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Chinampas de Xochimilco: patrimonio agrícola mundial en riesgo por falta de agua

Algunas zonas reciben en ciertos puntos descargas de aguas negras de viviendas cercanas o más lejanas, unas construidas sobre las chinampas, pese a ser ilegal

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Escrito en METRÓPOLI el

En San Gregorio Atlapulco, Xochimilco, cada vez es más difícil encontrar los canales de agua que hasta el siglo pasado conectaban a las chinampas productoras de hortalizas. Algunos terminaron convertidos en calles; otros, más recientemente, se han secado y ahora están rellenados de tierra y sirven de paso entre las chinampas; unos más tienen un nivel de agua tan bajo, que su superficie es lodo.

Los que tienen agua, reciben en ciertos puntos descargas de aguas negras de viviendas cercanas o más lejanas, algunas construidas sobre las chinampas, pese a ser ilegal. Aun así y aunque su nivel sea bajo, los canales que tienen agua, aunque sea raquítica, llegan conexiones de mangueras para extraer el agua y llevarla a otros sitios ubicados a decenas de metros para regar lechugas, rábanos, espinacas y hasta chiles chicuarotes, endémicos del lugar y cuyo nombre sirvió para una película dirigida por Gael García Bernal.

En plena época de estiaje, la zona que surte una parte de las hortalizas que millones de capitalinos consumen cotidianamente, carece de agua suficiente. Chinamperos como don Juan González Márquez y Lucas Páez García se quejan de que las autoridades del gobierno capitalino prefieren surtir de agua tratada de Iztapalapa a los canales de Caltongo, para privilegiar la zona turística, que a la zona chinampera.

Lo absurdo ocurre cuando llegan las lluvias, cuando Caltongo ya no necesita agua, entonces las autoridades la mandan a San Gregorio, lo que a veces deriva en inundaciones que echan a perder la cosecha, describen ambos chinamperos.

“Agua potable no tenemos. El agua siempre ha sido el problema y la alcaldía siempre nos ha dicho que sí va a haber agua. Vienen y hay agua, se van y deja de haber agua, porque la zona turística de Xochimilco no la pueden dejar sin agua y cuando sobra bastante, la mandan y se inunda. Hace 6 o 7 años hasta acá llegó la inundación -muestra una zona donde hay un camino- y para nosotros fue un gran problema”, dice don Juan.

Otra razón de la desaparición de los canales es el crecimiento de la mancha urbana, ya que además de que algunos canales fueron tapados para ser usados como calles, hay personas que viven en colindancia con los que quedan, les echan tierra para ampliar sus terrenos.

TIEMPO CONTADO

Ambos chinamperos, así como el secretario de Conservación del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, Fernando Chiapa, temen que, en caso de no revertirse esa situación, en 20 años el sistema chinampero desaparezca.

Se trata de un patrimonio cultural y natural que en 2017 fue reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (Sipam), iniciativa que reconoce la contribución de estos sistemas a la seguridad alimentaria de comunidades locales, a través de su aportación a la producción de alimentos, mediante la utilización de sus propios conocimientos conservados de generación en generación.

“Sería perder un potencial agroproductivo que tiene la zona chinampera y en ningún lugar del mundo se cultiva así, de manera ancestral. Perderíamos desde el punto de vista ambiental, sociocultural y económico un área productiva para esta supervivencia”, dice Chiapa, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana plantel Xochimilco, que vive en San Gregorio desde hace 8 años.

“En 20 años podría acabarse por la mancha urbana, la basura, la escasez del agua. Sin agua no hay nada”, expresa por su parte González Márquez.

EL VALOR DE LA CHINAMPA

La chinampa es un sistema de cultivo agrícola de carácter ancestral altamente productivo y de valor universal excepcional, es un islote de tierra, rodeado de canales, esa es una de sus condiciones, por lo que esta convivencia entre agua y tierra de cultivo a partir de riego por capilaridad es lo que hace productivo al sistema, explica Chiapa.

De acuerdo con el libro Sistema Agrícola Chinampero de la Ciudad de México Sitio Sipam, editado por la Autoridad de la Zona Patrimonio Mundial, Natural y Cultural de la Humanidad en Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta y la FAO, el sistema agrícola chinampero comprende una superficie de 2 mil 215 hectáreas, localizadas en cinco poblados rurales, y se compone por un total de 20 mil 922 chinampas.

San Gregorio Atlapulco es el que tiene más activas, con 1 mil 530, el 42.7 por ciento del total activo, y una superficie de 484 hectáreas.

Según la publicación, el sistema chinampero incluye tanto horticultura como floricultura, así como la producción de cultivos básicos para el consumo local y regional de los habitantes de la metrópoli mexicana. Además de los productos agrícolas, ofrece nichos ecológicos para la fauna acuática y la población de aves endémicas y transitorias.

Los chinamperos producen flores y verduras durante todo el año, así como lechuga, perejil, cilantro, acelga, espinaca, brócoli y remolacha. Entre las especies de fauna identificadas bajo estado de conservación están el ajolote, la rana de Tláhuac, la de Moctezuma, la víbora Cincuate, la de cascabel, la tortuga Casquito, garza morena, gavilán pecho rufo y el pez Mexclapique.

LA ESPEJERA

La Espejera es uno de los 23 parajes de San Gregorio, y ahí acudió La Silla Rota. Chiapa se convirtió en el guía. Aunque no nació ahí, -es del centro de Xochimilco- conforme camina la gente que pasa en bicicletas o a pie, o de las tiendas lo saluda. Uno de ellos, don Jorge, recuerda con nostalgia cuando se podía echar una moneda y ver como se hundía.

Durante la caminata, Chiapa explica que antes en algunas de las calles había canales, pero el crecimiento urbano los cerró.

En la avenida principal, además, pasaba el tren, menciona, y comparte que cuando de la UAM Xochimilco se fue a estudiar el sistema chinampero, fue que decidió quedarse en el pueblo.

El recorrido comenzó en el centro del pueblo, avanzó por unas calles y luego atravesó un canal moribundo, por lo seco, y siguió sobre tierra de lo que antes era un canal, luego continuó por un paraje campestre y rodear un apantle, un canal poco estrecho, hasta llegar a una choza, donde lo esperaban tanto don Juan como don Lucas.

RECUERDOS

Ambos están sentados en medio de un patio sombreado con unas láminas, pero con entradas de aire por dos lados. Rápido entran en materia y describen la situación del lugar.

“Antes aquí normal teníamos hasta metro y medio de profundidad, ahora llegamos a 70 u 80 centímetros de profundidad máximo, ya bajó la mitad”, explica don Juan.

“En tiempo de secas no te envían ni una gota de agua, la zona turística no la pueden dejar sin agua, porque hay dinero, pero cuando llueve bastante abren las compuertas y se nos viene el agua para este lado. Se inundan las chinampas y eso nos perjudica”, añade con tono molesto.

Otro problema es la propia agua tratada. Don Lucas dice que a veces sus hortalizas se honguean y en las chinampas no hay agua potable. Llegan a usar insecticidas, aunque no les guste emplearlos, por eso es por lo que ahora buscan usar naturales.

Critican que hay personas que son dueñas de chinampas, pero no están interesadas en su preservación, aunque cuando hay apoyos, sí se inscriben, por dinero. Hay otros que pertenecen a grupos políticos y aparecen cuando los visitan las autoridades, presentan una chinampa y un pedazo de canal sin problemas y ahí se toman la foto para mostrar que la zona está en orden.

En otras ocasiones hay apoyos de las autoridades, como cuando les dieron biofiltros para el agua, entregados por el gobierno para que el agua tratada no sea tan dañina para los cultivos. El problema es que como ha bajado el nivel de los canales, se descompusieron porque en lugar de agua, filtraban lodo.

“El problema por lógica es el agua, la falta de nivel, de claridad, aquí nosotros tendremos agua para riego un 70 por ciento que sirve, pero hay otras que para el riego usan el agua de los lavaderos, del drenaje y con eso les ponen a sus cultivos”, lamenta don Lucas.

SIN PECES, LAS AVES ESCASEAN

Después, ambos invitan a La Silla Rota a hacer un recorrido por uno de los canales, y don Lucas muestra el inicio del tronco de los ahuejotes, y ahí es donde debería estar el nivel del agua, y no como el medio metro debajo, que es donde actualmente está.

“Antes era agua limpia y estos canales eran mantenidos por ojos de agua. Había el famoso ajolote, carpa, trucha, pato, juil, era un pescado, flaco, tipo víbora de 30 a 40 centímetros que sólo se daba en esta zona y se comía. Ahora las chinampas ya no se hunden en esta época.  Ya no se ven aves, aunque a veces se ven garzas, patos, gallaretas, que llegan a una canoa hundida en la tarde, por ahí había dos garzas. Ahora casi no hay, es por la calidad del agua, pues ya no hay peces. El agua que llega de Atenco llega contaminada. Las descargas ilegales no se han detenido. No hay sanción para esto”, lamenta don Lucas.

Quien conduce la canoa es don Juan, que dice que además cuando hay inundaciones, la Comisión de Recursos Naturales (Corena), reconoce que los afectan y dan apoyos de compensación.

“Hace 6 o 7 años hasta acá llegó la inundación -muestra una zona donde hay un camino- y para nosotros fue un gran problema. Catalogan por hectáreas para los apoyos. Me salió mi cheque de 200 pesos. Se perdió todo. Ahí lo tengo de recuerdo. Groseramente le dije a una señorita ‘toda mi vida no me alcanza para gastarme este cheque, es una mentada de madre”.

También ofrece su explicación sobre la falta de agua.

“El Canal principal es puro lodo y para el agua jalan del canal de abajo. Es el contraste del Xochimilco turístico al de cultivo. Esto cada día muere más y más”, dice mientras muestra uno de los canales principales, que va de Canal Nacional a la Espejera, con un nivel muy bajo de 30 a 40 centímetros de agua.

LO AFECTÓ LA PANDEMIA

Después de volver a tierra, dan una caminata donde muestran como en lugar de usar germinadoras para sembrar semillas, aún emplean el sistema de almácigo, que es hacer con lodo de los canales, cajoncitos donde hacen círculos para poner ahí las semillas.

Después don Juan explica que además de la falta de agua, el decidió no sembrar el año pasado, debido a la pandemia de covid-19.

“Nos ha afectado, principalmente por la pandemia, bajó mucho la comercialización, este terreno dos veces lo barbeché, a qué le arriesgamos a ir a la central de Abastos. A lo mejor voy a ganar algunos centavos, pero con 10 mil pesos no salgo de esa enfermedad. Ya lo viví, en la familia cayeron, se enfermaron bastante, entonces para qué le arriesgamos, mejor la barbeché. Mi esposa y yo estamos vacunados, pero seguimos cuidándonos. Aquí en la chinampa estamos sin cubrebocas, pero en el pueblo no, para evitar contagios. La falta de agua nos ha perjudicado bastante en los cultivos, si no lo conservas bien se plagan y no sacan nada, hay que fumigar, tengo fumigante que la organización Redes me enseñó a preparar. Ya uso naturales”.

SIN AGUA NO SALE LA PRODUCCIÓN

Más adelante, hay otro chinampero, Juan Carlos Espinosa, quien refiere cómo afecta la falta de agua y lo que implica llevar agua a los cultivos.

“Es una afectación para todo productor. No hay agua para riego, se dañan los productos por falta de agua. Con los años ha bajado un buen, se ve en la resequedad de los canales, no hay almacenamiento de agua, están secos ahorita. No sale la producción por la falta de agua. Tiene unos 5 años la baja de agua. Año con año se va padeciendo.

“Dejamos de producir un rato hasta que vuelve el agua. Dejamos tirados los terrenos en lo que se reestablece lo del agua. Ahora sembré espinaca, pero el agua hay que jalarla de otro lado, con mangueras, unos tres meses, significa comprar mangueras, gasolina. Si hubiera agua desde la esquina se trae y es rápido, ahora es desde allá abajo. Ahorita hay un poco, pero estaba seco, era lodo, lodo, lodo”.

Chiapa, quien ha estudiado la zona por años, mencionó que la extracción del agua que ha habido en la zona al centro de la Ciudad, desde el antiguo manantial de San Luis Oxcómatl hasta la casa de bombas de La Condesa en la época porfiriana, significó el traslado de agua acumulada durante décadas, y dicha extracción al paso de los años puede traducirse en hundimientos.

“Ahora el tema es que sí notamos la falta de agua que en pocos años se ha acelerado, y podríamos pensar que, a mayor extracción, más hundimientos diferenciales. Habría que identificar por zonas, parajes, chinampas, como recuperar el nivel de los canales”.

Remarca que eso tiene que ver con una política de abastecimiento de agua al centro de la ciudad surtido tanto por la subcuenca Xochimilco-Chalco y por otro lado el sistema Cutzamala.

“Pensando que es un bien inscrito en la lista de patrimonio mundial por estas cuestiones del valor excepcional universal, en ningún lugar del mundo tienes chinampas, tendría que ser una prioridad conservarlo y estos recursos hídricos que se continúan extrayendo, pensaría que sigue siendo entre 25 a 30 por ciento lo que se extrae de agua en la región, eso sería replantear la política de abastecimiento hídrico y en lugar de extraer, meter agua, no hay de otra manera, si no vemos que es un bien natural y cultural, un sistema frágil debido al cumulo de alteraciones que son históricas”.

Respecto al reconocimiento Sipam, consideró que no se le ha dado el valor que tiene.

“Los reconocimientos no son premios, son compromisos para conservar los sitios”, concluye.



(Sharira Abundez)