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Cinco feminicidas seriales, los "monstruos" que atemorizaron a la CDMX

Conoce las historias de asesinos como "El Chalequero", "El estrangulador de Tacuba", "El Jack Mexicano", "El Caníbal de la Guerrero" y "El Monstruo de Ecatepec"

Escrito en METRÓPOLI el

Estos 5 hombres han derramado sangre de mujeres en la Ciudad de México y por ello sus nombres aún estremecen.

Desde "El Degollador del río Consulado" en el siglo XIX hasta el "Monstruo de Ecatepec", este grupo de hombres han pasado a la historia por sus crímenes.

“El Degollador del río Consulado”

Francisco Guerrero “El Chalequero” asesinó a 20 servidoras sexuales entre 1880 y 1888. Las noticias de esa época dan cuenta de que las autoridades no pudieron comprobar su responsabilidad más que en uno de los casos.

El hombre fue detenido por la policía el 13 de febrero de 1888, luego de ser denunciado por los vecinos de una de las víctimas.

Este caso bastó para que se le condenara a muerte, sin embargo, Porfirio Díaz, el entonces presidente, revocó la sentencia y ordenó una pena de 20 años de prisión en San Juan de Ulúa, Veracruz.

Un error llevó a que fuera liberado seis años después.

Libre, volvió a cometer un asesinato: Antonia, una mujer de edad avanzada, fue violada, golpeada y degollada por este hombre. Su cadáver fue encontrado en el río Consulado, de ahí su apodo.

En 1908 volvió a prisión, esta vez en Lecumberri, con una sentencia a muerte en 1910, cuando tenía 70 años.

Otro mote que tenía, el de “El Chalequero”, provenía de su estilo de vestir: usaba pantalones entallados, fajas y un chaleco.

Era descrito como una persona que, a pesar de no haber pisado una escuela, era muy educado con las mujeres para ganar su confianza. Sin embargo, era “un ser pendenciero, vil, ególatra y manipulador”.

“El estrangulador de Tacuba”

Gregorio Cárdenas “Goyo” asesinó a cuatro mujeres entre agosto y septiembre de 1942: una compañera de la carrera de ciencias químicas y tres prostitutas.

Con todas ellas primero sostuvo relaciones sexuales, luego las ahorcó y enterró en el jardín de su casa.

Así lo confesó luego de haber sido internado en un hospital psiquiátrico por su madre.

Fue sentenciado a permanecer en Lecumberri, sin embargo, en 1976 obtuvo su libertad al haber sido indultado por el entonces presidente Luis Echeverría, luego homenajeado en la Cámara de Diputados, por ser un ejemplo de readaptación social: durante su estancia se convirtió en abogado.

“El Jack Mexicano”

Macario Alcalá Canchola fue condenado a 60 años de prisión en 1962 por haber asesinado a dos servidoras sexuales en la Ciudad de México; sin embargo, se sospechaba que habría asesinado a otras 12 mujeres.

El hombre quería ser comparado con el legendario asesino “Jack el Destripador” y cuando cometió su último crimen, el 19 de septiembre de 1962, lo dejó en claro al dejarlo una nota en la escena del crimen.

“Jak (sic) Mexicano, reto a Cueto (quien era el entonces jefe de la Policía capitalina)”, fue su mensaje.

Alcalá Canchola contactaba a las mujeres en cabarets o en las calles y las llevaba a hoteles. Ahí, las golpeaba y las estrangulaba; justo como lo hacía el “Jack” original.

El psicólogo Pablo García González describió al “Jack Mexicano” con una gran necesidad patológica de reconocimiento y atención, detrás de la cual escondía su inseguridad.

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“El caníbal de la Guerrero”

José Luis Calva Zepeda fue acusado de haber asesinado a tres mujeres: su pareja, una ex novia y una prostituta. También se comprobó que se comía parte de sus cuerpos, de ahí su apodo.

Operaba en la zona donde vivía: la colonia Guerrero, en el centro de la Ciudad de México.

El 11 de diciembre de 2007, tres meses luego de su detención el 7 de octubre, se suicidó al colgarse en la celda de la prisión con un cinturón.

“El Monstruo de Ecatepec”

Juan Carlos “N” es el presunto asesino serial de 20 mujeres en Ecatepec, Estado de México. Para cometer sus crímenes, su pareja Patricia, lo ayudo a cazar a las víctimas, desde el 2012.

Ambos se dedicaban a comerciar ropa, perfumes y celulares. Citaban a las mujeres interesadas en sus negocios en su casa de Jardines de Morelos, donde cometían los crímenes.

Asesinaban y desmembraban los cuerpos para posteriormente depositarlos en un terreno baldío cerca de su domicilio. Otros los conservaban en cubetas, bolsas y el refrigerador.

Este hombre confesó “sin remordimiento” los crímenes, de acuerdo al fiscal Alejandro Gómez Sánchez.

En un video que fue difundido en redes sociales se puede observar parte del interrogatorio al supuesto asesino, donde se le observa hablando de su profundo odio a las mujeres.

Análisis psicológicos señalan que podría padecer un trastorno mental de tipo psicótico y alteraciones de la personalidad.

cmo