Lo que lastima no se guarda, porque después lastima más; con esa premisa, alumnos y ex alumnos del Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud (CIS) unidad Santo Tomás, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), ofrecen ayuda psicológica a la gente afectada por el sismo.
Afuera del Instituto de Ciencias Forenses, antes Servicio Médico Forense, un grupo de jóvenes estudiantes y egresados, muestran insistentemente una cartulina blanca en la que anuncian su apoyo psicológico gratuito, demostrando así que la solidaridad en medio de la tragedia no solo se genera donando víveres, medicinas y ropa.
“Lo más saludable es hablarlo, si la parte física, la salud física no la cuidamos, la emocional por desgraciada la dejamos más, esto es una invitación a entender que lo que nos sucedió como país nos cambia la vida para siempre como sea, ya sea si fue algo muy próximo a la pérdida de un familiar, o aunque lo hayamos atestiguado simplemente ya nos cambió la vida, y a partir de ello nos toca reencontrar nuestro camino”, indicó Aldo Muñoz, psicólogo voluntario.
Los 11 jóvenes entre los que hay algunos docentes de la carrera de Psicología, escuchan, hacen intervención en crisis, y dan apoyo hasta donde la gente les permita.
Para el jueves habían atendido a siete personas en un módulo que colocaron en la vía pública entre las calles Niños Héroes y Doctor Liceága, donde estarán por tiempo indefinido de 8 a 22 horas.
“Este suceso se va a sentir después en lo emocional, que la gente lo tome en cuenta que atienda su salud emocional, que este se convierta en un momento para crecer mediante la inteligencia emocional”, reiteró Alan Blancarte.
En entrevista con La Silla Rota, los especialistas voluntarios destacaron que los afectados por las pérdidas que dejó el sismo deben hallar el momento para detenerse, hacer una pausa, reflexionar y reencontrar un sentido, su camino después de la partida del familiar, la pareja o el amigo.
“Eso puede llevar el tiempo que requiera, este es un momento de dolor, de tristeza hay que aprender a recibir esas emociones que no son gratas, no son agradables, no es un momento bonito, pero es como es y hay que darle pauta. La fortaleza no se mide en la capacidad de aguantar, se mide de otras maneras también en el poder hablar, llorar, externarlo, eso da la pauta a que la herida vaya cerrando”, dijo Muñoz.
Los deudos de víctimas mortales deberán entender que las cosas sucedieron así, sin culpas, y que la tragedia no es lo único en sus vidas, que deben superar el paso y seguir.