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Acecha el crimen la vida nocturna en la Ciudad de México

La balacera en Garibaldi, un día antes de los festejos patrios, no es el único caso de violencia ligado a un centro de entretenimiento de la ciudad

Escrito en METRÓPOLI el

Los antros, “chelerías" y bares de la Ciudad de México se convirtieron en un riesgo para la clientela, en su mayoría jóvenes, debido a tiroteos, asaltos y narcomenudeo.

De acuerdo con informes estadísticos de la Procuraduría capitalina (PGJ-CDMX), entre 2014 y 2015 se registraron 68 incidentes denunciados -robos, lesiones y homicidios dolosos- relacionados con bares y antros, donde destacó el asesinato de Marco Antonio Utrilla, dueño del bar Life Condesa, ocurrido en junio de 2015.

Sin embargo, en el periodo de 2016 y 2017 este número pasó a 87 casos, entre ellos el de un cliente del bar Gorilaz, ubicado en la colonia Roma, que fue sacado de allí y ultimado a balazos por rencillas con la Unión Insurgentes, en diciembre de 2016.

Papá de “La Pulga”, narco de Tepito, empleado del Cisen

De otros delitos más se registraron 117 reportes, donde 51 fueron generados por riñas, 11 por robos y 36 producto de detenciones por delitos contra la salud. Los restantes 19 fueron de otros rubros.

Las zonas que concentraron la incidencia fueron Centro, Roma-Condesa, Insurgentes Sur, Iztapalapa y la zona limítrofe de Gustavo A. Madero con el Estado de México.

 

Una de las consideradas por las autoridades como foco rojo es el Centro Histórico y sus alrededores, como Garibaldi, donde la noche del 14 de septiembre tres sicarios abrieron fuego en plena plaza e hirieron a 11 personas que estaban afuera de una “chelería", 6 de las cuales murieron.

A finales del año pasado, la PGJ local y el Instituto de Verificación Administrativa (Invea) habían clausurado 9 chelerías, ahí mismo en Garibaldi, por venta de alcohol adulterado.

En uno de los establecimientos fue detectada la venta de droga y un hombre fue arrestado; un año más tarde, 7 de esos mismos negocios reabrieron con otra razón social, por ello el narcomenudeo persistió y se suscitó la matanza del 14 de septiembre.

‘PARA QUE SEPAS QUE SÍ TENGO MUCHOS HUEVOS’

Al filo de las 23:00 horas, un hombre y una mujer se sentaron en una de las mesas del restaurante bar La Cruda, ubicado en Canal de Miramontes, colonia Los Cipreses, Coyoacán.

Pidieron dos cervezas, pero apenas dieron unos tragos cuando se levantaron y gritaron a la clientela que se trataba de un atraco.

El hombre empuñaba un arma de fuego y en menos de un minuto obligó a los comensales a dirigirse a un rincón del sitio y tirarse al suelo.

Consta en la indagatoria COY-3/UI-3C/D/1557/09-2018, que una mujer se hincó y entregó su teléfono celular, pero los delincuentes le ordenaron tenderse completamente en el piso.

La víctima alegó que no podía y que además ya había dado su teléfono. Molesto, el ladrón, según testigos que declararon ante el Ministerio Público, le apuntó con la pistola.

“Jálale si tienes huevos”, dijo la mujer. Entonces, el individuo armado se acercó a ella y le propinó un balazo a quemarropa.

“Para que sepas que sí tengo muchos huevos”, sentenció, mientras el cuerpo de la afectada cayó hacia una mesa y quedó hincado.

Los asaltantes huyeron con teléfonos celulares y dinero en efectivo.

Acorde con las pesquisas, la persona asesinada era una sexoservidora de 40 años de edad, la cual iba al menos tres veces por semana al bar.

LAS MAFIAS DE LA VIDA NOCTURNA

En 2013 ocurrió el acontecimiento que marcó la vida nocturna capitalina: 13 jóvenes fueron sacados del bar Heaven, en la Zona Rosa, a una cuadra de Paseo de la Reforma y la Embajada de Estados Unidos en México.

Todos fueron secuestrados por un grupo armado que después los asesinó a todos y enterró en un rancho del Estado de México.

Las víctimas eran clientes del bar e inocentes de lo que sus plagiarios los acusaban: de estar inmiscuidos en el homicidio, dos días antes, de un narcomenudista en la Condesa y miembro de una banda rival a la Unión Tepito.

Dicho centro nocturno era el Bar Black, el cual cerró por cinco años, hasta que en enero de 2018 reabrió bajo el nombre Debow.

En marzo, un adolescente de 16 años de edad que había estado en el antro abordó un Audi A1 estacionado a unos pasos del mismo, y allí fue asesinado a balazos.

El caso fue vinculado con la venta de drogas en el Debow, el cual volvió a cerrar como en 2013, cuando con otros propietarios estuvo inmiscuido en el homicidio de un dealer.

A partir de los casos Black y Heaven, en 2013, el gobierno local aplicó decenas de operativos en establecimientos nocturnos, principalmente en el Centro y el corredor Roma-Condesa y desde entonces se impuso un horario de operación –hasta las 2:00 horas- y el Operativo MalaCopa.

Sin embargo, los asesinatos en bares, el cobro de derecho de piso y las golpizas continuaron.

Del bar Blue Monkey Coapa, en diciembre de 2016, fueron sacados dos clientes cuyos cadáveres fueron abandonados en la cajuela de un automóvil en llamas, en la alcaldía de Álvaro Obregón.

El antro Dussel Condesa y sus clientes fueron testigos de dos ataques armados en 2015. En uno de ellos resultaron lesionados dos trabajadores del valet parking.

El objetivo era matar al dueño, acorde con las investigaciones, quien aunque sobrevivió tuvo que vender el negocio. El propietario siguiente sí fue ultimado.

Se trata de Jaime Giovani Rodríguez Jiménez “El Tiburón” asesinado el 24 de marzo de 2017 en una fonda de Santa María la Ribera.

Con él perdió la vida Omar Larios Torreblanca “El Kikín”, miembro de una familia que vendía drogas en Tepito bajo, y asiduo de los antros de Roma-Condesa y Coapa.

Recientemente, el antro La Santa, de Polanco, ha estado bajo la lupa de autoridades, pues presuntamente es punto de reunión de integrantes de la Unión del Betito, los cuales mantienen asolados los negocios nocturnos de la zona y el Centro, al cobrar cuotas a cambio de protección.

LAS MEDIDAS

A través del programa Mi Policía en Mi Negocio, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP-CDMX) intenta reducir los eventos violentos dentro de bares y antros, aparte de atacar al narcomenudeo.

El programa consiste en que los centros nocturnos estén conectados con la SSP para que sean monitoreados permanentemente, y así se prevenga la operación de delincuentes.

Esto es gracias a una alarma y circuitos cerrados como botones de pánico, sensores de movimiento y vibración, conectados al C5 y a las plataformas de atención de emergencias de la Policía.

Pese a esta iniciativa, no todos los negocios han querido integrarse. Acorde con el Instituto de Verificación Administrativa (Invea), 1 de cada 3 bares y antros en la CDMX tienen alguna irregularidad administrativa u operan en la clandestinidad.

ams