EDUCACIÓN

En riesgo de desaparecer más de 674 bibliotecas del Edomex ante uso de nuevas tecnologías

Debe incentivarse a las nuevas generaciones de estudiantes a consultar libros impresos, aunque se inclinen por nuevas plataformas digitales: especialistas

El uso de plataformas digitales significa un avance tecnológico, pero leer un libro impreso provoca una sensación que nunca podrá ser sustituida por esta modernidad: experta en biblioteconomía
El uso de plataformas digitales significa un avance tecnológico, pero leer un libro impreso provoca una sensación que nunca podrá ser sustituida por esta modernidad: experta en biblioteconomía Créditos: Carlos Medellín
Escrito en METRÓPOLI el

Más de 674 bibliotecas públicas que hay en el Estado de México corren el riesgo de desaparecer a causa del predominio de las nuevas tecnologías de la información, donde los libros impresos son consultados con menos frecuencia en esos centros de cultura tradicionales.

Sin duda la pandemia impactó en la vida de todos, y el cierre de las bibliotecas causó un efecto negativo para las actividades de estos espacios, dijo Mariana Escamilla licenciada en Biblioteconomía y Archivonomía, quien agregó que “el tomar un ejemplar, olerlo, leerlo y estudiar su contenido es algo insustituible”.

Explicó que en la formación académica las generaciones de antes de la era del Internet basaban sus actividades extraescolares en el uso de libros en las bibliotecas o podías llevarlo a casa.

“Hoy el uso de internet, con las plataformas digitales, significan un avance tecnológico; no obstante, el leer un libro, una y otra vez, provoca una sensación que nunca podrá ser sustituida por esta modernidad”, destacó.

Isabel González es bibliotecaria y explica que, si bien es cierto que la asistencia de usuarios a las bibliotecas ha disminuido, hay algunos de esos recintos que aún siguen siendo fundamentales para la vida académica de los estudiantes, “hablamos de municipios donde el uso del Internet no es tan avasallador como en las alcaldías de la zona del Valle de México o de la zona de Toluca”.

Explicó que. en su caso. se encuentra a cargo de la biblioteca de Santa Cruz en el municipio de Jiquipilco, alcaldía que se ubica entre los valles de México y Toluca, y cuenta con un promedio de 70 a 90 usuarios, a quienes convoca con diversas actividades recreativas y con manualidades.

“Mi estrategia es invitar a los cursos a las señoras y ellas llevan a sus hijos, a sus nueras o hasta a sus nietos; y es allí donde se aprovecha a motivarlos, para recomendarles lecturas de acuerdo al interés que muestres, o apoyarlos al orientarlos para que hagan sus tareas”, explicó.

Agregó que hasta antes de la pandemia muchas de las bibliotecas públicas eran poco frecuentadas; pero una vez que llegó el confinamiento, la cuarentena, esa actividad decayó hasta en menos del 50%, ganando terreno el uso de las plataformas digitales.

Si hay algo que nunca pasará de moda es el uso de los libros, su lectura, dijo el regidor de Atizapán de Zaragoza, Efraín Medina, quien agregó que en esta alcaldía la afluencia de visitantes es limitada, pero espera que como cada año con los cursos de verano vuelvan a su auge de años anteriores a la pandemia.

En Naucalpan se encuentra la Biblioteca Pública Municipal Enrique Jacob Gutiérrez -una de las más grandes de la zona- que se ubica en la avenida Universidad, y que regularmente atrae a estudiantes de primaria, secundaria y uno que otro del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) de Naucalpan, que se encuentra a unas dos cuadras de la misma; su afluencia de visitantes es escasa como lo describe el profesor José Luis Martínez, quien añade que es falta de programas que atraigan a los jóvenes. 

En Naucalpan hay otras bibliotecas públicas municipales como la "Felipe Sánchez Solís", en Cristóbal Colón 36, y la Biblioteca Maximiliano Ruiz Castañeda, en calle de Hacienda de Zacatepec número 336, que planean cursos de verano.

Cabe destacar que, en el caso de las universidades y colegios de bachillerato, cuentan con su propia biblioteca para el uso de estudiantado; aunque en algunos casos como en la Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP) Acatlán, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), incluye el uso de computadoras para buscar información documental vía Internet.

Para el profesor Feliciano Dávila, quien fuera supervisor regional de primarias en el Valle de México, toda forma de conocimiento es válida cuando los resultados del avance académico de un estudiante demuestran su aprovechamiento. 

Las bibliotecas son una fuente de apoyo fundamental, dijo el académico, quien agregó que sólo se requiere incentivar a los estudiantes para su uso, las generaciones se van inclinando más al uso de las nuevas tecnologías y eso no se puede detener, pero tampoco se deben olvidar esos centros de conocimiento que son las bibliotecas.

En el país existen 7 mil 363 bibliotecas públicas en 2 mil 281 municipios, las cuales están inscritas a la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, coordinada por la Dirección General de Bibliotecas del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta). Y en el Estado de México son 674, las distribuidas en todo el territorio estatal.

De acuerdo con un informe de Conaculta, en México, a lo largo de los años se han emprendido esfuerzos para impulsar al libro, la lectura y las bibliotecas; añade que en 1983 se contaba con 351 bibliotecas públicas en el país, de las cuales 108 se ubicaban en las grandes ciudades y el resto se encontraban en algunos de los municipios existentes.