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Despiden a Héctor y Yair, niños asesinados en el corazón de la CDMX

Héctor y Yair fueron velados en dos viviendas diferentes, en las cuales se adaptaron lonas al exterior, donde fueron colocados sus féretros

Escrito en METRÓPOLI el

SAN JOSÉ DEL RINCÓN.- Aunque en San Antonio Pueblo Nuevo todas las personas presumen de conocerse, hoy nadie quiere hablar de la tragedia que enfrenta una de sus familias por partida doble y es que la mayoría apenas se atreve a decir que ayer alrededor de las 17:00 horas llegó el primer cuerpo para ser velado y esta mañana arribó el segundo, ambos provenientes desde la zona centro de la Ciudad de México, para ser sepultados juntos este jueves.

Y es que en este pueblo, ubicado a 80 minutos de la capital del Estado de México y enclavado en la zona mazahua, una de las más pobres de la entidad, la gente no recuerda cómo eran Héctor Efraín y Alan Yair, de 14 y 12 años de edad, respectivamente, o si lo hacen prefieren no decirlo, pero le atribuyen este desconocimiento a que eran jóvenes y estuvieron poco tiempo en esta localidad situada a pocos kilómetros de la zona limítrofe con Michoacán.

Sin embargo, la historia de ambos jóvenes es conocida a nivel nacional, pues los dos desaparecieron el pasado 27 de octubre cuando se dirigían a Tepito, y solo cuatro días después, sus cuerpos fueron hallados, desmembrados, cuando eran trasladados dentro de bolsas y cajas de plástico en un diablito por un sujeto, identificado como Edgar, de 39 años de edad, quien los transportaba en pleno centro de la Ciudad de México.

FAMILIA DEDICADA AL COMERCIO

Quienes se atreven a hablar en esta comunidad, refieren que su familia es como cualquier otra, dedicados a trabajar con un tractocamión para realizar obras, aunque algunos de sus integrantes han tenido que migrar hacia otros lugares, como la Ciudad de México y su periferia, para dedicarse al comercio y tener una mejor calidad de vida que la que ofrece el campo.

Vida que no es muy diferente a la que buscan decenas de familias de San José del Rincón y los municipios rurales aledaños, quienes, en su mayoría, buscan el sueño americano y los menos aventurados, se atreven apenas a salir de San Antonio Pueblo Nuevo para ir en busca de mejores oportunidades en Toluca o en la capital del país.

Y aunque a esta localidad apenas la conforman un centenar de viviendas, la mayoría separadas entre sí, y en los registros apenas se contabilizan 500 habitantes, pocos han decidido a acompañar a la familia ante los señalamientos que se han hecho sobre la causa de muerte de los adolescentes; aunque esas mismas referencias mantienen molestas a la familia, quien ha decidido no dar ninguna declaración por temor a que haya más represalias.

TEMEN QUE SE LES IDENTIFIQUE

Tanto Héctor como Yair fueron velados en dos viviendas diferentes, aunque ambos pertenecen a la misma familia, en las cuales se adaptaron lonas al exterior, donde fueron colocados sus féretros para que los interesados pudieran rendirles un homenaje.

En estos sitios, familiares se apostaron en los accesos para evitar que ningún medio de comunicación ingrese y que solo lo hagan conocidos, pues se dicen molestos por los señalamientos contra los jóvenes, pero no solo eso, temen que sujetos o grupos desconocidos los identifiquen, conozcan los lugares que habitan y, en su caso, pierdan la tranquilidad que hasta ahora impera en este lugar. 

Metros adelante, en el panteón de esta comunidad, familiares acudieron después de las 10:00 horas para comenzar a excarvar las fosas que ocuparán los cuerpos de ambos, a donde se esperaba acudirían en caravana las familias después de las 13:00 horas, para darles el último adiós a los chicos.

Pese a ello, han advertido a la prensa que no desean ser grabados y se han negado a que se les acompañe en el recorrido de apenas 500 metros; de hacerlo, sostienen que habrá consecuencias, incluso, uno de ellos, se atreve a mostrar un arma para hacer que se desista. En los alrededores, otros hombres, con palos y piedras, también revisan desde diferentes espacios que no se invada su privacidad o que no arriben sujetos desconocidos al pueblo.

LA VIDA SIGUE EN EL PUEBLO NUEVO

Mientras esto sucede, el resto de San Antonio Pueblo Nuevo continúa con su vida cotidiana. Los adultos en el campo o dedicados al comercio, otros pocos trabajando en la rehabilitación de la cabecera y en la introducción del drenaje que apenas llega a este sitio, en beneficio de 47 casas; las mujeres salen a aglomerarse para ver si esta vez ya se les incluye en algún programa social; y los jóvenes, como Yair y Héctor, están dedicados al cuidado de los animales.

Sin embargo, en esta ocasión y pese a que en el pueblo todos se conocen, no han hecho suyas las muertes de ambos jóvenes.

HAY DOS DETENIDOS

Hasta ahora, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México cuenta con dos detenidos por estos hechos, aunque ha referido que podrían estar involucradas más personas en los mismos, por lo que se revisan las cámaras de seguridad públicas y privadas para obtener más elementos que ayuden a las indagatorias.

Como lo informó ayer La Silla Rota, se mantienen abiertas tres líneas de investigación, mientras tanto, la Ciudad de México continúa enfrentando el terror de que las nuevas víctimas de los grupos delincuenciales son adolescentes que no superan los 15 años.



(Sharira Abundez)