Main logo

Colombiana "se alquiló" como halcón" para eludir la trata

Andrea fue arrestada el 7 de noviembre pasado junto con otros tres colombianos pero confesó ser explotada sexualmente

Escrito en METRÓPOLI el

La historia de Andrea parecía común: una muchacha colombiana detenida en México por presuntamente estar involucrada con una banda de ladrones de casa, pero concluida su audiencia celebrada ayer salió a relucir que fue víctima de trata.

LEE MÁS: La engañaron con un trabajo en Facebook; la obligaron a prostituirse 

Andrea fue arrestada el 7 de noviembre pasado junto con otros tres colombianos, ligados al intento de asalto a un trabajador de la Fiscalía General de la República en Lindavista, cuyo video de escape se hizo viral.

La mujer afirmó ante el juez de control que la necesidad de mantener a cuatro hijos la orilló a tomar la decisión de salir de su país de origen hacia México, donde con engaños de quienes la trajeron terminó siendo explotada sexualmente.

Los tratantes colombianos le cobraban una supuesta deuda por los boletos de avión, mientras que los mexicanos le cobraban por los documentos falsos que le proporcionaron y el hospedaje.

Pasaron un par de meses en los que la forzaron a tener clientes sexuales hasta que convenció a los tratantes de que pagaría sus deudas de otra manera: sirviendo como “marcadora” de casas, es decir, como la que toca los timbres de las residencias para asegurarse de que no haya nadie y sus cómplices puedan entrar a robar.

Así lo expuso el Ministerio Público de la Procuraduría, el cual mostró ante el juez videos donde se aprecia a Andrea descender de una camioneta Mazda para tocar los timbres de dos domicilios en Lindavista, el 29 de octubre pasado.

Fue esa misma noche cuando ella y otros colombianos irrumpieron en la cochera del servidor púbico de la SEIDO, quien al pensar que se trata de un secuestro aceleró su camioneta, chocó la Mazda de los sospechosos y luego pudo huir.

Ante ello, los ladrones huyeron a pie al tiempo que el conductor de la Mazda tuvo que abandonarla calles adelante. El 7 de noviembre pasado, Andrea y tres de sus compatriotas acudieron a la colonia Peralvillo a comprar las refacciones de la Mazda, que quedó dañada, pero ya eran seguidos por agentes de Investigación.

Cuando se dieron cuenta que eran seguidos, enfilaron a la colonia Obrera a bordo de una Dodge Journey, la cual se estrelló contra una cámara del C5 sobre la calle 5 de Febrero, lo que facilitó la detención.

Como consta en un recibo de compra, cuya fotografía posee La Silla Rota, en efecto compraron refacciones para la Mazda, lo que aunado a los videos con los que contaba el Ministerio Público, pudo relacionarlos con lo de Lindavista.

Pese a los alegatos de la defensa de Andrea durante su audiencia, ella y sus tres posibles cómplices fueron vinculados a proceso por portación de arma de fuego, delitos contra la salud y cohecho, según informó la Procuraduría local.

Huye de Colombia por deuda con narcos

Alejandro, uno de los cuatro colombianos vinculados a robos a casa habitación en Lindavista aseguró haber huido de su país natal por una supuesta deuda que tenia con narcotraficantes.

Durante su audiencia celebrada ayer, el hombre afirmó que cuando conoció a su reclutador en Bogotá vio la oportunidad de huir de su país, donde querían matarlo por una deuda.

Las pruebas desahogadas en la audiencia arrojaron que, ya en México, Alejandro se enroló con una banda de asaltantes, especializados en residencias, para lo cual le dieron identificaciones falsas.

Licencias de conducir y otros documentos donde Alejandro aparece con diferentes identidades fueron puestas a disposición del juez de control, que calificó de legal su detención y lo vinculó a proceso por posesión de arma, droga e intentar sobornar a los elementos de la Procuraduría que lo arrestaron el 7 de noviembre pasado.

Alejandro admitió que necesitaba el dinero, pues su objetivo era pagarle a un “pollero” para que lo pasara a Estados Unidos, pero que aún no reunía la cantidad que estimó le exigirían.

El dinero que fue obteniendo, aparentemente producto de los saqueos a las casas, lo enviaba a su hermana en Estados Unidos, con el fin de que ahorrara para pagarle a el “pollero”.

No abundó sobre quiénes eran los criminales que buscaban asesinarlo en Colombia ni pudo identificar con nombres ni apellidos a las personas que lo recibieron en Ciudad de México para involucrarlo en la banda.

Según las investigaciones, los colombianos reclutados operan en células que no tienen contacto entre sí salvo cuando se les encarga un robo; posteriormente son separados y enviados a otras células que pueden cometer delitos en otras demarcaciones, inclusive en otras entidades de México.

Hasta el momento, la PGJ lo vincula a él, a Andrea, dos colombianos más y un mexicano, con dos robos a casa habitación, cuyas carpetas se están perfeccionando para solicitar órdenes de aprehensión, informaron en la dependencia.