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"Bendito Dios, nos permitió ayudar a salvar vidas"

Marko Antonio trabaja muy cerca de la escuela, cuando escuchó que se derrumbó, en seguida fue para lo que se necesitara

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Escrito en METRÓPOLI el

CIUDAD DE MÉXICO (La Silla Rota).- Primero estuve en el Colegio Enrique Rébsamen. Ayudé a sacar los polines, a pasar escombro y de repente ya estaba adentro para tratar de rescatar a sobrevivientes. “Desafortunadamente ahí solo me tocó sacar decesos. Lo bueno es que en el equipo en el que participé sacamos a tres niños con vida, dos niñas y un niño”.

Sigue aquí la cobertura completa del sismo.

Marko Antonio trabaja muy cerca de la escuela, cuando escuchó que se derrumbó, en seguida fue para lo que se necesitara. En el camino liberó espacio para el paso de las ambulancias. “Llegamos y desde el primer momento empezamos a ayudar”, señala en entrevista con La Silla Rota.

Relata que al momento del acceso al edificio colapsado del colegio estaban rescatistas y voluntarios. Detectaron que en ese sitio había niños. “Empezamos a sacarlos, uno por uno. Nos tocó estar pasando agua, cuerdas, picos, lo que teníamos porque al principio no teníamos herramientas”.

Debido a que la noticia de que parte de la escuela se derrumbó con niños y adultos atrapados se hizo viral, llegó demasiada gente a ayudar y se saturó. Marko Antonio se enteró que en la calle Rancho de la colonia Los Arcos, también en la zona de Villa Coapa, se requería apoyo porque se derrumbaron dos edificios habitacionales.

“Llevamos herramienta, motosierra, cizallas, palas, cascos, pero cuando llegamos ya estaba operando cierta maquinaria para poder hacer los rescates. Mejor nos regresamos al Rébsamen y estuvimos hasta las 8 de la mañana del miércoles”.

Luego fue a Petén, donde colaboró a sacar escombros, hacer polines, pasar herramientas. Sin descanso de nuevo regresó al colegio de Coapa. Ya estaba muy sobrada la ayuda, incluso el acceso estaba mucho más restringido. Decidió descansar un poco.

Por parte del trabajo, el jueves fue a dejar víveres a Xochimilco y de camino a Coapa se enteró que se necesitaban manos en el multifamiliar del ISSSTE de Tlalpan y Taxqueña, donde se había colapsado un edificio de cinco pisos. Ya en la fila para entrar, se acercó Ezequiel, un rescatista y preguntó quién sabía “descenso y ascenso vertical”. Marko Antonio sabía.

“Me ofrecí como voluntario. Era el único civil, todos eran rescatistas de Jalisco, de los Topos, equipos de emergencia. Me tocó entrar (al edificio colapsado) con los de Jalisco por la parte de atrás”.

En el multifamiliar participó en cuatro extracciones, dos vivos y dos cuerpos. Los sobrevivientes fueron un hombre y una mujer. Los decesos fueron una madre e hija de aproximadamente 12 años.

“Las encontramos abrazadas, por eso no las podíamos retirar. El cuerpo de la mamá no la podíamos sacar porque la niña la tenía muy prensada. Estuvimos dos horas intentando de muchas maneras. Uno de los rescatistas se acercó, tocó el brazo de la hija y le dijo que la soltara, le prometió que no la iban a dejar, que se iban a ir juntas. Fue algo inexplicable porque después le dio un jalón muy suave y salió sin problema”.

Cuenta que para rescatar al hombre de más de 30 años fueron a la parte de atrás. Se subieron a los escombros. “Empezaron a pedir las mangueras para pasar las mangueras. Llegaron los Topos y ellos lo sacaron. Estuve apoyando a abrir cancha, a pasar lo que nos estuvieran pidiendo, a estar con todo”. 

El rescate de la mujer fue en el último piso, de la parte de enfrente, que da hacia calzada de Tlalpan. Al principio se creía que estaba sin vida. Sin embargo al momento de sacarla, los rescatistas detectaron que se movía, le checaron los signos vitales y ahí mismo le dieron atención médica. Esa extracción, comenta, se realizó antes de que llegara el escuadrón japonés.

De lunes a viernes, Marko Antonio trabaja en una agencia de autos seminuevos. Los fines de semana práctica alpinismo y rapel, sin que supiera que ese deporte lo iba a utilizar para salvar vidas.

“Ezequiel cuando preguntó que quién sabía rescate en descenso y ascenso vertical, pues yo no sabía de rescate. Al principio me quedé inmóvil y pensativo, me animé y me acerqué con Ezequiel y le dije que sabía rapel si eso le servía, me pasó y fue que me colocó con el equipo de Jalisco. Bendito Dios nos dio la oportunidad de ayudar a salvar vidas”.

lrc