En la casa de Rocío ya no se usan platos ni vasos de plástico o cerámica. “Comemos en trastes desechables porque no hay con qué lavar”, dice, resignada. Vive en una unidad habitacional de 85 departamentos en la alcaldía Iztacalco, que desde hace cuatro años sufre escasez de agua o, de plano, no llega.
Este jueves 8 de mayo, Rocío fue una de las vecinas durante unos minutos bloqueó el cruce de Eje 3 Oriente y Río Churubusco para exigir soluciones. “Yo sé que con este plantón perjudicamos a terceras personas, pero sólo así el gobierno nos hace caso”, dice en entrevista con La Silla Rota.
Rocío vive, junto a su hija y su nieta, en un complejo donde la falta de agua es una constante. Su familia ha tenido que gastar en platos desechables para evitar lavar trastes; así como limitar la ropa que lavan sólo a lo indispensable. “No hay agua para lavar la ropa, para lavar la verdura, ni agua para ir al baño. Nos tenemos que esperar a que varias personas usen el sanitario para hacer una sola descarga”, cuenta.
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“No tenemos agua y nos venden agua sucia”
Ante la escasez, han solicitado pipas a la alcaldía Iztacalco; sin embargo, la respuesta de las autoridades ha sido enviar una pipa cada semana o cada quince días, lo cual no les alcanza ni para medio día.
Debido a ello, Rocío y sus vecinos se han tenido que organizar para comprar pipas de emergencia por hasta 3 mil 800 pesos, que muchas veces llegan en la madrugada y con agua de dudosa calidad. “Nosotros en nuestra desesperación la tuvimos que pedir porque ya era insoportable el olor a la suciedad en los departamentos”, dice.
“Nos llegaron a vender pipas con agua contaminada, agua sucia. Llegaron a haber infecciones de piel tanto en niños como en personas adultas. Al momento de abrir la llave, el agua estaba sucia, como chocolate”, relata Rocío. “No teníamos forma de revisar cómo llegaba el agua”.
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La unidad en la que vive necesita al menos dos pipas y media “de las grandes” para llenar sus cisternas. En los peores días, cuando no llegan ni las pipas, se han tenido que formar todo el día en una llave callejera para llenar apenas cinco botes por familia.
“Sabemos que no todo es culpa del gobierno, también hay responsabilidad ciudadana. Pero esto ya se volvió insostenible. No es justo vivir así”, afirma.
Crisis hídrica
La situación que vive Rocío no es única. Vecinos de otras colonias de Iztacalco e Iztapalapa participaron en la manifestación y reportaron escasez de agua desde hace años, agravada por la temporada de estiaje.
Mónica, de la colonia Santiago Norte en la alcaldía Iztacalco, afirma que al menos dos días a la semana no llega agua a su casa suficiente para llenar sus tinacos, por lo que la rutina de casa está dictada por la escasez. “Me tengo que levantar a las 5 o 6 de la mañana para lavar mi ropa porque a las 10, ya no cae ni gota”.
Además, todos los días aparta botes de agua “por si se acaba el agua y tengo que lavar los trastes o preparar la comida”. Asimismo, utiliza el agua sucia de su lavadora para “echarle al inodoro” y regar sus plantas. “Si no, no alcanza”, afirma.
Desabasto por falta de planeación e inversión de los últimos 50 años
La falta de agua que padecen los habitantes de Iztapalapa, Iztacalco y otras zonas del Valle de México es el resultado de al menos cinco décadas de malas decisiones, omisiones institucionales y una urbanización desordenada sin planificación hídrica. Así lo sostiene el Dr. J. Agustín Breña Naranjo, investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM, quien afirma que la crisis actual es consecuencia de la falta de inversión y planeación desde los años 70.
“El problema no es sólo que no hay suficiente agua local para abastecer a toda la población, sino que la infraestructura hidráulica que se construyó durante el crecimiento desbordado de la ciudad no fue pensada para el volumen de habitantes que hoy tiene”, explicó a La Silla Rota el también integrante de La Red del Agua UNAM.
Las consecuencias, dice, están a la vista: hogares que reciben agua solo por tandeo, pozos sobreexplotados y mala calidad del agua en algunas zonas.
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Además de esto, el especialista señala que, actualmente, el 30% del agua que se extrae para el Valle de México se pierde en fugas dentro de la red de distribución; es decir, casi un tercio del recurso no llega a los hogares debido a tuberías en mal estado. “París o Nueva York tienen fugas del 10%. Aunque es imposible que haya una ciudad con 0% de fugas”.
Entre las soluciones que podrían implementarse, el experto señaló tres urgentes:
- Aumentar el uso de agua tratada para actividades no domésticas
- Reducir las fugas en la red hídrica
- Fomentar la captación de agua de lluvia a nivel doméstico y comunitario
“Este es un problema que se no va a resolver ni a corto ni a mediano plazo. Creo que las soluciones, si se implementan de manera adecuada, los resultados se van a ver reflejados en décadas”, advierte.
Niegan desabasto
El ingeniero Antonio Rafael Valentín Guerrero, subdirector de la Zona Oriente de la Secretaría de Gestión Integral del Agua de la Ciudad de México, negó que actualmente haya desabasto de agua en las alcaldías Iztapalapa e Iztacalco.
“No, un desabasto como tal no hay. Ahora, por la época de estiaje, los caudales bajan por el calor, entonces el agua por lo regular nosotros la damos diario de 4 de la mañana a las 12 del día. Cerramos las compuertas del tanque Cerro de la Estrella que le da a Iztapalapa, una parte de Iztacalco y una parte de Venustiano Carranza”, argumenta.
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“¿Qué pasa? En la mañana sube la presión en las casas y en las tardes baja la presión, pero no te quedas sin agua”, asegura.
El ingeniero atendió a los vecinos de Iztacalco e Iztapalapa que pedían suministro de agua y “realizar un recorrido, hacer una revisión de las tomas para, en caso de ser necesario, destaparlas y que pase el agua”, dijo a LSR.