ALZA DE PRECIOS EN LA CANASTA BÁSICA

“Hay para sopes, pero no para pollo o bistec, no alcanza”

Aunque la inflación va a la baja en México, las personas dicen que no lo han visto reflejado en su bolsillo, por lo que siguen estirando el dinero y destacan que tienen que trabajar más para comprar lo necesario

Créditos: Manuel López y Fabian Evaristo
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Escrito en METRÓPOLI el

Ir al mercado a hacer las compras necesarias para la comida del hogar se ha convertido en una misión compleja para las familias debido al alza en el costo de los productos de la canasta básica, algunas personas tratar de estirar el dinero lo más que pueden buscando los mejores precios, mientras que otros señalan que la única opción para hacer frente a la inflación es trabajar más. A estas situaciones se enfrentan Lucía, en el Estado de México, y Raúl, en la Ciudad de México. 

De acuerdo con datos los datos más recientes de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) la variación de precios en productos de la canasta básica muestra un alza del 1.58%, con un precio promedio nacional en mayo de 1,719.17 pesos contra 1,692.45 pesos en abril. Los productos que más aumentaron de precio son el pollo, la papa, el azúcar, el aguacate y la naranja. 

La inflación en México va a la baja, ya que se ubicó en 6% en la primera mitad de mayo del 2023, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, cifra menor al 8.7% que se alcanzó en septiembre del año pasado y la tendencia se prevé que siga así. El subgobernador del Banco de México, Omar Mejía Castelazo, pronosticó que la inflación en México podría regresar a la meta de 3 por ciento durante el cuarto trimestre de 2024, así lo declaró en abril pasado al participar en la Cátedra SHCP 2023 de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM. 

Sin embargo, la población no ha sentido la disminución de la inflación en sus bolsillos. Desde hace unos meses la señora Lucía enfrenta un dilema cada vez que asiste al mercado Emiliano Zapata, en el municipio de Ixtapaluca, en el Estado de México.

“Pues tengo que ver para que me alcanza porque ya está todo caro, cada vez que vengo todo vale más ”, cuenta.

El pollo, la carne y el pescado pasaron a ser un lujo para su familia, originaria del pueblo de Ayotla, ubicado a 28 kilómetros de la Ciudad de México. Ahora el reto es hacer rendir los 150 pesos que le deja Omar, su esposo trabajador en un mototaxi, para la comida de ambos y de sus dos hijos ya adolescentes.

“Somos cuatro en total, entonces hay que buscar algo con que nos podamos llenar y que no se gaste mucho porque unos días le va bien (a mi esposo) y otros no”, dice.


Con una bolsa de tela en la mano recorre los pasillos del mercado en busca de los precios más accesibles. “Aquí no hay muchos puestos, pero pues (el precio) si varía en algunos. Ahorita el pollo estaba casi en 100 pesos y hay que ahorrarle en los días para comprar lo demás que son las tortillas, chile, jitomate”, explica.

Para Lucia la “desinflación” anunciada por el Banco de México no responde a la realidad. “Sé que es algo del precio, pero aquí mismo usted ve cómo está todo caro. Nada ha bajado. Al contrario, cada vez que vengo esta que sube éste o sube aquel, pero nada de que baja”, reprocha.

Tres caminar en algunos puestos y comparar los precios, decidió complacer a su hijo mayor, quien le pidió cocinar unos sopes y sopa, dos de sus platillos favoritos.

“Yo creo que ahorita voy a comprar masa y voy a hacerles unos sopesitos, al cabo y con eso se llenan bien, porque pollo no creo y bistec esta carísimo, que a 130 el kilo. Ya le completa uno con la sopa y un cachito de chicharrón, aunque sea para pasar hoy y así queda tantito dinero… ya mañana si me alcanza vengo por el pollo o por algo más, el chiste es hacer rendir lo poquito que tenemos”, comenta.

"Trabajar más" ante alza de precios

Para algunos consumidores y amas de casa una opción ante el alza de precios es la de buscar el mejor precio, pero para Raúl, trabajador y padre de familia, no queda de otra que aumentar sus jornadas de trabajo.

Trabajar más! ¿pues qué va uno a hacer?", Responde Raúl, de forma tajante y seca al preguntarle sobre los precios de productos básicos y sus estrategias para hacer rendir el dinero.


Al ser un trabajador que todos los días viaja desde Chimalhuacán, en el Estado de México, al centro de la Ciudad de México, Raúl no puede aprovechar los precios bajos de los tianguis y mercados por su casa, es por ello que a veces compra productos en mercados como San Juan.

"Si hay tiempo y dinero, compro por mi casa los fines de semana, si no donde se pueda, prefiero no tener tiempo que no tener un peso en la bolsa", asegura el trabajador de un local de telefonía y computación.

Según datos emitidos por el Gobierno Federal en el ‘Quién es quién en los precios’, al 29 de mayo de este año, las tiendas que ofrecen más baratos los productos catalogados dentro de la canasta básica es la Central de Abasto y los más elevados serían en Chedraui, respecto a la Ciudad  de México, ya que una canasta básica se compra por 937 y por mil 11 pesos, respectivamente.


Raúl compró cebolla y jitomate para la cena, y si bien estos productos marcan un precio de máximo de 24 y 13 pesos el kilo de cada uno, según lo tabulado en el Seguimiento de Precios de la Canasta Básica según la Secretaría de Desarrollo Económico de la Ciudad de México, en el mercado encontró en 50 pesos el jitomate y 40 la cebolla, un precio real de más del doble.

Luego de hacer las pequeñas compras, el padre de familia volvió a su punto de trabajo para completar su jornada laboral y más tarde, volver a casa en el Estado de México.

Sobre su percepción de las estimaciones del Inegi sobre una tendencia a la baja en la primera quincena de mayo, Raúl dice no ver esas estimaciones en sus gastos diarios.

“Pues cuando dicen que los precios van a subir, no han acabado de decirlo en las noticias cuando ya todo subió, pero dicen que baja la inflación y nada baja”, dice.


En otro mercado popular de la Ciudad de México, en la colonia río Blanco, famosa por su enorme bazar navideño, al cuestionar a un vendedor de frutas y verduras, asegura que hay ciertos productos que bajan sus precios pero son los comerciantes quienes no ajustan los precios.

“Pues de repente, uno va a la Central de Abasto y si encuentras algo más caro, más barato… Pero cuando bajan de precio son los mismos compañeros los que no quieren hacer el cambio, bajar esos centavos del precio”, explicó el comerciante, "Ya cada quien".

MRV