CIUDAD DE MÉXICO (La Silla Rota).- El pasado sábado, las organizaciones Alto al Secuestro y Mensajeros Urbanos, en coordinación con la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México realizaron un simulacro de secuestro en Eje Central, en pleno Centro Histórico.
A pesar de que por esa zona, en fin de semana, cientos de personas paseaban por el lugar, nadie intentó ayudar a la víctima y solo una llamó al 911 para reportar el delito.
Te invito a ver el video sobre el Simulacro de Secuestro que se realizó en la #CDMX @elconsejomx @frarivasCoL @rosiorozco @BugarinPatricia pic.twitter.com/ZdqiOXjdG1
— Francisco Solorio (@AgenteCiudadano) 9 de julio de 2017
De acuerdo con el psicoanalista Silverio Monsiváis el concepto de comunidad y sociedad se ha roto hoy en día, debido a la falta de valores, la cual provoca que sean individuos indiferentes.
“El concepto de comunidad y sociedad se ha roto, encontramos a individuos aislados, autónomos, no hay una respuesta colectiva, social, frente a estos hechos. Cuando pasan casos, se indignan, toman las calles, pero desafortunadamente vuelve todo a la calma”, explicó.
Además, el maestro en psicología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) advirtió que la violencia ha llegado ya a un alto grado de normalización y naturalización, que forma parte de nuestra vida cotidiana.
“Nos lleva a que pensemos que no nos va a pasar a nosotros, y si pasa, se sigue naturalizando. ‘Lo bueno que no te pasó nada’, dicen cuando te roban el celular, el reloj, ahí hay una aceptación de la violencia. ''Lo bueno que te asaltaron, te picaron, pero no pasó a más'', es una normalización de la violencia, vivimos constantemente con la violencia”, lamentó.
Silverio Monsiváis agregó que el voltear a un lado o pasar por alto este tipo de cosas, como el simulacro de secuestro, es también una reacción como mecanismo de protección, ya que hacen a un lado la violencia que los rodea para poder vivir.
Dijo que constantemente nos rodean noticias de homicidios, violaciones, secuestros, asaltos, por lo que la mente humana busca dejar de pensar en ello y en que no le pasará nada a su familia.
“Es un mecanismo de defensa de la misma persona, porque si no, no saldríamos a la calle. Si no cerramos los ojos frente a esta violencia, si no la hacemos a un lado, no salimos ya, viviríamos atemorizados, incapaces de desarrollar nuestras actividades cotidianas. Cuando vemos esto, lo que hemos aprendido es callar, no vemos no oímos, no nada”, expuso.
Por esta razón, instó compartir y desarrollar los valores, tanto en las escuelas como en los hogares, difundiendo la solidaridad, el respeto y la conciencia.
fmma