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Dueñas de tienditas resienten la crisis por la pandemia

Desde el inicio de la pandemia y hasta febrero de este 2020, de un millón de pequeños negocios como tiendas, pollerías, papelerías, 100 mil han cerrado

Escrito en METRÓPOLI el

Alicia Valdez es dueña de una tienda de bonetería y ropa, que lleva su nombre. Debido a la pandemia y a las medidas sanitarias para contenerla, debió cerrar su negocio durante tres meses y luego, abrirlo parcialmente durante algunas horas, lo que impactó a su economía. Pero, además, durante una etapa de la pandemia ayudó a su padre, que es una persona adulta mayor, quien al ser vulnerable ante la covid-19, dejó de atender su local de abarrotes y en su lugar ella quedó al frente.

Entrevistada por La Silla Rota, califica de muy dura la situación debido al cierre. “Es muy difícil la situación que estamos viviendo. Para empezar en mi caso, como mi negocio no es algo de primera necesidad, al final de este año mis ventas cayeron hasta en un 80 por ciento”.

Tienda de bonetería Alicia

Otro caso es el de Holanda Castillo, dueña de la tienda de abarrotes La Espiga. Dice que como los alimentos y abarrotes se venden, en realidad la pandemia no le ha afectado tanto, como sí lo ha hecho la proliferación de tiendas alrededor.

“En un año no ha disminuido, nos hemos visto afectados más por la crisis de que cada año se resiente y bajan las ventas. Hay mucha competencia alrededor y no es lo mismo. Cuando pusimos La Espiga hace 18 años no había tiendas y ahora hay muchas y las ventas han disminuido”, comparte a La Silla Rota.

Holanda Castillo, dueña de la tienda de abarrotes La Espiga

Otro caso es el de Guadalupe Loera, dueña de la Tienda Isabel, en Los Mochis, Sinaloa, quien dice que las ventas han bajado, lo que atribuye a la recesión, pero ella tiene además más tareas que atender además del negocio, ya que debido a que no hay clases por la pandemia, sus hijos que estudiaban en Culiacán, debieron regresar a su casa, por el cierre de escuelas, y ahora ella debe hacerles la comida y lavar su ropa.

“Los cambios fueron significativos, luego de un plazo de seis años fuera, fue un gusto tenerlos en casa, pero luego está la responsabilidad de encargarme de su alimentación o ropa como al inicio, pero para bien en unas y otras cosas. Es que tenían 60 por ciento de prácticas, estudian en áreas de salud. Ellos van a salir adelante”.

TRABAJAN JORNADAS EXTENUANTES

Tanto Alicia, como Holanda y Guadalupe han hecho sobrevivir sus negocios, pero desde el inicio de la pandemia y hasta febrero de este 2020, de un millón de pequeños negocios como tiendas, pollerías, papelerías, 100 mil han cerrado, según informó la Asociación Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec).

Guadalupe Loera, dueña de la Tienda Isabel

En la Anpec hay registrados 125 mil afiliados, de los cuales 69 mil 550 son mujeres. La asociación expuso el 8 de marzo que la microeconomía, el comercio en pequeño y la economía de lo local está animado por el trabajo de miles de mujeres del campo y la ciudad.

“Ante la recesión económica que vivimos producto de la pandemia, las ha obligado y orillado a trabajar jornadas extenuantes de hasta 19 horas, atendiendo sus tiendas a la vez que realizan labores del hogar y apoyan a sus familias en su cotidianidad laboral y de estudio”.

NO SE SIENTE EN DESVENTAJA

Un día después de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, se les pregunta a Alicia, Holanda y Guadalupe, dueñas de sus negocios, si se han topado con mayores dificultades por su condición de mujeres. La respuesta común es que no se sienten en desventaja, pero como gran parte de la población han tenido cambios con la pandemia.

“La única desventaja por ser mujer es únicamente cuando tengo que cargar la mercancía, porque no tengo automóvil y transporto todo en metro. Por lo demás no encuentro ninguna desventaja”, remarca.

Respecto a las horas libres no tiene porque es ama de casa y tiene la responsabilidad de atender a su padre, quien es un adulto mayor dueño de una tienda. Aunque se trata de un negocio esencial, ahí las ventas también se desplomaron hasta en 60 por ciento, calcula.

“Mi padre dice que el hecho de que los niños no vayan a la escuela es un factor muy importante en el detrimento de la economía”.

En su experiencia de 7 años con su propio negocio, no recuerda haber pasado por una situación como la causada por la pandemia. Sobre si ha recibido algún apoyo gubernamental, su respuesta es que no.

“No he tenido ningún apoyo gubernamental, realmente nadie se acercó y yo no la solicité, no sabía que los había”.

SE LES PAGA MENOS

En el caso de Holanda Castillo, tampoco ha vivido una situación similar, pese a sumar 20 años al manejo de su tienda.

Considera que este primer año se caracterizó por ser un periodo de mucha angustia, miedo de la gente. “Nosotros cuando desconocíamos el virus, teníamos miedo”.

Con cuatro hijos, ya todos adultos e independientes, no duda en decir que el papel de las mujeres es estar al pendiente de ellos.

-¿Cuál el papel de las mujeres?

-Estar en constante lucha, por los hijos las mujeres hacen lo que pueden, salen a vender y a buscar el sustento de la casa.

Dice que las ventas son de altibajos. Ahora está muy difícil la situación, pero en diciembre se compuso. “Ahora está muy tranquilo, como son comidas y alimentos básicos para las personas, es igual que en todos los años, a veces bien y a veces baja”.

En su casa no se han enfermado, y ella sólo sale a lo indispensable. En su caso no se ha sentido en desventaja como mujer. Pero en el caso de su hija, dice que sí se ha visto en desventaja.

“Somos mujeres y aún hay muchos lugares donde no tienen igualdad con los hombres. Lo veo con mis hijas, que es mamá y es muy responsable, pero como debe cuidar a los hijos se le valora y le pagan menos, pero debe aceptarlo por cuidar de ellos. Dice ‘me debo conformar con lo que me dan’, así estamos, más por la pandemia”.

SER MUJER NO ME HA CONDICIONADO

Por su parte Guadalupe Loera describe cómo ve el periodo de pandemia.

“Por lo visto hemos sido afortunados de continuar aquí, mucha gente la pasa muy mal, ¿qué le vamos a hacer? La vida sigue y un minuto de silencio por ellos”.

Respecto a si es una condicionante ser mujer, considera que no.

“Quiero enfatizar basada en mi experiencia, ser mujer no me ha condicionado para hacer mi negocio, ha sido algo maravilloso, quiero enfatizar que nada me condiciona. Se trata de salir adelante, ser competitiva en todos los ámbitos, procurar un bienestar para nuestros hijos, una carrera, apoyarlos, no es imposible, ser mujer no es condicionante, les pido que sueñen y salgan adelante. Somos igual de competitivas, quizá un tanto más débiles por nuestra condición de mujer, pero eso no quita méritos”.


(Sharira Abundez)