Autoridades federales y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), presentaron oficialmente el descubrimiento del templo de Ehécatl, el dios del viento así como parte de una cancha de juego de pelota.
Según fuentes históricas, el Templo de Ehécatl estaba enfrente del adoratorio de Tláloc. Las excavaciones arqueológicas lo confirmaron. pic.twitter.com/NaGEZQYRgX
— INAHmx (@INAHmx) 7 de junio de 2017
María Cristina García Cepeda, titular de la Secretaría de Cultura, indicó que en el predio ubicado en la calle de Guatemala 16 sucedieron los hallazgos de estas estructuras, esto, como parte de la recuperación y protección de la arqueología prehispánica.
“El hallazgo es un nuevo acercamiento al esplendor de la ciudad prehispánico de Tenochtitlán”, aseguró en una conferencia en la que estuvo acompañada por representantes del INAH y la Secretaría de Gobernación (Segob).
El proyecto de investigación encabezado por Eduardo Matos y coordinado por Raúl Barrera, del INAH, precisa que el Templo de Ehécatl miraba de frente al Templo Mayor, mientras que la cancha, ubicada de oriente a poniente, estaba orientada al adoratorio de Huitzilopchtli, dios de la guerra.
El hallazgo fue logrado tras siete años de trabajo, donde el equipo arqueológico identificó a plenitud y desenterró parcialmente el templo de Ehécatl, cuyo origen se remonta al periodo 1481-1486; que tiene una estructura rectangular de 34 a 36 metros de longitud y, en su parte posterior, adosados dos cuerpos circulares, el mayor con 18 metros de diámetro aproximadamente, que se encuentran separados por un andador de 1.10 metros.
Asimismo, hallaron los restos de un teotlachco o juego de pelota de los dioses mexicas —del cual se tenía un indicio desde el 2005 pero que fue excavado y confirmado en el 2014.
Se trata de una plataforma de 9 metros de ancho limitada por el cabezal poniente de dicha edificación. En este espacio, que estaba alineado al adoratorio de Huitzilopochtli, dios tutelar del imperio, que compartía la cima del Templo Mayor –representación del Coatépetl— con el del Tláloc, se detectaron los restos de una escalinata por donde debieron ingresar los combatientes a la cancha del juego ritual.
Con información de El Universal, El Economista y Excélsior
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