DESAPARICIÓN

"Véanos con coraje y apóyenos"; mujer buscadora pide no indiferencia de la sociedad

Las desapariciones son una realidad que rebasa a las autoridades mexicanas, pues son las madres, hijas, hermanas y familiares quienes se dedican a buscar a sus seres queridos

Escrito en METRÓPOLI el

Helen Clarisa López busca a su padre desde el 2020, forma parte del colectivo Uniendo Esperanzas-Estado de México y pidió a la sociedad que a las familias de las personas desaparecidas “no nos vean con tristeza, créanme, mejor véannos con coraje y apóyennos”. Las desapariciones en México se han convertido en una realidad que rebasa la capacidad de las autoridades mexicanas, orillando a las familias a ser ellas mismas quienes busquen a sus seres queridos, esto se abortdó en la mesa de diálogo ‘Ruido. Acompañando a las desapariciones desde la dignidad’, acontecida en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

En esta actividad, organizada por el Departamento de Ciencias Religiosas, mencionó que sentir tristeza por ella no le ayuda y, contundente, dijo: “yo estoy triste desde que despierto hasta que duermo, yo vivo con la tristeza. El coraje es el que tengo que buscar todos los días para no detenerme, de que algún día me maten, me levanten o me silencian. El ver con tristeza a una persona que perdió a su familiar la verdad es que solamente es una manera de sentir lástima. Y la manera en que se puede apoyar no es sintiendo lástima; es la verdad”.

Frente a la crueldad en las calles, que provoca dolor, lo único que mantiene fuerte a Clarisa, y también a las otras mujeres buscadoras, son “las ganas de que a mí no me van a callar, a mí no me van a detener, yo no voy a ser una más. Y si lo soy, lo voy a ser porque luché en su momento”.

María Fernanda Díaz, quien estudió la Maestría en Teología y Mundo Contemporáneo en la IBERO, mencionó que la academia debe reconocer que las y los familiares de personas desaparecidas con el tiempo se han vuelto expertos en materia forense; saben: enterrar a cierta profundidad varillas, palas y picos, para no destrozar osamentas; identificar las partes de un esqueleto y conocen los procedimientos para resguardarlos.

Helen Clarisa López, del colectivo Uniendo Esperanzas-Estado de México, quien busca a su papá desde el 2020.

Como parte de los colectivos de búsqueda de personas, añadió, las mujeres se han transformado en luchadoras sociales, cuyo trabajo y frutos ahora se pueden ver gracias a la presión social que han ejercido sobre las autoridades mexicanas y para dimensionar la crisis de desapariciones en México.

No obstante, Leslie Jiménez, de Impunidad Cero, apuntó que las investigaciones sobre las más de 100 mil personas desaparecidas -un número que en sí mismo es alarmante- “no han llevado a ningún lado”.

Leslie Jiménez, de Impunidad Cero.

Por ello es esencial que las y los servidores públicos encargados de las investigaciones se especialicen en el tema de personas desaparecidas y en un seguimiento y contención de víctimas. Porque el Estado mexicano tiene una gran deuda con las víctimas en cuanto a acceso a la justicia; que comprende que las autoridades dediquen tiempo, pesquisas y cada uno de los elementos que tienen para buscar, para acceder al derecho a la verdad.

Y aunque las fiscalías deberían llevar a cabo el registro nacional de fosas clandestinas y fosas comunes, no están cumpliendo con esta obligación, que realiza la Comisión Nacional de Búsqueda, señaló Fernanda Lobo Díaz, del Programa de Derechos Humanos (PDH) de la Iberoamericana.

Ante la falta de una base de datos completa que permita entender este fenómeno, el PDH construyó una propia, a partir de notas de prensa: “Tener datos correctos y adecuados para lo que estamos analizando nos puede ayudar a crear políticas públicas que sean pertinentes y que realmente ayuden a mitigar, y eventualmente, a erradicar el problema”.

 “En la medida que tengamos registros que sean fáciles de comparar, las personas buscadoras tendrán mayor facilidad de poder encontrar a su familiar en alguna de estas bases de datos…Y también si tenemos más datos, podemos generar más herramientas para la búsqueda de personas”

Esto último, en referencia a que el PDH utiliza la estadística y modelos de proyección para predecir en qué estados podrían hallarse más fosas clandestinas.

Diana Rosas, del colectivo Uniendo Esperanza-Estado de México, quien busca a su sobrino Diego Maximiliano Rosas Valenzuela.

Por su parte, Diana Rosas, del colectivo Uniendo Esperanza-Estado de México, quien busca a su sobrino Diego Maximiliano Rosas Valenzuela, que desapareció el 4 de septiembre de 2015 en Ecatepec, afirmó que: “si nos uniéramos y todos alzáramos la voz por los más de 100 mil desparecidos, pues esto cambiaría y cambiaría mucho”. Y a las y los jóvenes les solicitó traer un poco de la humanidad que se está perdiendo, “que no nos vean como cifras oficiales, que nos vean como lo que somos: seres humanos”.

En tanto que la teóloga feminista Gabriela Juárez, del Eje de Iglesias y Espiritualidades de las Brigadas Nacionales de Búsqueda, consideró que las mujeres buscadoras están “reivindicando a la sociedad…están siendo la voz de este país” y son ellas quienes están moviendo a México; desde sus luchas y logros.