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Denuncian anomalías en las Universidades Benito Juárez

La Silla Rota recolectó testimonios de trabajadores en las universidades sin contrato, con retraso en pagos, acoso laboral y hasta despedidas sin justificante

Escrito en METRÓPOLI el

Apenas Linda Marín supo que estaba abierta la convocatoria para ser parte de la plantilla académica de las Universidades del Bienestar Benito Juárez, en febrero de 2019, mandó su currículum vitae para formar parte de uno de los proyectos más ambiciosos del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador: llevar educación superior a jóvenes marginados y rechazados en otras escuelas, en comunidades alejadas.

Marín, bióloga poblana, se sintió llamada a una misión y en cuanto supo que fue seleccionada, viajó a Pátzcuaro, Michoacán, a un curso de inducción, y al mes siguiente, a la Ciudad de México, para otro, en el hotel Ritz, en el Centro Histórico, donde también entregó sus papeles para la contratación y les avisaron que empezaban la siguiente semana.

A pregunta expresa de La Silla Rota, recuerda que en ambos viajes ella pagó de su bolsillo para sus traslados, así como para hospedarse en la ciudad. Pero se sentía ilusionada y cuando supo que tendría que mudarse de Puebla a Tlaxcala para dar clases en Xaltocan, no le importó. Quería formar parte del proyecto.

“Llegamos con una mano adelante y otra atrás a dar clases en el patio del palacio municipal, no teníamos ni pizarrones”.

Entusiasmada, comenzó a dar clases en condiciones precarias, incluso estuvo en sedes alternas y puso de su dinero para material. “No teníamos para folders y plumas, yo puse, así como para la caja de archivo muerto”.

También tuvo un accidente en el que se lastimó el pie y de parte de la administración no le dieron para la incapacidad y debió poner nuevamente de su dinero para curarse. No fue la única irregularidad laboral que le tocó ver: también hubo retrasos en los pagos.

Con la pandemia continuó como docente, con clases a distancia, pero con el mismo interés por el proyecto.

(Cuartoscuro)

Por eso le sorprendió que en la segunda mitad de julio de este año, mediante una carta que recibió, le avisaran que estaba fuera del proyecto y le condicionaban el pago de la primera quincena, a que aceptara firmar la renuncia.

“Nos cae de sorpresa. Luego de levantar la sede nos dan las gracias, va contra toda la lógica, uno pensaría que se avanzó en lo pedagógico, en lo administrativo y ahora salen con que ya no los necesitamos, sobre todo cuando dimos tanto con el proyecto, más allá del lado emocional, muchos hemos dado de más, el otro aspecto es que hay una serie de vejaciones laborales”, se quejó.

Pensó que su caso era único, pero no fue así, se corrió la voz que en el resto de las otras 139 sedes también había personal despedido, el cual ya conformó la Asamblea de Trabajadores BBJ, que busca defender los derechos de los despedidos.

“El punto es que a partir de que llegan a aparecer más casos vemos que no era un asunto sólo mío. Otro punto que quiero señalar es que no hay una explicación del por qué despiden. Dicen que revisan los perfiles y no eran los óptimos. Pero por qué lo hacen luego de dos años y de que comenzamos a levantar la universidad, dicen que no somos los óptimos. No es una explicación”.

"NO SE CORRE A NADIE": AMLO

No es el único caso de docentes o personal académico de las UBBJ con despidos de personal. La Silla Rota recolectó cuatro testimonios de personas despedidas, que recibieron cartas donde, sin explicación alguna, cortaban la relación con ellas.

La carta, con el nombre del trabajador o trabajadora, cita artículos del Decreto de Creación del organismo coordinador de las universidades, del Estatuto Orgánico y el Estatuto Académico, y extiende “nuestro más sincero agradecimiento por el apoyo prestado hasta el 31 de julio en la sede educativa” correspondiente.

“Su participación ha sido muy valiosa para el desarrollo de la sede, pero por el momento no estamos en condiciones de renovar el convenio de prestación de servicios educativos con usted, esperamos que en un futuro podamos contar nuevamente con su intervención profesional”. Se lee en el documento.

El tema llegó este 3 de septiembre a la mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador, donde un reportero le preguntó por qué se despedía a los maestros. El mandatario dijo no tener información, pero aseguró que no se corría a nadie. “No tengo información, pero no se corre a nadie”, dijo escuetamente.

(Cuartoscuro)

El reportero insistió y dijo que sumaban unos 160 despedidos, y el titular del Poder Ejecutivo, propuso que fuera la directora de las universidades, Raquel Sosa y antigua colaboradora suya, quien debía ver el tema.

“Pues hay que ver con Raquel Sosa, que es una mujer honesta, íntegra, incapaz de cometer una injusticia”, la defendió.

Pero esa no es la opinión de quienes han escuchado a Sosa hablar sobre los maestros, los despedidos, sobre los integrantes del Sistema Nacional de Investigadores que no pudieron ver sus papeles de adscripción al SNI para recibir recursos.

Incluso hay audios donde la directora de las UBBJ plantea que los asistentes académicos, que son quienes apoyan a los coordinadores académicos de cada plantel, no pueden ser comunicólogos, psicólogos y pedagogos.

En otro audio se escucha que hay un límite para recibir a estudiantes con discapacidad. En uno más se oye como se niega a firmar los documentos de adscripción para los integrantes del SNI.

MAESTRAS, SIN CONTRATOS Y CON ACOSO LABORAL

Como ocurre en otros ámbitos de la autodenominada “Cuarta Transformación” o en las redes sociales, al que disiente o expresa dudas o críticas sobre el proyecto, se le van encima. Una de quienes lo sufrió fue Linda Marín, luego de cuestionar los retrasos en los pagos o considerar que el programa de estudios podía ser mejorado.

“Sufrí acoso laboral, sacaron a la primera coordinadora, dos meses sin ella, llegó otra que llegó con la idea de rehacer cosas arbitrarias, entonces con todo esto empezó a haber acoso hacia mi persona, que soy analítica, pero vámonos con cuidado, los estudiantes son autónomos y yo sí creo en eso, que ellos podrán cambiar la situación”, expresa esperanzada. 

Iliana Martínez era asesora académica en el plantel de Calvillo, en Aguascalientes, y como Linda, también fue despedida.

“Soy personal despedido, aunque sigo en contacto con personal, siguen las arbitrariedades, amenazas, hay muchas situaciones alarmantes”, dice, sin miedo.

“Comencé en febrero de 2020, en Calvillo, Aguascalientes. Entré como empleada, pero no firmé contrato. Había la promesa de que esperáramos que el elefante reumático de la burocracia se pusiera las pilas, como le gustaba a la directora Raquel Sosa decir, que era cosa de tiempo, que esperáramos. No se nos dijo que éramos becarios, como ahora lo maneja, que es lo que dice la señora, realmente se nos engañó”.

Martínez, al ser asesora académica, escuchaba los largos discursos que Sosa hacía entre 7:00 a 11:00 horas y que pedía que no se grabaran y tampoco aceptaba réplicas.

Añade que debido al ruido que ha generado la Asamblea de trabajadores despedidos, ahora ya no hay cursos de inducción y están apurándose a contratar personal, e incluso ingresan profesores sin ser entrevistados, y algunos reconocen ante sus alumnos que inician sin tener sus clases preparadas.

“Las escuelas estaban funcionando por los docentes, yo era asistente académico. Ellos se pusieron las pilas, a enamorarse del proyecto y a trabajar, pero no porque haya sido buena desde el inicio, y siempre hubo irregularidades”.

Recuerda que cuando la universidad empezó estaba en unas instalaciones prestadas en un pueblito, La Laguna y luego un Cecati prestó sus instalaciones. En su caso ella tuvo un accidente en la sede, y mandó un informe que se había caído de una silla ergonómica, pidió que le reembolsaran la radiografía y la consulta. Lo que recibió como respuesta fue su despido y como a las dos semanas la despidieron.

Martínez critica que otra irregularidad es un sistema llamado Caleidoscopio en el que, para compensar la escasez de maestros y la demanda de alumnos, un mismo profesor da clases simultáneamente a estudiantes de diferentes grados.

“Es absurdo, quiere disminuir la nómina y las horas, cada docente debe tener equis número de alumnos, no podíamos revolver tercer y quinto semestre, su sistema no tanto es de resolver, si había 150 alumnos, decía que con tres docentes le alcanzaba”.

Martínez, quien es psicóloga, asegura que hay otro audio donde Sosa en otra reunión reciente, y a casi tres años del inicio, reconoce que las cosas se hicieron mal, y añade que es “por mensa”. “Si ella lo dice es una burla”, critica.

También había represalias. El día del maestro les retrasaron su pago porque no hicieron un cuadro sobre el sistema Caleidoscopio, y no acomodaron grupos como ella quería.

“Como esa vez, nos retrasaron el sueldo a capricho, no se le va a pagar a nadie mientras no haya tal cosa”, amenazaba la directora de las UBBJ.

Martínez no fue afectada pero los docentes sí, porque Sosa les regateaba horas, los profesores daban 30 horas, pero la directora cuestionaba y aseguraba sólo eran 20 horas. “A muchos maestros les llegaban pagos de 3 mil pesos a la quincena”.

Ella no firmó su carta de despido y metió una demanda laboral e incluso se quejó ante el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación por lo que dijo Sosa, de que los comunicólogos, psicólogos y pedagogos no debían ser asesores académicos, lo que consideró discriminatorio. La respuesta que recibió fue decepcionante.

“Me contestaron vía verbal por una llamada que no correspondía a mi queja, les mandé audio de que no querían psicólogos. De verdad los docentes que salieron son los que sacaron adelante la universidad, por ellos existe, no por la señora. Nuestro temor es que la escuela desaparezca y los chavos lo van a pagar”, advierte.

DENUNCIAN PAGOS DIFERENCIADOS Y HORARIOS ABIERTOS

Otro caso es el de Natalia Álvarez. Con carrera de ingeniería en desarrollo regional sustentable y maestría en desarrollo rural, radicada en Guadalajara, pero con trabajo de tesis en Tomatlán, Jalisco, cuando se enteró del proyecto, envió su historial en febrero de 2019, para ser tomada en cuenta como académica.

Fue llamada en diciembre de ese año y la entrevistaron vía telefónica, había prisa porque les urgía un profesor de tiempo completo en la sede de Tomatlán, para dar un máximo de tres  asignaturas, aunque sin descartar hasta cinco por la necesidad, con un sueldo de 28 mil pesos y la promesa de un contrato.

Aunque iba a tomar un curso de inducción como requisito, eso la fue retrasando, pero como el ciclo escolar empezaba el 13 de febrero de 2020 le dijeron “vas a entrar así”. Como tenía previsto que antes debía tomar el mencionado curso, y las clases comenzaban el 17 de febrero, debía mudarse a Tomatlán, por lo que pidió que la esperaran una semana, entonces le avisaron que su sueldo sería de 20 mil pesos.

Pero ya cuando comenzó a dar clases se enteró que a otros dos trabajadores por el mismo tiempo sí les pagaban 28 mil pesos, lo que la desconcertó. Al iniciar el siguiente periodo, le volvieron a asignar tiempo completo e incluso comenzó a cobrar 28 mil pesos al mes, aunque con una asignatura más, y ya eran  muchos temas. “La modalidad semipresencial era el pretexto para atiborrarnos de trabajo” comenta.

(Cuartoscuro)

En diciembre del año pasado recibieron un monto similar al aguinaldo que ignoraban iban a recibir, y eso fue una grata sorpresa. Pero no sólo tenía a su cargo dar clases, también le encargaron la comisión de la biblioteca, ver libros, cotizar, buscar y supervisar las obras de la escuela.

El primer ciclo le tocó en instalaciones de una secundaria prestada y el segundo semestre las tenían en unos salones, entonces ya se podía enseñar de una manera seria, describe. El plantel, con cuatro salones, auditorio y oficinas y baños, todavía encaró dificultades, como que tardaron en tener energía eléctrica, los pizarrones tardaron en quedar bien instalados, la red de internet aún sigue fallando, así como la instalación de cómputo, y ahora están terminando biblioteca.

Además, ella participaba en limpiar las instalaciones, plantar árboles, dar asesorías a los estudiantes y en abril se comenzó a hablar de evaluar perfiles.

En abril de este año les redujeron las horas, y aunque trabajaban 35 horas, les dijeron que sólo marcaban 30, y de la noche a la mañana les pagaron 2 mil pesos menos por quincena.“Solo nos mandó una carta la dirección para comprometernos con el proyecto y nos llamó a ser comprensivos”.

Los convenios laborales, que no contratos, este año los firmaban, pero lo hacían días después de recibir el pago, y no parecía algo que, en caso de despido, los protegiera mucho.

“Lo leíamos y decíamos que estábamos acostumbrados a la precarización, pero es por una buena casa, y el contrato ilegal era una renuncia a nuestros derechos laborales, que marcaba confidencialidad de no decir nada de lo que pasa aquí”.

Pero al inicio de julio, el coordinador le comentó que había la posibilidad de ser despedida, y en ese caso Tomatlán se quedaría con un solo profesor y eso hizo que descartarán la posibilidad, porque quien se quedara tendría mucho trabajo. 

Pero ella comenzó a sospechar que sí podía ser despedida. Llegó la quincena y no le pagaron, y el 19 de julio le enviaron una carta como la que recibió Linda, en la que le daban las gracias.

“Del 1 al 15 nos iban a pagar, me llegó el correo y julio ya tenía una semana despedida pero aparte me pedían que firmara el convenio correspondiente a la quincena anterior y luego me pagaban y me condicionaron el pago. No lo firmé, estaba muy enojada, ahí empezamos a vincularnos en la asamblea y nos asesoramos y nos dijeron “ lo firmen”.

-¿Qué ha pasado en ese mes?

-Mandé carta a la dirección académica con copia a la dirección, pidiendo explicaciones, pero sin respuesta. A través del grupo que estamos trabajando no ha habido respuesta. Algunos compañeros fueron a Pátzcuaro, como que intentaron tomar la sede y salió la directora, intentó hacerlo individual, tomar casos individuales, que iba a tener diálogo si firmábamos los convenios. En esta actitud de descalificar casos particulares sin tomar en cuenta la violación de nuestros derechos laborales. 

Otra despedida fue Isela (nombre modificado a petición de ella), quien trabajaba en un plantel de Oaxaca. Como ocurrió con Iliana, Natalia y Linda, tenía mucha ilusión de formar parte del proyecto de llevar educación a estudiantes que carecen de oportunidades en zonas marginadas.

Como sus compañeras, también se siente decepcionada, luego de ser despedida.

-¿Qué harán?

-Estamos haciendo un procedimiento legal para la demanda, según el estado donde esté, en algunos ya está la reforma laboral, en otros es directa y además ya nos conformamos en una asamblea, ya somos unos 80 de diferentes estados.

-¿Qué piensa de que la directora dice que hay docentes neoliberales que no pueden formar parte del proyecto?

-Esto que la directora general acusa a algunos profesores de neoliberales lo hizo en reuniones con coordinadores de las sedes. Es importante decir que no era un motivo, son declaraciones que hizo en su momento, pero la carta y la poquísima información que da no explica los motivos de los despidos. O se maneja que no cubrimos el perfil. Pero ellos nos seleccionaron, su última convocatoria tuvo muchos filtros y una no espera que salgan ahora con que no cubrimos el perfil.

UN PROGRAMA DESTINADO AL FRACASO: EXPERTA

La experta en educación y académica de la UNAM, Alma Maldonado comentó a la Silla Rota que las UBBJ son un intento no afortunado del gobierno por expandir la oferta de educación superior en el país.

“Se trata de programas de educación superior limitados, ofrecidos a estudiantes rechazados de otras instituciones, eso es bueno. Lo que ofrecen no puede resarcir de exclusión a estas poblaciones, lo que haces es excluirlos aún más cuando la oferta que tienes para ellos con educación de dudosa calidad, con programas poco consolidados, sin estabilidad laboral para profesores ni instalaciones con uno o dos profesores por plantel. Eso no es una institución de educación superior y no están solucionando el problema que desearían, el de atender de exclusión”.

Consideró que se deben ofrecer mejores instituciones docentes y programas para cerrar esa brecha.

“Aquí estamos hablando de instituciones, sobre cuántos atienden, sus programas, seguimiento de los estudiantes, interés, pero no sabemos cuántos se han inscrito y cuántos continúan, es un programa destinado al fracaso. Ni siquiera lograron establecerlos en las comunidades más necesitadas. Los pocos datos que hay es que no han cumplido con su cometido”.

Previó que cuando mucho saldrá uno o dos planteles que a lo mejor hacen algo más sólido de entrada. “Que tenga problemas con la planta académica te habla del proyecto, si no hay estabilidad, cuando una institución es en gran medida su planta académica”.

Añadió que además hubo poca transparencia de cómo se dieron las clases en línea en la pandemia, “quedaron muy paralizados”. La Silla Rota buscó la versión de las Universidades y mandó un correo electrónico, que no fue respondido. 

De acuerdo con el tercer informe de gobierno, en las 140 sedes de la UBBJ se atendieron 28 mil 87 estudiantes hasta la conclusión del primer ciclo escolar 2021, con 1 mil 002 docentes. Desde el inicio del programa, en 2019, se ha duplicado anualmente la matrícula escolar en 37 carreras registradas.

En materia de infraestructura, se concluyó la primera fase de instalación de 90 sedes y han comenzado la segunda fase; además, 50 más esperan concluir la primera fase hacia el término del presente año.