CDMX

La pesadilla de ser vecina del “ratero de la Condesa”

La familia Tenorio vive bajo amenazas, robos y agresiones constantes por parte de Emilio, apodado “el ratero de la Condesa”, quien entra y sale del reclusorio

Créditos: Erik López | LSR
Escrito en METRÓPOLI el

La mañana del 27 de octubre de 2019, Mónica Tenorio salió de su departamento en la colonia Condesa junto con su hijo Santino, de ocho años, rumbo a Paseo de la Reforma para ver el Desfile de Día de Muertos. No alcanzaron a llegar. Al bajar por las escaleras del edificio, Emilio, vecino del inmueble, bajaba semidesnudo desde la azotea y, sin mediar palabra, los persiguió con un par de ladrillos en las manos mientras los amenazaba de muerte.

“Nos fue correteando hasta la esquina”, recuerda Mónica. “Decía que quería matar a mi hijo”. Logró refugiarse en un local cercano, donde empleados llamaron a una patrulla. Esa fue la primera de una larga serie de denuncias, pero hasta ahora ninguna ha servido para que cese el acoso.

Desde entonces, la familia Tenorio vive bajo agresiones constantes. A las amenazas se sumaron agresiones físicas, robos, hostigamiento e incluso un acoso sexual. Mónica sostiene que Emilio, conocido entre vecinos y policías como “el ratero de la Condesa” ha estado en el reclusorio en varias ocasiones, pero siempre logra salir, ya sea pagando una fianza o por medio de sobornos.

Hoy, Mónica vive con miedo permanente. En su bolsa siempre lleva gas pimienta, un palo o un teaser. Han instalado cámaras de seguridad, se comunican por chats vecinales y se organizan para vigilarse mutuamente. Pero aun así, no se sienten a salvo.

“Desde que voy llegando a la esquina del edificio ya tengo miedo. No sé si voy a entrar viva o me voy a quedar a medio camino”, afirma Mónica en entrevista con La Silla Rota.

Seis años de miedo

Apenas semanas después del primer ataque, Emilio volvió a interceptarla en las escaleras del edificio. Esta vez, la insultó y la amenazó con “desaparecerla”. Ella presentó una segunda denuncia, pero no obtuvo respuesta. El agresor fue detenido brevemente, sólo para regresar a los pocos días al mismo inmueble.

Mónica Tenorio vive desde 1985 en la colonia Condesa, a unos pasos del Parque España. Afuera, las calles arboladas y los cafés llenos de turistas proyectan una imagen de calma. Pero al cruzar el portón negro del número 47 de la calle Juan Escutia, la atmósfera cambia.

Los vecinos entran y salen con temor de sus casas. En el primer piso, donde vive Emilio, hay vidrios rotos en los pasillos y sangre seca fuera de su departamento.

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Foto: Erik López | LSR

Mónica afirma que Emilio no sólo ha agredido verbal y físicamente a varias personas del edificio, sino que además les roba sus pertenencias. Además de que regularmente se pasea por el patio y las escaleras semidesnudo, con un cuchillo en la mano.

Las agresiones no se han limitado a los vecinos ya que incluso Emilio ha amedrentado a turistas que se han llegado a alojar en uno de los departamentos que se renta como Airbnb.

Los vecinos han documentado cada incidente con fotos, videos y actas levantadas ante el Ministerio Público. Pero nada ha cambiado. “Las autoridades nos dicen que no pueden hacer nada si no hay una agresión física grave”. ¿Qué están esperando? ¿Qué alguien no regrese?”, cuestiona Mónica.

Desde 2019, ha interpuesto al menos ocho denuncias. Algunas se han perdido en el trámite burocrático; otras han terminado con detenciones fugaces. “Una vez lo sacaron esposado. A la semana ya estaba aquí otra vez. Nos dijeron que había pagado una fianza”, relata.

Foto: Erik López | LSR

Robo de 16 mil pesos

Uno de los episodios más dolorosos ocurrió hace unas semanas, cuando el padre de Mónica, un hombre de la tercera edad, fue víctima directa. Emilio, según consta en una denuncia formal, lo agredió físicamente y le robó su cartera con 16 mil pesos en efectivo.

El robo quedó registrado en video por una cámara de vigilancia. A pesar de ello, las autoridades lo dejaron en libertad.

“La policía me dijo que ahora sí era un delito grave. Que ya no iba a salir. Pero esa misma noche me llamó una agente de investigación y me dijo que su hermana había pagado 25 mil pesos al juez. Al día siguiente, Emilio ya estaba de regreso”, relata.

Ante esta situación, los vecinos de la zona han comenzado a organizarse. Repartieron volantes con su fotografía en comercios de la zona, alertando a transeúntes y residentes. “La mayoría ya lo conocía. Muchas personas se impactaron al saber que seguía suelto a pesar de tantas carpetas de investigación”.

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Mónica relata que cuando sale con su hijo lleva un palo o el teaser encendido. Su hijo Santino ha estado en tratamiento psicológico desde que comenzaron los ataques.

“Nomás le decían ‘Emilio’ y lloraba. Tenía mucho miedo. Hoy tiene 14 años y aún salimos como ratones. Abrimos la puerta, vemos si está él, y si no está, salimos corriendo”.

Foto: Erik López | LSR

 

La señora Elizabeth Arteaga García envió una carta a La Silla Rota en la que argumenta que la publicación de la noticia titulada “La pesadilla de vivir junto al ratero de la Condesa” afecta la seguridad y dignidad de su familia al hacer referencia a hechos que involucran a su hermano.

En atención a su derecho de réplica se publica su misiva.

Derecho de Réplica, Elizabeth Arteaga by La Silla Rota

Nota de la redacción

La pieza informativa se elaboró con testimonios, videos y fotografías aportados por vecinos que han presentado denuncias formales ante la autoridad correspondiente. El texto en ningún momento utiliza la palabra “soborno”.

 

 

 

gph