, frente a la Alameda, en el Centro Histórico, debe dejarlo, pese a no querer hacerlo. Debe mudarse, en plena pandemia de covid-19.

Entrevistado vía telefónica, además de apurado, se escucha enojado. Deseaba comprar el departamento en que vivía. No era el único vecino que buscaba esa opción. Otros también quisieron comprarlo. Pero los dueños pusieron el precio tan elevado, que era imposible.

Los vecinos creen que fue una argucia legal, pues en conjunto el precio que pusieron fue de 80 millones de pesos y en un mes debían tener el monto. Era un costo prohibitivo, pero sospecha que fue puesto así para poder vender el inmueble a una empresa inmobiliaria, la nueva dueña .


Con la posición privilegiada que tiene el lugar, frente a la céntrica, histórica y arbolada Alameda, es un bocado para el voraz mercado de las inmobiliarias, que olfatean edificios con potencial para convertirlos en edificios de departamentos caros, sin importar desarraigar a otras personas que son quienes les han dado vida a esa colonias, y transformarlos en barrios como ahora les dicen, como si con eso fueran más valiosos.

Pero Daniel lamenta que varios actores hayan intervenido para acabar con su sueño y el de otros vecinos, y reforzar el encarecimiento de la zona.

CUESTIONAN FIDEICOMISO

Dice que no les dijeron quién compró el edificio -inaugurado a mediados del siglo pasado- y que los vecinos temen que sea a un extranjero, pese a que en el Centro Histórico está prohibido que compren inmuebles. Para no revelar quién lo compró, se creó un fideicomiso a través de banca Mifel, que tiene 40 demandas por desalojos violentos, ilegales o apropiación ilegal de predios, asegura Daniel, quien pertenece a la organización 06000 Observatorio Vecinal del Centro Histórico.

Agrega que en el esquema también participa la inmobiliaria Interactiva, que tiene demandas por mal uso de suelo, y por construir más pisos de los que permite la ley.

“Es curioso que a uno como persona, si tiene antecedentes no te dejan trabajar, pero a las empresas con antecedentes sí las dejan funcionar. Este fideicomiso que se creó para la construcción del proyecto permite algo que está prohibido, que sean los extranjeros compren en el centro, pero fideicomiso se presta a eso, nunca nos permitieron ver los nombres por lo mismo que sin fideicomiso”.

ES PARADIGMA DE LO QUE PASA EN LA CIUDAD

Recuerda que durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador como jefe de Gobierno, hubo limitación de adquisición de inmuebles para evitar la apropiación, pero tuvo un efecto contrario de encarecer el centro. Luego, Marcelo Ebrard durante su gestión al frente del gobierno capitalino quitó los candados que tenía esa reforma y después su sucesor, Miguel Ángel Mancera permitió los fideicomisos.

Trevi es un ejemplo de lo que pasa en la ciudad, aquí en el centro, de la apropiación de inmuebles de manera acelerada. Fue durante el gobierno de Mancera, y si averiguas los clientes que tenía como abogado, son los mismos que tiene desde Mifel y otras inmobiliarias a quienes les permitió hacer fideicomisos”, afirma.

La Silla Rota ha documentado que en banca Mifel trabajó Simón Neumann, quien fue el secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda, durante los primeros tres años del gobierno de Mancera.

ACOSO

Daniel cuenta que aunque tenía de plazo para salirse este 31 de julio, la presión para que se fuera empezó desde antes, y ya han comenzado a descascarar el edificio, incluso afuera de su departamento.

“Ha habido acoso inmobiliario, en el último año empezaron a lapidar los muros, está pelón, no tiene remozamiento de los 50, y eso que está protegido por el Instituto Nacional de Bella Artes y Literatura. Los pisos y mosaicos han comenzado a ser quitados y las paredes están en ladrillo blanco. El único departamento que no han desmantelado es el 23, el 12 y el 34. Son los últimos que quedan y que están como estaban antes”.

LOS INICIOS

Daniel se remonta al 2000, cuando llegó, la zona no parecía tan atractiva. Ubicada frente a la Plaza de la Solidaridad, memorial levantado en honor a quienes fallecieron en el sismo del 19 de septiembre de 2017, aún había ambulantes en la acera, y en la noche el lugar tenía fama de inseguro.

Lo cierto es que a él nunca le pasó nada. Pero sí le tocó ver cómo la zona empezó a ser modificada con recursos públicos y revalorizada. La administración de Marcelo Ebrard remozó la Alameda, empezaron a construirse edificios, hoteles e incluso edificios de departamentos.

Cuando remozaron la Alameda, todos los ambulantes se fueron a la Plaza de Solidaridad, pero antes predominaba el festín, había música hasta tarde y era el retrato como la tarde de la Alameda, el famoso cuadro de Diego Rivera, dice.

CARO Y SIN ARRAIGO

Pero la construcción hace algunos años del edificio barrio Alameda, del lado donde está el hotel Hilton, avizoró lo que se venía, la intención de hacer la zona estilo mall, de restaurantes gourmet y caros.

“Empezó el interés y la especulación, hasta que en 2018 nos quisieron informar de esta venta. Llevamos dos años porque nos den el derecho a la adquisición de vivienda. No pedimos que nos la regalen. Son años de venir aquí, de generar tejido social, de hacer una vida, pero eso no les importa.

“Será zona turística bella por fuera pero perderá su personalidad, será un barrio de superficie y se va a pagar muy caro para sentarse a comer con un estilo como de pobres en los 50, con utensilios de peltre, fonditas estilizadas, y se perderá vida cultural. Al restaurante Trevi iban escritores y  periodistas. Pero este lugar va a cerrar el 4 de noviembre”, concluye.

(Sharira Abundez)