Main logo

Descartan incidente por rediseño aéreo; “nuestra labor es mantener el tráfico aéreo"

El rediseño de las rutas aéreas inició el 25 de marzo y tendrá una segunda etapa, el 21 de marzo de 2022, cuando se inaugure el nuevo aeropuerto de Santa

Escrito en METRÓPOLI el

Rubí Ramírez Torres es controladora aérea del Servicio a la Navegación del Espacio Aéreo Mexicano (Seneam). Tiene 9 años de antigüedad en su trabajo, desde el cual tiene la misión de ayudar a preservar la seguridad de los vuelos que llegan diariamente al aeropuerto Benito Juárez de la Ciudad de México y a otros, como el de Puebla.

“Nuestra labor es mantener el tráfico seguro, ordenado y expedito, tanto a la hora del aterrizaje, en el trayecto de vuelo y a la hora de despegue. Mi trabajo como tal es separar las aeronaves que están sobrevolando el espacio aéreo mexicano y hacer las secuencias en algunos sectores hacia el área de México y salidas del aeropuerto de la ciudad de México”, explica a La Silla Rota.

“No todo mundo conoce de esto, ya que somos pocos controladores, yo me siento orgullosa de estar aquí. Más que nada la importancia que tenemos es que debemos mantener los tráficos seguros”, dice, después de pedirle a un compañero suyo que esté al tanto de la pantalla del espacio aéreo a su cargo y donde aparecen los aviones en diferentes colores, que indican si ya entró a la jurisdicción de los controladores, si saldrán o si no ingresarán.

“Nosotros somos los que los mantenemos seguros durante todo su trayecto. En nuestro trabajo debemos hablar español e inglés”, agrega, luego de que La Silla Rota escuchó que daba instrucciones en inglés a la tripulación de una aeronave, que en la pantalla aparece sólo como un punto.

“Le daba información meteorológica respecto al aeropuerto de Puebla y nosotros estamos midiendo los tráficos para entregar secuencias, separar los tráficos con 20 millas para entregarlos a la terminal México y ellos a su vez pasárselos a Torre México para su aterrizaje”, explica.

PROTEGIDOS CONTRA LA COVID-19

Rubí y sus compañeros controladores llevan todos cubrebocas. Sus jornadas son de 14 horas, pero descansan dos horas intercaladas cada 7 horas, y luego después dos días seguidos. La razón es que así se les protege contra la covid-19, y cuando regresan trabajan con los mismos compañeros.

Con la pandemia el tráfico aéreo en la ciudad de México cayó 90 por ciento, con respecto a lo que se registraba antes. Pero nunca se detuvieron las operaciones, explica por su parte la jefa del centro de control del Seneam, Areli Gallardo.

Actualmente ya está al 60 por ciento de las operaciones, lo que además ha coincidido con el rediseño de las rutas, que iniciaron el 25 de marzo y que tendrá una segunda etapa, el 21 de marzo de 2022, cuando se inaugure el nuevo aeropuerto de Santa Lucía.

REDISEÑO AVALADO INTERNACIONALMENTE

Aunque es un rediseño que se ha hecho con base en normas y recomendaciones internacionales, en redes sociales y algunas columnas periodísticas se mencionó que hubo un incidente en el que dos aviones que iban en direcciones opuestas volaron muy cerca y se generó una situación de riesgo. Y que fue gracias al trabajo de los controladores aéreos que no pasó a mayores.

Gallardo explica que aunque dos aviones hayan estado cerca, por norma la separación debe ser por lo menos de mil pies, entonces aunque desde tierra se vieran como en la misma posición, había separación entre ellas.

Para ayudar a entender esto, comparó al espacio aéreo con un edificio de varios pisos.

“Dos aviones no pueden ocupar el mismo piso. Es una separación vertical, entonces una aeronave pasa un punto a 20 mil pies de altura, y la otra lo pasa también pero a 18 mil pies. Nunca se van a encontrar, es como si uno estuviera en el piso 3 y otro en el 4 y hasta que cruzan, continúan con su ascenso y descenso”.

Respecto al incidente, dice que cuando se cruzaron en realidad la separación era de 2 mil 800 pies, y la separación mínima debe ser de mil pies.

PIONERA

Gallardo, quien es además la primera mujer que ocupa el puesto, añade que el sistema con el que trabajan permite ver a las aeronaves y su identificación, velocidad, destino de donde despegaron, y con esa información las separan para garantizar su seguridad. Sobre el rediseño de las rutas, dice que antes las aeronaves sólo entraban o salían por el norte o el sur, ahora lo hacen por los 4 puntos cardinales, lo que permite distribuir el tránsito.

Eso permite además distribuir la carga de trabajo, son menos cargas para los pilotos, rutas más definidas y controladas, evita demoras, que comienzan a marcarse a partir de 15 minutos. Gracias al rediseño, la mayor tardanza en el despegue o aterrizaje no ha rebasado los 11 minutos, y al estar mejor definidas las rutas, hay menores gases contaminantes, afirma.

Gallardo detalla que para el rediseño del espacio aéreo, se hicieron muchas jornadas de simulaciones, pero con situaciones reales.

SE USA EN OTROS AEROPUERTOS

El rediseño del espacio aéreo PBN (PBN- Performance Based Navigation), que es parte del rediseño, ya se usa en otros aeropuertos internacionales de Acapulco, Cancún, Guadalajara, Monterrey, Puerto Vallarta, Tijuana, Toluca y Zihuatanejo.

En el de la Ciudad de México se probó primero con sistemas de simulación acelerada y simuladores de vuelo por pilotos nacionales y extranjeros en diferentes escenarios, con el objetivo de asegurar el cumplimiento de los criterios de seguridad operacional y eficiencia que garantizan la viabilidad desde el punto de vista del vuelo.

De acuerdo con la SCT, para el rediseño se ha contado con la activa participación de especialistas, profesionales y académicos representantes de organizaciones aeronáuticas, tales como son: la Agencia Federal de Aviación Civil, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), European Union Aviation Safety Agency (EASA), Eurocontrol, Navblue, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (Iata), la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero), los colegios de Pilotos Aviadores, de Ingenieros en Aeronáutica, representantes de líneas aéreas y propietarios de aeronaves, operadores de aviación general, militar y colegios de especialistas.

La dependencia informó que la reestructura del espacio aéreo PBN resultara en grandes beneficios mediante una significativa reducción en el consumo de combustible, reducción en la emisión de gases contaminantes e incluso la atenuación del ruido natural de las aeronaves, reducción en la transmisión por radio frecuencia, rutas más predecibles y reducción en la carga de trabajo para pilotos y controladores de tránsito aéreo, quienes actualmente son capacitados en estos nuevos escenarios.

4 TIPOS DE CONTROLADORES

Gallardo detalla que hay cuatro tipo de controladores: el de torre que se encarga del movimiento  de las aeronaves en el aeropuerto que se encarga de aterrizarlos y despegarlos; el de control de aproximación que se encarga al despegue en el aire y los ordena a sus salidas para que vayan a sus aeropuertos y a los que llegaron los ordenan para que aterricen en el aeropuerto de la Ciudad México. Luego viene el Centro México, que al atravesar 29 mil pies las aeronaves, que es el caso del de la capital, lo toma el controlador del centro, lo lleva a su nivel óptimo y lo va vigilando y lo transfiere al centro de Control Mérida, si fuera ahí, lo desciende y se lo entrega a la torre para que lo aterrice.

Guillermo Hernández, es controlador de tránsito aéreo y parte de la subjefatura de Torre de control México. Sus instalaciones están cerca de la Terminal 2, en la zona de hangares, y la torre se alza 30 metros, y desde ahí se ve el aeropuerto. Debido a la contaminación, la visibilidad es de unas 3 a 4 millas. A pesar de la cercanía, el cerro del Peñon de los baños apenas se ve.

“Estamos encargados de la seguridad y separación de las aeronaves aterrizando, despegando y todo el tráfico en movimiento de aeronaves en la superficie”, explica Hernández a La Silla Rota.

“Actualmente nuestra planta es de 8 controladores de tránsito aéreo y la importancia que reviste la torre de control México es que el Benito Juárez es el aeropuerto más importante de América Latina por el número de pasajeros, vuelos y carga que se mueven a diario”, y que antes de la pandemia sumaban mil 300 operaciones.

El controlador quien suma 17 años de experiencia, explica que las situaciones complejas se presentan principalmente por situaciones meteorológicas.

“En determinadas temporadas del año, diciembre y enero aumentan los números de casos de niebla y en abril y mayo el número de días por la tarde y en cuanto a operación y movimiento de pasajeros en vacaciones es cuando aumentan las operaciones.

“La operación se torna difícil, complicada y sin embargo existen métodos y procedimientos autorizados y avalados a nivel internacional para poder continuar con esta operación siempre que sea posible y con la seguridad requerida”, concluye.

fmma