JILOTZINGO.- Aunque el proyecto del Bosque Diamante que implicaría la construcción de 19 mil viviendas en una superficie de 238 hectáreas fue suspendido desde el 2019, activistas de este lugar solicitan su cancelación definitiva, dada la importancia ecológica que representa para la conservación de hábitat, la recarga de mantos acuíferos y la generación de agua que hoy beneficia al Valle de México.
Arturo Rodríguez Nava, activista de Jilotzingo, que tras conocerse el proyecto hace ya poco más de dos años, ejidatarios con grupos ambientalistas, gestionaron la petición para que juzgados federales, a su vez, resolvieran una solicitud de amparo para impedir la construcción del desarrollo inmobiliario Bosque Diamante que ocuparía hasta 238 hectáreas en el bosque de coníferas y encinos.
Reserva Estatal Espíritu Santo
Refirió el activista que, desde enero del 2019, el Juez del Décimo de Distrito, emitió el ordenamiento para la suspensión provisional del proyecto inmobiliario por su impacto en la reserva natural.
Refirió que hasta hoy han logrado contener en juzgados la pretendida reactivación del proyecto inmobiliario.
Destaca que ya realizaron foros de discusión y análisis en donde sus conclusiones han determinado que no se permitirá la construcción de 19 mil 985 viviendas y menos aún la tala de unos 180 mil árboles de coníferas y encinos que hay en el bosque de agua de la Reserva Estatal Espíritu Santo.
El proyecto inmobiliario de concretarse destruirá superficie forestal de la región que incluye flora y fauna endémicas de la región, además de afectar el sistema natural de recarga de mantos acuíferos, incluyendo escurrimientos que alimenta de agua a la presa Madín.
Arturo Rodríguez, activista de Jilotzingo
Explicó que luchan con los ejidatarios, por evitar disecación irreparable, que se daría si se llegara a disponer de las 238 hectáreas del bosque de la región, que incluso forma parte de la reserva ecológica Otomí-Mexica, explicó.
Refirió que ante el cambio climático “nos exige tomar conciencia para evitar sequías y el estiaje por lo que luchamos por conservar la superficie forestal, los mantos acuíferos, y por evitar que proyectos inmobiliarios lo destruyan por es una fuente de vida”, dijo el activista.
A esta determinación de hacer respetar la permanencia del bosque de Jilotzingo tal como se encuentra hasta ahora, se han pronunciado el diputado local Max Correa y Guillermo Zamacona, además de diversas organizaciones de conservación de la naturaleza y la preservación del bosque como la del activista Rubén Mayén del Movimiento Reserva Presa Madín, Lago de Guadalupe.
Destaca finalmente que ya solicitaron la intervención de las autoridades en los 3 niveles de gobierno a fin de que se cancele definitivamente el proyecto, que se encuentra suspendido por una orden de un juez, y a la brevedad se diseñe y aplique un plan de manejo ambiental en la zona, que termine con la incertidumbre y dé certeza a los habitantes de Jilotzingo y de toda la región.
En Jilotzingo se tienen una población aproximada de 20,000 habitantes, donde casi la mitad de ellos se encuentra en condiciones de pobreza (44.3%), según las estimaciones del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, CONEVAL.
En esta alcaldía el 82% de su superficie territorial está considerada como parte de la reserva natural protegida. Además de ser parte del área de recarga acuífera para el Valles de México.
(SAB)