El gobierno de la Ciudad de México promoverá la eliminación de la comida chatarra que se vende fuera de las escuelas públicas y privadas de la Ciudad de México, a pocos días de la entrada en vigor de la ley que prohíbe la venta de alimentos no saludables dentro de los centros educativos de todo el país.
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Clara Brugada, jefa de Gobierno de la CDMX, pidió al secretario de Gobierno, César Cravioto, emitir una circular para ver qué productos se podrán vender fuera de las escuelas y pidió a las alcaldías “ayudar” al gobierno federal en este tema.
“Imagínense a los niños comiendo (saludable) dentro y salen a comer chicharrones, pues no”, dijo.
“Vamos a pedirle a todas las alcaldías, y nosotros mismos como gobierno, que ayuden a este gran esfuerzo que se hizo desde el gobierno federal de prohibir comida chatarra en el interior de las escuelas y queremos que se contribuya afuera”, dijo Brugada.
En este sentido, la jefa de Gobierno señaló que se necesita coordinación para que dentro y fuera de las primarias y secundarias se venda el mismo tipo de comida.
“Queremos que también los comercios permitidos vendan comida saludable”, declaró.
Comida chatarra persiste fuera de la escuelas
Durante el recorridos realizados por La Silla Rota, se pudo confirmar que, a pesar de la entrada en vigor de la ley que prohíbe la comida chatarra dentro de las escuelas, alumnas y alumnos continúan comprando y consumiendo pizzas, chicharrones, dulces y refrescos en las inmediaciones de sus centros educativos, burlando así las restricciones establecidas.
El 29 de marzo, entró en vigor en México la nueva normativa que prohíbe la venta y promoción de comida chatarra en todas las escuelas del país, como parte del programa “Vida Saludable”, impulsado por el gobierno federal.
Según las autoridades, el objetivo de esta medida es reducir los altos índices de obesidad infantil y juvenil que afectan a la población.
La ley establece que las cooperativas y tiendas escolares ya no pueden vender productos ultraprocesados con altos niveles de azúcar, grasas saturadas, grasas trans y sodio. Entre los alimentos restringidos se encuentran refrescos y bebidas azucaradas, frituras, dulces, chocolates, pasteles, pan, botanas y comida rápida, como hamburguesas, hot dogs y pizzas.
Alimentos que, sin embargo, los estudiantes pueden conseguir, sin ninguna restricción, a unos pasos de sus aulas.