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Covid-19, una pandemia y crisis sin traducción para indígenas en CDMX

En el pensamiento indígena, covid-19 no tiene traducción, por lo que puede ser cualquier enfermedad; no se ha explicado con perspectiva cultural

Escrito en METRÓPOLI el

Para la comunidad indígena de la Ciudad de México, la covid-19 no tiene traducción: la pandemia que ha acabado con la vida de 78 personas de dicho grupo poblacional se trata de una enfermedad cualquiera. Eso hace difícil su comprensión, revela el estudio Impactos diferenciados por covid, diálogos con la sociedad civil elaborado, por el Consejo para Prevenir la Discriminación (Copred).

“En el pensamiento indígena, covid-19 no tiene traducción, por lo que puede ser cualquier enfermedad; no se ha explicado con perspectiva cultural”, se lee en el documento, presentado en agosto pasado.

Para la dirigente del Parlamento Nacional Indígena, Florentina Santiago Ruiz, no sólo es que no se ha traducido a la concepción indígena, sino que incluso en los hospitales los indígenas de la ciudad aquejados por el coronavirus no pueden explicar lo que tienen, pues no todos hablan español y aunque se les den folletos en su idioma, tampoco todos saben leer.

“No se dimensiona, no hay ese entendimiento por las lenguas. Yo hablo zapoteca pero ya viviendo en la ciudad, mastico un poco de español, pero hay compañeros que no alcanzan ese nivel de entendimiento y siguen hablando sólo sus lenguas”, dijo a La Silla Rota.

Hasta el 24 de septiembre, además de las 78 personas indígenas que habían fallecido, otras 616 habían sido contagiadas, de las 784 mil 605 personas indígenas con presencia en la metrópoli.

IMPACTOS ECONÓMICOS

Pero no es el único impacto sufrido por los indígenas de la ciudad. De acuerdo con el estudio de Copred, la mayoría de ellos tienen empleos informales o se autoemplean, por lo que carecen de seguridad social, y cuando han acudido al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), han padecido la carencia de medicinas. También han visto sus ingresos desplomarse.

Como algunos son artesanos o comerciantes ambulantes, han debido salir a la calle a exponerse, agregó la dirigente del Parlamento.

“La parte económica, la de salir a trabajar, la mayor parte de los compañeros estamos exponiendo las cosas, no tenemos un espacio fijo donde podemos estar sin exponernos ante esta situación. Sí, hubo enfermos, los que se fueron y los que seguimos”.

Ante las premuras económicas que enfrentaron, algunos decidieron regresarse a sus pueblos, pero hubo casos donde no los dejaron entrar, por el temor de que fueran un foco de contagio, por lo que hubo varias personas que se regresaron, añadió.

TRUEQUES

Rosario Aparicio López, doctora en demografía e investigadora en el Seminario sobre Trabajo y Desigualdades en El Colegio de México, explicó que el impacto económico entre los indígenas capitalinos ha sido importante. Por ejemplo, integrantes de la comunidad triqui, como ya no pudieron vender sus productos en la calle, comenzaron a organizar trueques o pidieron a la gente colaboración para tener comida, y anunciaban sus productos en redes sociales.

La académica, quien prepara un estudio sobre el impacto de la covid entre la población indígena, explicó a La Silla Rota que la mayoría carece de empleos formales. Los hombres que hacían actividades como vender, bolear, cargar, ser músico y otras en espacios públicos ya no pudieron hacerlas porque no había gente.

“El otro gran problema fue con las mujeres trabajadoras del hogar. A las que las descansaron, muchas fueron sin goce de sueldo y las que sí fueron a trabajar se les duplicó el trabajo porque por el confinamiento estaba toda la familia, y hasta debían sacar al perro a pasear y por sus traslados aumentaba su posibilidad de contagiarse”.

POCA ATENCIÓN MÉDICA

Santiago Ruiz explicó que sabe de compañeros que cuando acudían a un médico no sabían cómo explicarle lo que sentían, ya que lo dicen en su lengua materna, y no hay traductores.

Cuando no podían acudir a médicos del sector salud, recurrían a la medicina alternativa y a los remedios naturales.

“Esa parte ayudó un poco, pero esa información que se requería pasaron varios meses sin darla, o la daban en su lengua, pero por escrito y muchos no lo saben leer”, lamentó.

NO SE CLASIFICÓ DE MANERA ÉTNICA

De acuerdo con el documento del Copred, en materia de información, en las instituciones de salud la información de los pacientes no se recaba por clasificación étnica-racial, para conocer los impactos en estas poblaciones de covid-19.

La información sobre covid-19 emitida por las autoridades tampoco se interpreta en las lenguas maternas de las personas indígenas. Asimismo, no se reconoce su cultura (costumbres, valores, necesidades), lo que dificulta implementar las medidas recomendadas.

“Por ejemplo, en las comunidades indígenas se promueve la convivencia, cohesión y colectividad, por lo que la sana distancia y el quédate en casa tienen un enfoque individualista, o la interpretación de la palabra covid-19 desde las comunidades indígenas puede ser equiparable a otras enfermedades”.

Tampoco se brindan servicios de interpretación en lenguas indígenas a las personas que asisten a los diversos servicios de la Ciudad de México.

LOS IMPACTOS EMOCIONALES

De acuerdo con el documento, el confinamiento ha impactado a nivel emocional por la falta de convivencia familiar y la pausa de rituales, como son las fiestas patronales, las mayordomías y las misas en los funerales.

Otro impacto está relacionado con la naturaleza, que es sinónimo de pertenencia, alimentación y sanación.

Al respecto Santiago Ruiz explica que incluso la despedida de los difuntos cambió, ya que ahora no se les despide como antes, se les hacía fiesta, y que ahora deben ser cremados.

“Es fiesta nacer y es fiesta morir y ahora no, y eso nos impacta”.

DESVENTAJAS COMUNICATIVAS

Las personas indígenas también se han enfrentado al rezago tecnológico y a la falta de accesibilidad a aparatos electrónicos, reveló el documento.

“La digitalización de la educación y el trabajo ha sido un reto. La falta de dispositivos electrónicos, aunada a la brecha digital y el número de personas que las emplean en un mismo espacio y de forma simultánea, impacta en el cumplimiento de las actividades.

“Otro factor que influye en el ámbito educativo es el aprendizaje en casa de niñas, niños y adolescentes, y el acompañamiento por parte de sus madres y padres”, agrega el estudio, y es que a nivel nacional un 26 por ciento de los indígenas no acabó la primaria, lo que implica que hay un déficit en el acompañamiento escolar.

LA POBLACIÓN MÁS AFECTADA

Una de las quejas de diversos colectivos de indígenas en la ciudad es que no ha habido apoyos para quienes son vendedores o artesanos y que por la pandemia debieron parar sus actividades, y acusan que la Secretaría de Pueblos y barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes (Sepi) dio pocos apoyos.

Florentina Santiago Ruiz expuso que cuando el gobierno capitalino decidió dar más recursos para atender la covid, el apoyo que ellos recibieron fue menor. Les avisaron que habría para los artesanos apoyos, de mil 500 pesos y dos emisiones, pero se colaron personas que no eran de la ciudad ni indígenas y sólo cubrió a 30 por ciento de quienes sí lo son.

“Hay que salir a luchar por la sobrevivencia. Sí hubo apoyos, pero nada es suficiente y no hay suficientes recursos y los apoyos los disminuyeron”.

En el mismo sentido se expresó Sabino Sánchez, también indígena, quien mencionó que el apoyo para pequeñas y medianas empresas no les ha llegado pese a que hay un acuerdo, ya que no hay ventas ni espacios dignos para trabajar.

“La Sepi tiene en abandono a todos los grupos indígenas de la Ciudad de México”.

SIN VISIÓN ÉTNICA

Aparicio López consideró que la Sepi enfrentó la covid-19 sin una visión étnica. Recordó que sí hubo apoyos para indígenas pero insuficientes y además dentro de las políticas públicas de atención, si una persona tenía covid, no se tenía claro a dónde se debía dirigir para tener atención directa.

Tampoco hubo atención especial para quienes enfermaron de la covid-19, los corrieron y perdieron su trabajo.

“No hay una política específica para personas indígenas o que dejaron de trabajar. Solo esa transferencia de la Sepi pero tampoco hay una política pública a largo plazo. ¿Qué va a pasar con las personas cuando fallece un familiar o cuando tengan que regresar a los espacios públicos? ¿O las mujeres que trabajaban en un taller y lo perdieron porque ya no pudieron seguir pagando los costos de producción? No hay una política gubernamental de atención a personas afectadas por la covid”, concluyó la investigadora.

(Sharira Abundez)