VIOLACIÓN DE DERECHOS

Dulce María: contra el cáncer y contra HSBC, pelea por su seguro y gana en la Corte

Al enfermar de cáncer, Dulce María se enfrentó también a la revictimización de la aseguradora y de las autoridades, hasta que la Primera Sala de la SCJN juzgó su caso con perspectiva de género

Créditos: Especial
Escrito en METRÓPOLI el

Solo para prevenir, sin sospechar el vuelco del destino, Dulce María contrató un seguro de vida individual con Grupo Financiero HSBC que le ofreció un inesperado “beneficio adicional” que consistió en la cobertura de gastos médicos contra el cáncer; aceptó y siguió su vida con normalidad, hasta que decidió ser madre.

Dulce María hizo varios intentos de embarazarse y al no conseguirlo acudió a revisión médica, pero el 22 de marzo de 2018, casi un año después de haber adquirido la póliza de seguro, recibió un diagnóstico demoledor: “Usted tiene cáncer cérvico uterino”.

Una noticia terrible, se trata de la enfermedad catalogada como la segunda causa de muerte de mujeres en México desde 2006, de acuerdo con cifras oficiales. Para reforzar acciones frente a este mal, la comunidad mundial conmemoró el 4 de febrero el Día Mundial contra el Cáncer, bajo el lema “Por unos cuidados más justos”.

Enterada del padecimiento, solicitó a HSBC el pago de la suma asegurada para cubrir la atención médica especializada; la respuesta fue que la reclamación era improcedente “porque en las condiciones generales de la póliza se especificó que la enfermedad diagnosticada (cáncer cérvico uterino) estaba expresamente excluida de la cobertura”.

La afectada demandó y el caso llegó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), luego de que el Poder Judicial de la Federación le dio la espalda, y de que incluso una jueza la condenó a pagar los gastos que realizó la aseguradora durante el juicio.

LA LUCHA CONTRA EL CÁNCER Y CONTRA HSBC

Dulce María emprendió una lucha no solo por su vida, sino contra la empresa que se negó a pagar el tratamiento médico y llegó al punto de pedirle que se practicara estudios de laboratorio para “corroborar” el cáncer cérvico uterino en el que “apoyó su reclamo”, además de que los resultados fueran revisados por personal de HSBC, así como de un despacho de abogados que contrató.

En la batalla legal, exigió el cumplimiento del contrato del seguro de vida individual -en el que se pactó como “beneficio adicional” la atención de padecimientos como “infarto y cáncer en mujeres”-, así como el pago de una indemnización por responsabilidad civil, daño moral y daños punitivos.

Ante una serie de reveses en su demanda en diversas instancias del Poder Judicial de la Federación, sus abogados interpusieron el amparo directo en revisión 4306/2020, cuya ponencia estuvo a cargo de la ministra de la SCJN, Ana Margarita Ríos Farjat.
Luego de analizar el expediente, en sesión del 25 de enero de 2023, la Primera Sala del alto tribunal constitucional resolvió, por unanimidad de votos, a favor de Dulce María al considerar que procede el pago exigido y estableció que el caso no se abordó con perspectiva de género en las primeras instancias judiciales.

REVICTIMIZACIÓN POR PARTE DE LA ASEGURADORA

La aseguradora impuso a la afectada la condición de someterse a estudios adicionales que iban a ser analizados por especialistas del grupo financiero y por un despacho de abogados para comprobar que realmente padecía cáncer cérvico uterino, lo que para ella fue un acto de humillación como mujer y ser humano.

El 21 de abril de 2017, celebró un convenio de seguro de vida individual con HSBC, el que se pactó como “beneficio adicional el denominado infarto y cáncer en mujeres”, y se estableció la suma básica asegurada, pero al momento de la contratación no recibió las condiciones generales de la póliza.

Pasaron los meses sin que afortunadamente se tuviera que echar mano del seguro, pero quiso tener familia y buscó embarazarse; al no conseguirlo fue al médico y el 22 de marzo de 2018 le diagnosticaron cáncer cérvico uterino, lo que le cambió la vida justo cuando quería ser madre. Después de realizar diversos trámites, le informaron que la póliza no cubría esta enfermedad.

Según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social en México, para 2020, el cáncer cérvico uterino, también conocido como cáncer de matriz, es el segundo más diagnosticado y la segunda causa de muerte en mujeres, con un estimado de 9 mil 439 nuevos casos y 4 mil 335 muertes; si se detecta a tiempo, con un tratamiento adecuado puede ser curable. En 2021, el Seguro Social detectó mil 55 casos nuevos y mil 59 defunciones.

El 4 de marzo de 2019, Dulce María promovió juicio oral mercantil para reclamar el cumplimiento forzoso del contrato de seguro; la indemnización por responsabilidad civil, así como por daño moral y daños punitivos.

La causa se sustentó, por una parte, en que la compañía no le entregó las condiciones generales del seguro, donde supuestamente constaba que estaba excluido el padecimiento reclamado, y que incluso, ni siquiera estaban registradas ante la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas.

En relación con el daño moral y los daños punitivos, expuso que se vio obligada a promover un juicio para exigir la contraprestación pactada, a pesar de tener derecho a la misma, lo que incrementó su angustia que ya de por sí sufría por el propio padecimiento del cáncer cérvico uterino.

Denunció que esta situación la obligó a tener que exponer su intimidad ante una serie de personas desconocidas, como fueron los empleados de HSBC, quienes tuvieron acceso a todos sus estudios clínicos, así como el personal de la Comisión Nacional para la Defensa y Protección de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) y personal del juzgado, quienes se enteraron de su padecimiento médico, lo que le generó mucha vergüenza.

LA FALTA DE PERSPECTIVA DE GÉNERO

La primera jueza que analizó el asunto condenó a la empresa de seguros al pago de la suma asegurada y la absolvió del pago por el daño moral y los daños punitivos. Asimismo, condenó a la mujer a cubrir los gastos que la aseguradora destinó para su defensa en el juicio (costas judiciales).

Inconforme, promovió un juicio de amparo directo ante un Tribunal Colegiado el cual la exoneró de pagar las costas judiciales, pero le negó la indemnización por daño moral y daños punitivos.

Contra esta decisión interpuso un recurso de revisión que llegó a la Primera Sala, en la que se determinó que el asunto no se había abordado con perspectiva de género en las primeras instancias, vulnerando así el derecho de la mujer a una justa indemnización.

La Primera Sala de a SCJN advirtió que la empresa aseguradora no entregó a la mujer las condiciones generales de la póliza donde supuestamente constaba que estaba excluida la enfermedad que padecía, no las registró conforme a la ley e incluso no las presentó como prueba a pesar de haber sustentado en éstas su negativa a pagar el seguro.

Por tal motivo, concluyó que HSBC incumplió con su obligación de informar y explicar a la mujer los riesgos cubiertos y los excluidos del contrato, incurriendo así en una falta grave que la obligó a promover un juicio para exigir la contraprestación pactada, lo que incrementó, a su decir, la angustia que sufría debido al cáncer.

El alto tribunal deliberó que el actuar de la aseguradora —al rehusarse a cumplir con sus obligaciones y pagar el seguro—, así como la intrusión innecesaria a la intimidad de la mujer, permite presumir el daño moral resentido, pues tal afectación impacta ineludiblemente en su integridad psíquica.

NO ES EL ÚNICO CASO 

El caso de Dulce María es uno más en el que las compañías vulneran los derechos de las mujeres con cáncer en México. A Rocío García Ramírez, la empresa Acciona México -que preside el español José Manuel Entrecanales- la despidió al enterarse que tiene esta grave enfermedad.

Rocío sigue luchando contra el cáncer y Acciona México; en 2017 la Suprema Corte de Justicia de la Nación le dio la razón y decretó que el suyo era el primer caso de discriminación laboral con despido injustificado, por lo que ordenó a la trasnacional la reincorporación de su empleo; la resolución del alto tribunal constitucional, que ahora encabeza la ministra Norma Piña, es letra muerta en los hechos.

A García Ramírez no solo no la reinstalaron, ni ofrecieron disculpas o una indemnización que considere justa, sino que Acciona México la contrademandó para que pague una simbólica compensación de un  peso y ofrezca una disculpa pública por supuesta difamación al exponer públicamente la discriminación de que ha sido víctima por parte de la empresa.

“Estoy muriendo, pero no claudico”, dijo a La Silla Rota en noviembre de 2022. Rocío era una exitosa ejecutiva del área jurídica a quien promovieron para ser gerente de Desarrollo de Negocios de Acciona, pero al realizarle exámenes médicos como requisito para el puesto, descubrieron el padecimiento que la llevó a perderlo todo.

MRV