Isaac Nieto García vive en la calle. Sus propiedades son unas cobijas para soportar el frío y pasar la noche. Originario de Pachuca, Hidalgo, afirma que no conoció a sus papás y que desde que recuerda ha vivido en la calle y dormido en parques o banquetas. 

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Comparte que nació en 1954, que sabe leer y escribir un poco y que se mantiene con trabajos como albañilería, de lavacoches, franelero o recogiendo basura. Pernocta en el Monumento a la Revolución, donde alrededor de 30 personas más lo hacen, asegura.

Cuestionado sobre si con sus años ahora ve más personas que como él están en situación de calle, su respuesta es afirmativa.

“Sí hay más gente. Yo creo que es por falta de dinero, de seguridad, de ropa”, dice, sentado en una banca, mientras algunas otras personas también en situación de calle aun no despiertan y duermen a unos metros sobre una cobija puesta en el piso.

En un año la población en situación de calle en la delegación Cuauhtémoc aumentó en un 10 por ciento, informó el enlace de personas en dicha situación de la demarcación, Martín Pérez Montañez.

El funcionario delegacional aseguró que la cifra está basada en un censo elaborado por autoridades de la delegación, y explicó qué hay familias enteras que de generación en generación han vivido en la calle.

La población en situación de calle también aumentó en toda la ciudad de México, como muestran datos publicados por la Secretaria de Desarrollo Social (Sedeso). El censo 2008-2009 establecía 2 mil 759 personas en ese bienio, mientras que el Censo de Poblaciones Callejeras, publicado el año pasado, tenía 4 mil 354 personas.

Además dicho censo reportó a 2 mil 400 personas que si bien pernoctan en albergues tanto públicos como privados, su vida está en la calle; el total asciende a 6 mil 754.

Sobre el tema fue consultado el expresidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Luis González Plasencia, quien atribuyó el incremento a que en los últimos años se ha presentado un fenómeno: el de niñas y niños que nacen en la calle. Familias con abuelos, padres y nietos.

Otros factores del aumento son las desigualdades que existen en la ciudad, la violencia intrafamiliar y la falta de oportunidades para trabajar y estudiar, factores que propician la expulsión de personas no solo infantes, sino también adultos y personas mayores a la calle.

La delegación Cuauhtémoc ha sido desde hace años la demarcación con mayor población en situación de calle, como lo muestra el diagnóstico y programa de derechos humanos de la Ciudad de México.

La mayor cantidad de poblaciones callejeras se concentra en Cuauhtémoc pero hay también grupos grandes en Coyoacán y Gustavo A. Madero. Cabe decir que desde que se echó a andar el proyecto de los bajo puentes se han presentado desplazamientos”, observó por su lado González Placencia.

Crecimiento en la ciudad

De acuerdo con el más reciente censo, que fue publicado en agosto de 2017 por la Sedeso, en la ciudad se localizan 100 puntos de alta concentración, con más de cinco personas, y 346 puntos de baja concentración, con menos de 5 personas.

De dicha población, 40 por ciento no es originaria de la Ciudad de México, y de dicho segmento, nueve de cada 10 proviene del Estado de México, Veracruz y Puebla, principalmente.

De la población que vive en la calle, 87 por ciento está compuesta por hombres y 13 por ciento por mujeres. De acuerdo con el censo las causas por las que se integran las poblaciones callejeras es en el 39 por ciento de los casos por problemas familiares; 28 por ciento por problemas económicos; 14 por ciento por adicciones; 5 por ciento por problemas de salud física y mental, y 14 por ciento por otras razones no especificadas.

¿Por qué permanecen en la calle? La mayor respuesta fue porque no tienen otra opción, con 34 por ciento. 

Un problema que asola a la población en situación de calle son las adicciones, 39 por ciento es adicta al alcohol, 34 por ciento a los inhalantes y 32 por ciento al tabaco. 

El censo arrojó que la mayoría de las personas en dicha situación se concentran en las delegaciones Cuauhtémoc, Venustiano Carranza y Gustavo A. Madero, en el Centro, la Merced y el corredor La Villa, respectivamente.

Miedo

En la Cuauhtémoc se ve a personas en situación de calle en el Monumento a la Revolución, la Plaza de San Fernando, el Teatro Blanquita, la Santa Veracruz, La Ciudadela, Artículo 123 y Garibaldi, principalmente. Incluso se les ve muy cerca de las oficinas de la delegación.

En el caso del Monumento a la Revolución se quedan a los lados de las rampas que conducen al sitio histórico. En uno de esos desniveles se ve a un grupo de cuatro hombres y dos mujeres, que tienen instalada una pequeña casa tipo campamento. Se les pidió un testimonio sobre su situación, pero se negaron ya que dijeron no tener “permiso” para hablar.

Isaac Nieto García por su parte habló de la relación con los vecinos. 

“La ciudadanía se molesta de que está uno con cobijas. Nos tratan con miedo, vergüenza y odio. A veces se enojan cuando les pedimos dinero y nos dicen que solo tienen para su café”.

Pero para ellos los policías son un problema, porque los agreden o violan a mujeres. A él lo han amarrado en una camioneta porque “tiene porte de narco”, le han dicho.

También entre ellos hay agresiones, y cuando van a otro barrio, si hay una rencilla pendiente, entonces hay riesgo de ser navajeado.

Sobre por qué no ir a un albergue, su respuesta es que no los acepten con sus cosas. 

“No somos aceptados como hijos de México”.

Protocolos

Pérez Montañez, con experiencia en el cargo en la Cuauhtémoc durante tres administraciones, explica que ahora existe un protocolo de actuación en materia de derechos humanos para atender a las personas en situación de calle, y por ello no se les puede retirar de la calle de manera forzosa, ni hacer la llamada “limpieza social”. El propio protocolo establece que los únicos que pueden levantarlos son integrantes del Instituto de Integración y Asistencia Social (Iasis), dependiente de la Sedeso.

En época de frío los atienden con brigadas diurnas y nocturnas y los invitan a ir a albergues y a organizaciones sociales donde están mejor que en la calle. También hay un programa para que abandonen la calle.

Explica que en su censo tienen detectados incluso a los que sólo usan la delegación para pernoctar, pero que en la mayor parte del día están en otras demarcaciones: la cifra es de mil 273 personas.

Agrega que los vecinos se quejan de quienes viven en las calles, de que ensucian la banqueta o que consumen droga, y la delegación busca coadyuvar para que donde se queden sea un espacio limpio, y algunos de ellos apenas se levantan temprano, recogen sus cobijas y se van a trabajar.

La delegación en su censo toma sus datos, que van desde el nombre, el apodo, si tienen alguna adicción, antigüedad en la calle, estado civil, nivel escolar, sus vacunas, si cuentan con documentos, lugar de origen e incluso la lengua que hablan. También donde se encuentran habitualmente.

Nos interesa saber qué los orilló a salir a la calle”, dice. La pregunta es obligada: ¿Por qué? “Por violaciones, maltrato y pobreza”.

Y cuando están en la calle, sufren el trato de las autoridades y el de la sociedad, de acuerdo con el ex Ombudsman.

Hay un problema de comprensión de la naturaleza socio-antropológica del fenómeno que se ha buscado resolver con enfoques asistenciales que se dan en un continuo ir de políticas que van del paternalismo simplista a la limpieza social. Estas personas sufren mucho, debido a la falta de compromiso de la autoridad, mueren de hambre, de frío y en la total indiferencia social”, refiere.

“Las políticas de gobierno se contentan con intentar forzarlos a vivir en albergues, lo que es estúpido si piensas que es de la institucionalización que huyen, o bien con ocultarlos”, concluye.