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Así sobrevive el sexoservicio en tiempos de coronavirus

La Alianza Mexicana de Trabajadoras Sexuales en alianza con el Centro de Apoyo a las Identidades Trans AC, realizaron la campaña virtual “Haciendo calle”

Escrito en METRÓPOLI el

“¡¡No se olviden de mi trasero en esta cuarentena!!” tuiteó una trabajadora sexual hace un par de semanas. “Agenden citas mientras llega el caso!!” solicitó a sus seguidores. Y explícitamente, precisó, “¡¡Vamos a hacerlo de perrito bebés!!”, pues en tiempos de covid-19, es la postura sexual que consideran ellas, les permite tener el menor contacto físico posible con el cliente.

Pero el dos de abril llegó el día que temían: poco más de 300 moteles acataron la orden del gobierno capitalino, publicada un día antes en la Gaceta Oficial de la #CDMX, y cerraron sus puertas al ser considerados servicio no esencial, como una medida urgente para reducir contagios frente a la pandemia del coronavirus. Esto puso al grupo de trabajadoras sexuales como las primeras afectadas directas; pero Randy y algunas de sus compañeras ya lo veían venir.

Hace una semana la Alianza Mexicana de Trabajadoras Sexuales (AMETS) (agrupación a la que ella pertenece) en alianza con el Centro de Apoyo a las Identidades Trans AC, realizaron la campaña virtual “Haciendo calle” que lanzó una frase de batalla “Coperacha para las trabajadoras sexuales frente a la crisis del COVID19”. Y planteó dos alternativas; donar dinero a través de un par de cuentas bancarias; o donación de alimentos no perecederos en dos domicilios particulares que funcionan como centro de acopio para elaborar paquetes de despensa para las antes llamadas, sexo servidoras.

Los resultados fueron tuiteados por ella el 31 de marzo, mostrando una foto de los paquetes de despensa armados con las donaciones recibidas. “Afortunadamente hemos tenido una buena respuesta”, relata en entrevista con La Silla Rota. “De mi parte no esperaba solidaridad de mucha gente porque cargamos con el estigma de otras personas. Hace cuatro días armamos estas despensas; en general cada una lleva seis rollos de papel higiénico, jabón de ropa, de manos, desinfectante, condones, bolsa de frijol, arroz, pasta, cereal, leche y café. Decidimos dar prioridad a las compañeras adultas mayores con más de 50 años. El dinero recaudado nos ayudó a entregarles también donativos de 250 pesos; las que no somos adultas mayores también alcanzamos este apoyo económico. En total fueron alrededor de unas 40 personas más o menos”.

Sin moteles, sin lugar donde dormir

La determinación gubernamental afectó su trabajo y vida personal pues una parte de las trabajadoras sexuales al carecer de vivienda, renta habitaciones de hotel para vivir y/o dormir. Así que el jueves, primer día de cierre, celebraron una reunión de emergencia para repartir las despensas que faltaban de entregar al tiempo que se brindaron entre ellas contención emocional.

Después Randy y un grupo representativo del grupo, se plantó en la alcaldía Cuauhtémoc. “Ulises Pineda, director de derechos a la igualdad LGBT, ha sido un aliado de nosotras; se decidió que no podían ponernos en una situación más vulnerable en esa, porque si bien comprendemos la emergencia de la pandemia, muchas compañeras quedaron desamparadas. Esa noche las autoridades nos prestaron el deportivo Cuauhtémoc para quienes quisieran dormir ahí; además exigimos que no se cerraran los albergues, para quienes decidieran ir allá. También recibimos algunas donaciones de ropa que distribuimos junto con condones y algo de comida para que las compañeras tuvieran un taquito para desayunar el viernes”.

Al día siguiente en otra reunión con la alcaldía se logró un acuerdo importante. “Habrá cuatro hoteles para nosotras; en dos de ellos se podrá ejercer el trabajo sexual y en los otros podremos contar con hospedaje. Se llegó a un arreglo con ellos para que la renta por noche fuera un poco más accesible; pero hay que dejar claro que todo esto ha sido porque nosotras estamos chingue y chingue para que se nos dé una respuesta porque el gobierno no se ha acercado con nosotras para saber qué necesitamos; sino al revés apelando a nuestros derechos humanos de acceso a la vivienda”.

Sexo virtual: videollamadas, packs y videos 

El coronavirus, el llamado de la autoridad para no salir de casa y el desempleo causado por la pandemia, redujeron la clientela. Sin contar con una cifra precisa, Randy se pone como ejemplo a sí misma y habla de su propia experiencia: entre 40 y 45 por ciento menos.

“Todas nos hemos visto afectadas; también hay menos clientes para las compañeras que ejercemos el trabajo sexual a partir de las redes sociales y en calle. En esta emergencia nacional mucha gente sacó el prejuicio contra nosotras en lugar de ser solidarios; cuando en este momento todas las vidas importan. No es como ustedes primero y luego nosotras”, relata. Su cuenta de Twitter @Randroide18 recibió varias respuestas al solicitar donaciones; esta es solo una de ellas.

-Que las mantenga el padrote, es una inversión que después les dará fruto, le respondió @Pedro95598558

-Si no tienes nada inteligente que decir, no es a huevo opinar, reviró ella.

“Algunas compañeras contactamos por Whatsapp o Twitter y desde mediados de marzo creamos estrategias por la pandemia, para brindarle al sector de clientes que no quieren salir por la cuarentena, opciones como videos, videollamadas y paks (paquetes). No he podido ofrecer videollamadas en estos últimos días porque con el cierre de hoteles nos movilizamos; esto no me ha permitido dar un horario fijo al cliente para que me marque. He apelado mucho a vender videos, promocionarlos, y lo que agarro para mi taco y transporte es a partir de mis videos”, explica.

La estrategia funcionó y por ahora ha sido bien recibida, aunque con ciertos matices. “Sí aumentaron estas opciones, pero también los clientes prefieren comprar videos cortos porque mientras más cortos, más baratos. Me imagino que a ellos también les ha pegado en la economía la situación del covid19. Y lo entiendo perfectamente porque todos lo estamos padeciendo; pero eso no significa una negociación de nuestra tarifa porque, así como ellos no van al OXXO y preguntan cuanto es lo menos en un precio, nuestra tarifa también es innegociable. Hay compañeras que sí están dando promociones por esta situación, pero esas decisiones quedan a criterio de cada trabajadora sexual”, precisa.

Mientras tanto, Randy y algunas cuentas de Twitter de sus compañeras son prueba de sororidad. Por ejemplo, el 2 de abril tuiteó: “Holi, chicos. Una amiga querida está entrándole a vender sus videos y packs para que tengan diversión en estos momentos de contingencia. Vayan a seguirla en twitter, IG y a comprarle sus videos. No se van a arrepentir”. O este otro del 27 de marzo: “Contraten a esta otra amiga. No sé van a arrepentir” y anexó su fotografía.

Si bien hay clientes que han solicitado el servicio sea dentro de sus autos, en general las trabajadoras sexuales adoptaron diez medidas que AMETS les sugirió para no contagiarse de coronavirus. Entre estas destaca no atender clientes con síntomas de gripa, tos o fiebre; clientes que hayan viajado al exterior; o no compartir con ellos cigarrillos ni vasos.

“De por si nosotras tenemos filtros de salubridad muy específicos que tienen que ver con dar el servicio con preservativo, la costumbre de bañarnos completamente al llegar al hotel y también pedirle al cliente que se bañe. Entonces hemos reforzado esas estrategias; también hay compañeras que han puesto reglas como no besar a los clientes, utilizar más el erotismo o coqueteo para llevar a cabo el trabajo, evitar posiciones sexuales que impliquen cercanía con el cliente y por el contrario, usar otras que nos den cierta lejanía como la postura de perrito. Esa recomendación la retomamos de otra organización de trabajadoras sexuales de Argentina”, refiere.

-¿Y los clientes qué les dicen?, le pregunto.

-Han sido respetuosos con nosotras; lo comprenden y no tienen problema. Pero hay otros que solo se quejan en las redes asegurando que en esas condiciones no pagarán el servicio. Creo que las compañeras tienen ahorita más miedo a los contagios por este virus; pero también están muy abrumadas porque no hay trabajo. Entonces se acercan a nosotras y comentan que tienen que pagar la renta, apoyar a una familia, una mamá enferma. Pero esta emergencia ha hecho que entre nosotras podamos unirnos mas a pesar de nuestras diferencias laborales por las dinámicas que manejamos. Por eso apelamos a mantener la colectividad para pasar este bache.

(Ameyaltzin Salazar)