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El Cosmos, la obra de nunca acabar que cuesta 220 mdp

La ahora Fábrica de Artes y Oficios Cosmos ha pasado por irregularidades en sus siete años de remodelación y una inversión de más de los 200 mdp

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Escrito en METRÓPOLI el

Ahora que el Cine Cosmos fue rehabilitado, Martín, un vendedor que tiene su puesto sobre la avenida México-Tacuba, dice que ni se parece a como estaba antes, aunque la delegación Miguel Hidalgo y luego el gobierno capitalino se tardaron siete años en tenerlo listo.

Así lo expresa a La Silla Rota, a espaldas del cine, inaugurado en 1946, cerrado en 1998 y que, a partir de 2013, cuando estaba en ruinas, fue comprado por la delegación Miguel Hidalgo, entonces encabezada por Víctor Hugo Romo, que prometió que en 2014 sería rehabilitado. Pero apenas en marzo de este 2021 fue reinaugurado, luego de una inversión de 220 millones de pesos –incluido el predio y 103 millones de pesos presupuestados entre 2019 y 2020–. 

(Foto: Especial)

En ese lapso, pasaron dos administraciones más en la Miguel Hidalgo, después de la primera de Romo: le siguió la encabezada por la panista Xóchitl Gálvez, y luego Romo regresó, con Morena. 

Además de la tardanza durante estos años, hubo irregularidades en su rehabilitación, detectadas por la Auditoría Superior de la Ciudad de México, tales como documentos apócrifos presentados por la Secretaría de Obras, para acreditar pruebas de calidad y por lo cual hay denuncias ante la Fiscalía General de Justicia capitalina. 

Debido a la pandemia de la covid19, la ahora Fábrica de Artes y Oficios Cosmos, apenas este mes comenzará a tener actividades presenciales, como funciones de cine y talleres artísticos y de oficios. Próximamente, tendrá un museo conmemorativo sobre el Halconazo de 1971. 

(Foto: Especial)

En el diseño participó el arquitecto Enrique Norten, del despacho Ten Arquitectos.

UN CINE “PIOJITO”

Martín recuerda que el color de la fachada del cine era diferente al ahora conocido como Faro, no tenía ese blanco hueso que ahora luce. También afirma que el inmueble, en el número 14 de la avenida, en la colonia Tlaxpana, tenía unas escaleras más visibles. 

(Foto: Especial)

Antes, cuando era cine, la gente llegaba sola al cine, no como ahora, que personal de la Secretaría de Cultura sale a repartir volantes con los cursos que ahí se brindan, como son escritura, ilustración, guitarra –que a él le interesa– o hasta de instalaciones eléctricas. 

(Foto: Especial)

El vendedor no tiene claro cuánto tiempo estuvo cerrado el sitio, ni cuántos años en rehabilitación, aunque sí sabe que fueron muchos. Aún guarda en su memoria que ahí vio cintas protagonizadas por El Santo, el Enmascarado de Plata; el fallecido Bruce Lee y la más reciente, la de “Zapatos Viejos”, de la cantante Gloria Trevi, antes de que la pantalla del cine se apagara, en 1998.

“Estaba chamaco, como de 18 años, vine con la bola y ni vimos la película, estábamos en el relajo. Sí recuerdo que era muy barato. Adentro el ambiente era como se decía en esos tiempos, de cine piojito, con butacas de tela, amplias con sus coderas y muy sucias. En unas se sentaba uno y eran como sillones viejos, ya amoldados y la alfombra olía mal, a humedad. En ese tiempo se fumaba, no era como hoy que en espacios públicos no se permite, en esos tiempos sí y había colillas de cigarro que hoy no se podría creer. Era el clásico de ‘ya llegué’ y a aventar el suéter y era un show”, describe.

Después, llegó la decadencia del mítico recinto cinematográfico. Resintió la llegada de las crisis económicas que impactaban en el bolsillo de familias y luego la masificación en el uso de las videocaseteras y los CD que daban la ilusión de llevar al cine a casa, por lo que a fines de los noventa cerró. Al tener sus cortinas cerradas, Martín recuerda que personas en situación de calle se juntaban, se quedaban en las escalinatas y eran tantos que era intimidante pasar por ahí.

“Sí recuerdo que cuando las películas comenzaron a salir en CD, los cines dejaron de ser negocio y pocas personas entraban y con la piratería y el internet también. Era muy poca la gente, eso empezó a hacer que quebraran”.

LA HISTORIA POLÍTICA

El lugar forma parte de la historia política de la Ciudad de México, porque sirvió de refugio el 10 de junio de 1971 para jóvenes del Politécnico Nacional que huían del Halconazo, cuando elementos paramilitares organizados por el gobierno del entonces presidente Luis Echeverría, invadieron la avenida México-Tacuba a la altura del Metro Normal y, a karatazos, armados con katanas y pistolas, buscaban desbaratar una manifestación estudiantil. 

En 2013, el entonces jefe delegacional de Miguel Hidalgo, Víctor Hugo Romo, anunció la segunda parte de la vida del Cosmos, con su rehabilitación, que comenzó en 2014 y aunque Romo prometió que concluiría en diciembre de ese mismo año, no fue así y el proyecto inconcluso, se convirtió en uno de los escándalos que dejó su administración.

REHABILITACIÓN EN EPISODIOS

En agosto de 2014, la administración del entonces jefe delegacional, el entonces perredista Víctor Hugo Romo –quien regresó como alcalde, pero ya por Morena, en la pasada administración– respaldó la firma de un contrato por 55 millones de pesos para restaurar el viejo edificio, con la promesa de convertirlo en un centro cultural.

El guion que se quería para el cine buscaba como final que en 120 días se concluyeran las obras. Pero terminaron apenas en marzo de este año, como una película por entregas. Primero Romo había prometido que en marzo de 2015 se abriría el nuevo centro cultural, luego, quien se quedó como encargado de despacho, Humberto Morgan (que llegó porque Romo se fue a buscar una diputación local) aseguró que para noviembre de ese año estaría, pero no fue así.

(Foto: Especial)

Los contratos –de los cuales La Silla Rota obtuvo una copia– fueron declarados, en 2016, en reserva durante tres años. Hasta donde se sabe, unas semanas antes del cierre de la primera administración de Romo, el terreno y la propiedad fueron cedidos al gobierno de la Ciudad de México, razón por la cual, en la gestión de la sucesora de Romo, Xóchitl Gálvez, fue imposible asignar recursos para continuar la remodelación.

El contrato describe la obra como “Reconstrucción y rehabilitación del Centro Social y Cultural Cosmos”. Fue autorizado el 29 de agosto de 2014, adjudicado el 1 de septiembre y la contratación ocurrió un día después.

Los contratistas fueron las empresas Taller P85 S. de R.L. de C.V. y Constructora y Edificadora Tuga S.A de C.V., y el contrato lo elaboró Concursos y Contratos. La terminación de la obra estaba proyectada a 120 días, para el 31 de diciembre de 2014.

Ambas empresas comparten un domicilio fiscal: Taller P85 S. de R.L. de C.V., en Francisco Pimentel 85 Oficina PB, y Constructora y Edificadora Tuga S.A de C.V. emplea el mismo para oír y recibir todo tipo de notificaciones.

40 MILLONES PARA EL PREDIO

En 2018, el presupuesto destinado fue de 90 millones de pesos, de los cuales 17 millones fueron otorgados por parte de la Secretaría de Cultura federal y el resto de la local. 

Entrevistado a inicios de diciembre de 2018 por La Silla Rota, ya como alcalde Romo recordó que para comprar el predio se requirieron 40 millones de pesos, a los que se sumaron los 55 millones fijados en el contrato. Cuestionado por qué no se acabó el 31 de diciembre de 2014, como decía el documento legal, reconoció que esa fecha era la que fijaba el compromiso, pero que eso era falso, porque los recursos llegaban hasta al final de 2015, pero de todos modos debían comprometerse.

En dicha entrevista Romo recordó que había calculado que, para acabar el proyecto, se requerirían otros 40 millones de pesos y el proyecto se concluiría en junio del 2019, ya que Claudia Sheinbaum, cuando aún era jefa de Gobierno electa, así como Alfonso Suárez del Real, cuando ya tenía en su bolsillo la designación de secretario de Cultura, le ofrecieron al alcalde su apoyo para concluir la construcción.

La obra recibió un presupuesto de 48.33 millones de pesos ese año y de todos modos no fue concluida.

TAMPOCO ACABAN EN 2019

El 6 de febrero de 2019, el entonces secretario de Cultura, Alfonso Suarez del Real declaró a La Silla Rota que la conclusión de la construcción del Cosmos como una Fábrica de Artes y Oficios (Faro) iba a esperar. Aunque estaba prevista que terminara para mediados de año, y así lo había predicho Romo, sería hasta diciembre cuando comenzaría a operar, reconoció entonces.

La razón que argumentó es que hubo retrasos en la entrega de los 48.33 millones de pesos de presupuesto programados ese año para concluir la obra.

“El tiempo de entrega va a ser el segundo semestre de este año. Se fijó en función de este pequeño retraso, lamentablemente derivado del cambio de administración, de la reasignación de los recursos, de la dispersión de estos para que la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse) concluya los trabajos”, añadió.

Suárez del Real consideró que ese monto era suficiente para que el Cine Cosmos se convirtiera en un recinto especializado en artes escénicas y circenses.

Pero también adelantó que el proyecto contenía un elemento nuevo que incrementaría su costo: un estudio alternativo de grabación, que costaría 60 millones de pesos, de los cuales el 60 por ciento (36 millones de pesos) los donaría una organización -de la que no dijo su nombre- y los 24 millones restantes el gobierno capitalino. Remarcó que era un proyecto para el 2020. 

“El estudio es nuevo. Hemos recibido varias propuestas, puede ser en un espacio destinado a la administración, pero ésta puede tener un área abierta con dos escritorios, como en la sala Ollin Yoliztli y lo que sería un despacho puede ser un estudio de grabación. Parece que hay interés de un particular de donar 60 por ciento”, adelantó.

El proyecto recibió otra inversión de 54.33 millones de pesos para 2020 y 2021. 

En la presentación del Faro Cosmos, enviada el 13 de marzo a medios de comunicación por la Secretaría de Obras y Servicios, no aparece mencionado el estudio que sí contemplaba Suárez del Real. 

Lo que se hizo en 2020, de acuerdo con la presentación, fue una caja negra (un foro), muros con acabado vitrificado, instalaciones sanitarias y eléctricas, sistema de protección contra incendios, aire acondicionado, acabados con piso de madera para el foro y muros acústicos y cancelería e instalación de luminarias. 

El secretario de Obras, Jesús Esteva dijo ese día que la inversión total fue de 220 millones de pesos.

POTENCIAR LA ZONA

Tres semanas antes, el 20 de febrero en una gira de la jefa de Gobierno por la Miguel Hidalgo, estuvo el alcalde Romo, quien explicó que el Faro forma parte de un proyecto de rehabilitación de la calzada México Tacuba. 

“Se puede potenciar de manera natural sin cambiar ningún uso de suelo, ni ir al Congreso, solamente es invitar a generar vivienda, comercio, con esta lógica también de una aportación de vivienda popular o asequible, esta es la idea”.

Sheinbaum por su parte dijo el 10 de junio, cuando inauguró el Memorial por el Halconazo, que el Faro es “la apertura de un espacio cultural para que todos aquellos que no tienen acceso a otras posibilidades puedan desarrollar aquí todas sus capacidades culturales y artísticas y tengan un espacio de vivencia y de comunidad con las familias, con sus vecinos y que se haga comunidad a partir de este espacio de libertades”.

ANOMALÍAS DETECTADAS POR LA ASCM

La Auditoría Superior de la Ciudad de México detectó irregularidades en la elaboración de la obra, así como en el cumplimiento de los contratos. 

De acuerdo con la auditoría ASCM/177/18, realizada en el ocaso de la administración mancerista en la capital y cuando la Secretaría de Obras era encabezada por Edgar Tungüí, hoy apresado, se detectaron 15 anomalías, de las cuales sólo se solventó una. 

Entre esas fallas está que en el contrato DGOP-LPN/F-2-035-17, la dependencia entregó tres documentos denominados Informe de habilidad de soldador y 7 titulados Inspección de soldadura por ultrasonido, presuntamente elaborados por la empresa Iari Ingenieros Asesores S.A. de C.V.

“Sin embargo, con escrito sin número del 15 de octubre de 2019, esa empresa manifestó que los 10 informes son apócrifos, que los formatos y su llenado son incorrectos y que no cumplen los mínimos requerimientos de los códigos de referencia”.

Algo similar ocurrió con los informes denominados De ensaye de control de compactación, presuntamente elaborados por INSPETEC Supervisión y Laboratorios S.A. de C.V. y proporcionados por la Sobse para la práctica de la auditoría, y que no fueron emitidos por el laboratorio, como lo informó en noviembre de 2019 la empresa. 

Por ambas irregularidades la ASCM pidió, de acuerdo con el Informe general Ejecutivo de la Auditoría 2018, iniciar un procedimiento correspondiente por probables irregularidades, tanto a la Fiscalía General de Justicia como a la Secretaría de la Contraloría de la Ciudad de México.

Por otras observaciones incluidas en el capítulo 6000 Inversión Publica Construcción y Rehabilitación de la Fábrica de Artes y Oficios Cosmos, la Sobse recomendó establecer medidas de control para asegurarse de que en los contratos de las obras públicas a su cargo, previo al pago de sus estimaciones, se vigile la debida calidad de los trabajos ejecutados y se constate que los materiales utilizados en la obra cumplan las características requeridas en el proyecto, para no poner en riesgo a personas ni el logro de objetivos para lo que fue creada. 

La auditoría detectó además que la dependencia pagó 727 mil 400 pesos, sin vigilar la debida calidad de los trabajos ejecutados como parte de la subpartida Lámina galvanizada. De acuerdo con el documento, la lámina de acero estructural galvanizada de la losa de la planta baja, presentaba diversas deformaciones, y así se constató en una visita el 11 de octubre de 2019. 

Otra irregularidad es que la dependencia pagó 4 millones 49 mil pesos para estructura metálica, sin acreditar la calidad de los trabajos, en virtud de que no demostró la autenticidad de las pruebas presentadas por el laboratorio de la contratista.

TARDARON MUCHO

Martín ve el cine y considera que se parece poco al original, aunque conserva su toque art decó. Pero no le convence el color ni el aplanado.

“Ahora la fachada está cambiada, era similar al café de la construcción de al lado. No era un acabado de yeso o cemento, sino una especie de material de ese color. Cuando estuvo cerrado, lo veía en camión o en auto y se veía horrible, abandonado, sin mantenimiento y la parte de abajo estaba ocupada por vagos e indigentes, se veía muy feo. Posteriormente lo taparon con tablones de madera, se veía horrible, llegaban los anunciantes y ponían anuncios, aun así, los chavos de la calle las ocupaban, estaban las cobijas y ellos".

(Foto: Especial)

“Tardaron mucho en construirlo y hasta ahora terminaron su proyecto y quedó así. Unas chicas que trabajan ahí apenas nos trajeron invitaciones para talleres y eventos, como teatro, cine, o pintura. Si quiero ir porque dan guitarra y me gusta y el teatro para ir a ver, la pintura. Hay un taller de electricidad y electrónica que no tiene que ver con las artes y se me hizo muy interesante”, concluye.

La Silla Rota pidió a las secretarías de Cultura y de Obras y Servicios mayor información sobre el Faro, pero ambas remitieron a los boletines ya publicados. También pidió información a la Contraloría sobre las investigaciones de responsabilidades por la falsificación de documentos, pero la respuesta fue que no había información al respecto.

aemz